Israel redobla el genocidio en Gaza y amenaza con destruir las reservas de agua y comida en el norte de la Franja
Israel abrió 2025 con otra masacre en Gaza y la amenaza de destruir los recursos de agua, comida y energía del norte de la Franja para aplastar a Hamás y erradicar a los palestinos.
El nuevo año no podría haber empezando peor para los palestinos de Gaza, especialmente para los del norte de la Franja. La nueva ofensiva de Israel en ese territorio ha asesinado a más de 150 palestinos en los últimos tres días y la matanza no tiene visos de parar.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu está empeñado en culminar uno de sus objetivos: la erradicación de los palestinos de Gaza. Para ello, ahora estudia privarles de todo medio de subsistencia en el norte de ese territorio y hacinarlos, de momento, en el centro y sur de la Franja.
Por eso, el Ejército israelí ha ordenado esta semana la evacuación del campamento de refugiados de Al Bureij y ha conminado a los desplazados a dirigirse hacia el sur del enclave, a una zona, Al Mawasi, que, pese a que los militares israelíes la han declarado “segura”, sigue siendo bombardeada sin piedad.
Casi 45.700 palestinos asesinados
Desde que comenzó la guerra lanzada por Israel contra Gaza, en octubre de 2023, el número de palestinos asesinados ronda los 45.700, el 70% mujeres y niños. El número de heridos se acerca ya a los 107.000 y se cree que podría haber enterrados bajo los escombros 11.000 cuerpos.
Además, el 95% de los cerca de 2,3 millones de habitantes que contaba Gaza antes de convertirse en el blanco de la cruzada de Netanyahu han sido obligados a dejar sus casas, especialmente en el norte de la Franja.
Esta semana, el Ejército israelí anunció el envío de tropas hasta ahora desplegadas en Rafah, en el sur de Gaza, junto a la frontera egipcia, hacia el norte para forzar la evacuación.
No es para menos esta prisa. El Parlamento israelí estudia convertir el norte de Gaza en un erial, sin alimentos, agua y electricidad. Por eso, un grupo de ocho diputados del Comité de Defensa y Asuntos Exteriores del Parlamento israelí ha exigido al Gobierno la destrucción todas las fuentes de agua, recursos alimentarios y sistemas de electricidad en esa zona.
El pretexto es garantizar la derrota total de las milicias de Hamás a cualquier precio. Pero en realidad, los acólitos de Netanyahu y de los partidos más radicales quieren dejar claro que la extrema derecha israelí ha ganado la batalla de Gaza y que esta victoria de los ultraortodoxos se refleja en la política interna de Israel.
Israel busca la total erradicación de los palestinos del norte de Gaza
El objetivo es evidente: los diputados extremistas buscan un mecanismo de desahucio por la fuerza para completar la expulsión de los palestinos y su erradicación de Gaza, sin que exista posibilidad de retorno en el futuro.
Curiosamente, en la propuesta de los diputados israelíes al Ministerio de Defensa no se habla de los israelíes secuestrados que permanecen aún en manos de Hamás, a pesar de que en los últimos días se han reanudado los encuentros en Catar y Egipto, entre negociadores de estos dos países y representantes de Israel y Estados Unidos para lograr un alto el fuego a cambio del centenar de cautivos aún en manos de las milicias palestinas.
Hasta ahora, todas las negociaciones para liberar a esos secuestrados han fracasado, la mayor parte de las veces saboteadas por el propio Gobierno israelí y no parece que los nuevos encuentros vayan a llegar a buen puerto, a pesar de la presión que están ejerciendo Hamás y sus representantes en Catar, dada la desastrosa situación en que se encuentran los guerrilleros palestinos.
Este viernes, Hamás indicó en un comunicado que exigía “un completo alto el fuego, con la retirada de las fuerzas ocupantes de la Franja de Gaza” y el retorno de la población desplazada a sus hogares en todo el enclave. Sin duda, Netanyahu y sus pretorianos en el Gobierno recibieron esta propuesta con una torva sonrisa.
Biden aprovecha sus últimos días en el poder para enviar más armas a Israel
Estados Unidos también está presionando para que se llegue a un acuerdo de alto el fuego y que puedan ser liberados los rehenes en manos de Hamás antes de que el actual presidente de ese país, Joe Biden, deje la Casa Blanca el 20 de enero, cuando asumirá sus poderes el republicano Donald Trump.
Biden, que siempre ha respaldado a Israel con armas y vetos en la ONU, desoyendo siempre las condenas al genocidio palestino, quiere apuntarse un tanto final por la liberación de los cerca de 60 rehenes que podrían estar aún vivos y la recuperación del medio centenar de cuerpos de los que han muerto cautivos de Hamás.
Biden quiere apuntarse la liberación de los cerca de 60 rehenes que podrían estar aún vivos
Este viernes, Biden quiso aprovechar las escasas semanas que le quedan aún en el poder notificando al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense y al mismo organismo del Senado la decisión de vender a Israel 8.000 millones de dólares en armas.
