madrid
Fue alcalde de Sevilla hasta hace unos meses. Llevaba en el cargo desde 2015. El pasado año ganó unas primarias decisivas para el PSOE de Andalucía imponiéndose a Susana Díaz. Juan Espadas (Sevilla, 1966) afronta un nuevo reto político al frente de los socialistas andaluces. Se enfrentará, cuando el presidente Juanma Moreno Bonilla decida convocar, a las primeras elecciones que encara su partido a nivel autonómico desde la oposición. El dirigente socialista está convencido de que los comicios serán en junio y considera que el PSOE está preparado para afrontar con garantías la papeleta de darle la vuelta a la tendencia de las encuestas. Sobre estas y otras cuestiones, Espadas charla de manera extensa con Público aprovechando una visita a Madrid, donde también ejerce como senador.
La primera pregunta creo que es la gran pregunta que se hace mucha gente, tanto en la ciudadanía como en los medios de comunicación: ¿cuándo van a ser las elecciones en Andalucía?
Es la pregunta que llevamos meses en Andalucía haciéndonos. Pero que realmente al final ya es un poco tediosa, en el sentido de que llevamos casi un año con este tema. Al final, yo estoy convencido de que las elecciones finalmente serán en junio. Llevo algunos meses diciéndolo. Pero sobre todo porque veo que la legislatura, Moreno Bonilla y el resto del Gobierno la dieron por agotada prácticamente a la vuelta del verano y de ahí el poco estímulo por el presupuesto. Es más, algún miembro del Gobierno o vicepresidente a la sazón habló de que había que prorrogar Presupuestos. Ni siquiera ya daban en este caso el Presupuesto como elemento de gestión de último año de legislatura. Es decir, todas las señales desde la vuelta del verano era que lo que le interesaba a Moreno Bonilla era entrar en una especie de permanente fase preelectoral a la búsqueda del momento en el que las encuestas o el análisis electoral de turno fuera el que le llevara a convocar. O, más bien, lo que hemos venido viendo, ese pulso entre PP y Vox para ver quién está más fuerte de cara a unas elecciones. Esto ha sido muy negativo, desde luego, para Andalucía, porque estamos en una situación en la que hay claramente falta de iniciativa, impulso de Gobierno, falta de ejecución de presupuesto. Y esa sensación además ahora culmina con el Congreso del PP nacional, en el que incluso se elevan los consejeros de Moreno Bonilla a la política nacional. Así que ya me dirá la situación que tenemos de un Gobierno inerme.
Elías Bendodo o Juan Bravo han sido colocados por Alberto Nuñez Feijóo en puestos relevantes de la nueva dirección del PP y se ha hablado mucho de la conexión entre Galicia y Andalucía. ¿A qué responden estos nombramientos?
"Juan Bravo y Elías Bendodo son los artífices de los acuerdos con Vox en Andalucía"
Yo creo que hay que verlo más en una lógica de estrategia nacional del PP. Juan Bravo y Elías Bendodo son los artífices de los acuerdos con Vox en Andalucía. Yo creo que aquí hay un doble lenguaje permanente en el que de puertas afuera Feijóo aparece como el moderado, como Moreno Bonilla. Aparece como el líder de la derecha española que va a acordar con Pedro Sánchez grandes asuntos de Estado. Por tanto, bonhomía y moderación. Y luego, quienes realmente llevan los mandos de la máquina, pues claramente son los que van tejiendo los acuerdos con Vox, como en el caso de Moreno Bonilla.
Entonces, el PP ahora mismo tiene dos caras. Intenta ganar el centro político planteando que su líder es al final el que tiene que captar los votos y, por tanto, apuesta por la moderación. Pero, realmente, cuando hay que tomar decisiones, cuando hay que gobernar, cuando hay que decidir qué es lo que se pone o no como moneda de cambio, quienes están por los fontaneros, en este caso del PP, que son y lo van a ser en esta etapa los que han acordado con Vox. En Andalucía hubo tres presupuestos y por tanto los retrocesos, sobre todo en cuestiones que desde el punto de vista ideológico son fundamentales para nosotros y que demuestran si vamos hacia el progreso o hacia la involución en términos políticos. Y esos son Elías y Juan Bravo, que siempre dijo que prefería pactar el presupuesto con Vox porque le parecía mucho más sencillo y coherente con lo que él plantea y con sus ideas.
Se ha vendido la imagen de moderación de Moreno Bonilla desde Andalucía. ¿Son sus políticas, más allá del trato o formas que pueda tener él, realmente moderadas?
Es que creo que esa combinación de factores es el juego político en el que el PP quiere que se le vea por parte de la opinión pública andaluza y del electorado andaluz. Es decir, el ying y el yang, el doctor Jekyll y Hyde. Pero esto no deja de ser un engaño, porque al final la política real que hace la derecha es una política de derechas. Y ahora podemos ir analizando uno a uno los términos. Es decir, nosotros tenemos un Gobierno que es el primer Gobierno que de verdad metió a Vox en las decisiones de un Gobierno regional. Por tanto, Moreno Bonilla podrá querer aparentar toda la moderación que quiera, pero el que le abrió las puertas, en este caso a Vox en un parlamento para ser presidente de la Junta, con el peor resultado electoral que había tenido su partido fue Moreno Bonilla. Por tanto, sabía lo que tenía que entregar a cambio. Estuvo dispuesto y por eso es presidente y está casi agotando una legislatura en la que su debilidad evidentemente era clara. Entonces ahí tenemos un escenario de trabajo.
Pongo el ejemplo del Presupuesto. Nosotros fuimos con voluntad de al menos intentar acordar algunos mínimos para que hubiera un Presupuesto. Noviembre era el momento clave para plantear una recuperación económica que se acelerará antes incluso de la sexta ola. Era imprescindible coger fuerte el tren de los fondos europeos. Pero tuvimos una estrategia de Ciudadanos que claramente se veía fuera del cartel si los dos grandes partidos eran capaces, en este caso, de llegar incluso a un acuerdo de mínimos, al menos para habernos abstenido y que hubiera un presupuesto que no hubiera estado condicionado por Vox. Y en cambio ahí salió el PP auténtico. Es decir, no hay acuerdo de Presupuesto porque Vox, Bravo y Moreno Bonilla deciden optar por seguir acordando, aunque sea por debajo de la mesa, con Vox. Y esta es la realidad. Por eso a nosotros no nos extraña. Es decir, lo que se va a exportar, lo que se vio el Sevilla el pasado fin de semana con la estrategia nacional es la estrategia de Moreno Bonilla, que es la que pacta en secreto con Vox pero aparece en este caso como la ovejita o el cordero que quiere caer bien a todo el mundo. O parecer que está dispuesto a hacer una política moderada.
Con la vía abierta ya en Castilla y León, entiendo que el PSOE no tiene dudas de que Vox podría llegar a gobernar en la Junta con el PP.
"El que vote a la derecha está votando una coalición de Gobierno con la extrema derecha"
Por eso nosotros tenemos que insistir en un escenario que es el real. Después de ver el Gobierno de Castilla y León ya no es un escenario de ficción ni sencillamente una especie de amenaza de que viene el lobo. No, el electorado andaluz va a tener la posibilidad, esta vez cierta, de decidir entre votar, da igual a PP que a Vox. El voto es el mismo. Al final, si votas, uno no va a poder gobernar sin el otro y viceversa. Por tanto, el que vote a la derecha está votando una coalición de Gobierno con la extrema derecha y abriéndole las instituciones igual que las han abierto en Castilla y León.
Y, ante esa opción, lo que los socialistas queremos es construir una alternativa de Gobierno que tiene que tener dos o tres líneas básicas, entre otras. Claramente, ofrecer una alternativa progresista, una alternativa que vuelva a recuperar lo público como un elemento capital de las políticas de la Junta de Andalucía y que de verdad se siga preocupando por la gente humilde, por la gente trabajadora y por la gente más vulnerable. Máxime ahora en una situación como la que desgraciadamente tenemos de incertidumbre, de crisis provocada por la guerra, pero aún incipiente, de la recuperación por la pandemia. En definitiva, un escenario de duda que va a requerir de un Gobierno que tenga las ideas claras desde el punto de vista de hacia dónde orienta sus políticas.
Los números de las encuestas dan una victoria de la derecha y la ultraderecha. ¿Qué autocrítica puede hacer el PSOE de Andalucía, que ha gobernado muchísimas décadas para poder volver a atraer al electorado que tenía?