Todo ello sabiendo que este armamento, en buena parte misiles y bombas de aviación, será utilizado en el genocidio palestino, en la invasión en curso del sur del Líbano y en las operaciones aéreas en territorio sirio. Todo ello a pesar de que Israel es acusado por la Justicia internacional de cometer crímenes de guerra con esas armas.
Trump, otro ardiente defensor de Israel, ya ha indicado que prestará todo su apoyo a Netanyahu, también con armas y acciones “antiterroristas” por parte de EEUU, lo que podría llegar a un escenario, si cabe más destructivo, en Gaza y Cisjordania. Trump exige la liberación inmediata de los cautivos y se ha mostrado dispuesto a apoyar cualquier medida de fuerza en esos territorios para lograr tal propósito.
Pero como ha ido dejando en claro Netanyahu, arropado por los radicales de su Gobierno, esos rehenes son ya mártires de la cruzada de venganza lanzada sobre Gaza por la matanza de 1.200 israelíes a manos de Hamás el 7 de octubre de 2023 y le sirven como pretexto para continuar la masacre de civiles palestinos.
Para el Gobierno israelí, los rehenes ya son mártires de su cruzada de venganza
Un pretexto para el que da igual que los rehenes estén vivos o muertos. Lo importante es que sigan en manos de los terroristas de Hamás y así justificar las operaciones militares de limpieza étnica en Gaza, con el exterminio o la evacuación forzada de sus habitantes, como pretenden los radicales del Comité de Defensa y Exteriores del Parlamento israelí.
Sacar a los palestinos para que Israel ocupe su tierra
La propuesta en forma de carta lo deja muy claro: la población del norte de Gaza “no está siendo evacuada de forma apropiada”, de ahí que sea necesario forzarla a dejar sus hogares y a no regresar jamás quitándoles cualquier medio de supervivencia.
En su momento, esa tierra baldía en la que pretenden convertir a la capital de la Franja, Ciudad de Gaza, y las localidades norteñas, podrá ser recolonizada por los israelíes tras su correspondiente anexión al Gran Estado de Israel que figura entre las metas de Netanyahu con la triple ofensiva en Gaza, sur del Líbano y la zona de Siria fronteriza con los Altos del Golán, ya anexionados hace décadas.
La sanidad gazatí, objetivo de guerra israelí
Como parte de esa evacuación forzada, el Hospital Indonesio, el único centro hospitalario todavía operacional en el norte de Gaza, informó este fin de semana de que el Ejército israelí había ordenado a su personal que dejara las instalaciones y se uniera al flujo de desplazados en dirección al sur de la Franja.
También se confirmó la detención por el Ejército de Israel de Hussam Abu Safiya, director del hospital Kamal Adwan, otro de los hospitales desmantelados en esta última ofensiva israelí en el norte de Gaza que dura ya dos meses.
Abu Safiya fue una de las 240 personas detenidas en ese hospital bajo la acusación de terrorismo y de que estas instalaciones, como el resto de las atacadas por las fuerzas israelíes, esconden a guerrilleros de Hamás.
Ese médico se había convertido en una de las caras más visibles del compromiso de los sanitarios palestinos para seguir atendiendo a los miles de pacientes que trataban de recibir atención en los centros hospitalarios y dispensarios del norte de Gaza, antes de ser destruidos por esa ofensiva israelí.
Según informó este viernes el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, desde que comenzó la guerra Israel ha bombardeado 27 hospitales y una docena de centros médicos en Gaza en 136 ataques.
Israel ha bombardeado 27 hospitales y una docena de centros médicos en Gaza en 136 ataques
En una declaración ante el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido de emergencia para abordar los últimos ataques a instalaciones médicas en Gaza, Türk indicó que los bombardeos y asaltos israelíes han matado a 1.050 profesionales de la medicina. Türk calificó el ataque intencionado a hospitales como “un crimen de guerra”.
Cierre de la UNRWA en Palestina
Ante los continuos ataques israelíes a la ayuda internacional que aún queda en Gaza y la presión del Gobierno de Netanyahu, con una inquina especial sobre los trabajos de la ONU en Palestina, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha advertido de que está preparándose para cesar sus operaciones en la Franja y Cisjordania para evitar que sus operarios sean blanco de las fuerzas israelíes.
Sobre la UNRWA pesa la aplicación de una ley aprobada por el Parlamento israelí que, en apenas un mes, el 28 de enero, prohibirá la prestación de su ayuda a los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
En casi quince meses de guerra, han muerto en Gaza 249 miembros del personal de la UNRWA, con 650 ataques de las fuerzas israelíes a sus instalaciones, indicó el comisionado de esa agencia, Philippe Lazzarini. Además, 745 palestinos murieron en refugios de UNRWA, con más de dos tercios de sus edificios, la mayor parte escuelas, destruidos bajo las bombas de Israel.
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