Nosotros durante prácticamente todos los años de la democracia en Andalucía hemos sido de alguna manera esa tierra gala que en muchos casos daba por descontado que había sociológicamente un perfil de izquierda y que, por tanto, se ganarían todas las elecciones. Si te fijas, ahora estamos en un escenario más parecido al de la política nacional en Andalucía, en el que nosotros estamos en condiciones de disputar sin ninguna duda la victoria electoral al PP y además la vamos a conseguir demostrar en las urnas. Pero las derechas se han reconfigurado y tenemos sobre todo una fuerza de extrema derecha que, al menos en las encuestas, parece estar fuerte. Algunas a veces está más fuerte que el PP, sobre todo en algunas provincias. Con ese escenario electoral, claro, hace falta un PSOE de los viejos tiempos. Hace falta un PSOE muy fuerte, con un electorado muy movilizado. Es decir, hace falta que la gente que de verdad no quiere ni muerto que la extrema derecha esté en el gobierno salga y vaya a votar. Si eso es así, el PSOE va a volver a gobernar Andalucía, estoy convencido. Pero el PSOE se debe primero a un nivel alto de participación en las elecciones, y, en segundo lugar, a una movilización que quiera hacer lo que sabes que suele ocurrir. La gente se moviliza más por ir contra algo que por ir a favor de algo.
"La derecha en Andalucía quiere hablar exclusivamente del Gobierno de España, de Pedro Sánchez y de la confrontación"
Nosotros necesitamos una gran movilización de la izquierda para ir contra que haya un gobierno de la extrema derecha en Andalucía. Y por eso estamos haciendo hincapié en nuestra pedagogía de explicación de qué significa un modelo u otro de Gobierno. Estamos haciendo mucho hincapié en, primero, cuál es realmente la política de servicios públicos de las derechas en Andalucía. Y tenemos datos. El problema es la crisis, primero con la pandemia, después con este permanente debate sobre un adelanto electoral y sobre todo por una estrategia muy bien diseñada por la derecha. Y tengo que reconocer que cualquier cuestión política en España, da igual en qué comunidad autónoma sea, se traslada en la derecha exclusivamente al único debate y al único ring que es el de la política nacional y el Gobierno de Pedro Sánchez. Es decir, no hay ya un debate de opciones políticas en Andalucía, sencillamente porque el PP tiene una estrategia que es acabar con el Gobierno de España desde el minuto uno de la moción de censura y luego incluso aún ganando las elecciones legítimamente. Después, como esa es su única estrategia, es su única campaña. Da igual que esté en primarias, sigue siendo Pedro Sánchez el objetivo. Da igual que estés ahora en una estrategia de oposición útil al Parlamento de Andalucía.
Yo no puedo confrontar con Moreno Bonilla porque él no confronta conmigo, sino con Pedro Sánchez. Y esto es interesante porque, al final, a la hora de ver cuáles son las posibilidades del PSOE de Andalucía, están directamente ligadas a la temperatura política de ámbito nacional, porque el PP quiere llevar, digamos, a ese debate al electorado de manera que prácticamente se diluya lo que es el proyecto de los socialistas de Andalucía en el debate público. Yo les reto a que vea en qué momento el PP confronta ideas, confronta propuestas con el PSOE de Andalucía. Simplemente ponen el espejo retrovisor para lo de siempre, que es hablar de corrupción o sencillamente confrontar con Sánchez y con el Gobierno que ellos llaman social-comunista. Pero no hablan de Andalucía, no hablan de proyectos para Andalucía, no enseñan las auténticas cartas de un proyecto de derechas para Andalucía, no hablan de las privatizaciones de la sanidad, no hablan de la falta de financiación de la universidad pública, no hablan de la falta de política industrial y, por tanto, de apoyo a sectores productivos o a colectivos vulnerables. No hablan de políticas sociales, no quieren hablar de eso. Quieren hablar exclusivamente del Gobierno de España, de Pedro Sánchez y de la confrontación.
El ascenso de la ultraderecha es fulgurante. Parece que en sectores muy tradicionalmente progresistas y de izquierdas, como puede ser el mundo rural, está penetrando mucho en Andalucía. ¿Está pasando eso? ¿Les preocupa especialmente que la ultraderecha capitalice el descontento que puede haber por la situación económica de la situación actual?
Claro que nos preocupa. Nos preocupa que en muchos casos hay viejas asignaturas pendientes que han generado que haya infraestructuras que aún no se han acometido después de muchos años y que son legítimas y justas. Nos preocupa que debates coyunturales que siempre preocupan en el mundo agrario, como es una reforma de la PAC, como estamos en este momento. O sobre todo lo que en este momento estamos viendo que no sucedía con anterioridad, que es una estrategia perfectamente diseñada por Vox de desinformación o incluso intoxicación premeditada respecto a políticas del Gobierno de España. No del PSOE de Andalucía, del Gobierno de España y su impacto en el medio rural. Fundamentalmente, nos preocupa la convergencia de esos tres factores. Hay cuestiones pendientes. Partimos de una Andalucía que no tenía infraestructuras para el desarrollo rural. Hace unos años que ha crecido más que la media, pero sigue todavía lejos de la media de convergencia de los territorios de Europa. O, por ejemplo, una Andalucía que en vez de estar creando empleo, sigue generando más paro que otras comunidades autónomas. El dato de esta semana era revelador.
Y hago un paréntesis. En Madrid era visto el fichaje de Juan Bravo como el de una especie de gurú económico, que había hecho algo así como un milagro; él no lo es, no es economista. Y todavía nos estamos preguntando en Andalucía cuál es el milagro. Pero todos sabemos que cuando se quiere generar un relato, luego ya que vengan otros y digan que no es así. Pero es que el dato del empleo fue curioso. Es decir, que la única comunidad autónoma que seguía destruyendo empleo era Andalucía. Y, por tanto, lo que vienen a contar aquí, el señor Bendodo, el señor Bravo, sencillamente es falso. Nada más que se le da o se le hace la prueba del algodón con los resultados concretos de lo que ellos han gestionado del 2018 al 2021. Esa situación es donde lo que nos preocupa son fundamentalmente los elementos más débiles de la cadena. En eso, además, el Gobierno de España ha hecho especial hincapié. Por ejemplo, una cuestión que contrasta en el mundo agrario como una de las demandas más históricas era sencillamente la falta de competitividad, la falta de de precios justos para la fijación de la población y, sobre todo, para la fijación del empleo agrario en determinados cultivos. Como consecuencia de que la cadena alimentaria primaba en la cadena agroalimentaria, primaba más a los grandes, a las grandes compañías, al sector de la distribución, a la última terminal. Bueno, pues se aprobó una ley de cadena agroalimentaria. Y la derecha ha conseguido que se diluyan completamente los efectos de lo que tiene que ser ahora la aplicación de esa ley, que es una decisión política. Por cierto, se votó en contra por parte de la derecha en el Parlamento y fue una de las demandas por la que se movilizaron el 20 de marzo.
"Ese nivel de intoxicación y de informaciones falsas lo hemos visto con la caza"
En este caso, ese nivel de intoxicación, de informaciones falsas, lo hemos visto con la caza, por ejemplo. Es decir, hablar del mundo rural es hablar también de una realidad tradicional en Andalucía, en la que las sociedades de cazadores abundan por lo ancho y largo de toda Andalucía y en donde se les ha dicho desde el principio que la actividad cinegética caía y que se iba poco más o menos que a derogar la caza con la Ley de Bienestar Animal. Luego se aclararon una serie de dudas y todavía diariamente hay que combatir bulos, fake news e intoxicación perfectamente clara. En eso probablemente nos han ocupado un espacio. Lo que decimos es que la coyuntura de una reforma de la política agrícola comunitaria unida a una sequía siempre genera incertidumbre, falta de expectativa y problema. Pero la intoxicación y las fake news como un sistema de trabajo en el medio rural que alimenta el cabreo, alimenta, insisto, esa generación de crispación que estamos intentando combatir con argumentos. Ese va a ser uno de los elementos de campaña fundamentales para nosotros. Lo estamos haciendo ya. Yo he tenido ya infinidad de reuniones con colectivos, con organizaciones. Ahora las vamos a tener con sociedades de cazadores y estamos intentando explicar lo que es real y lo que es falso. Y luego que cada uno tome sus decisiones.
A la izquierda del PSOE parece que se mueve un intento de organizar una única candidatura con Más País, Unidas Podemos y algunos partidos más. ¿Sería bueno para el PSOE que eso se pudiera lograr?
Yo creo que siempre es positivo aglutinar esfuerzos en un panorama electoral en el que la fragmentación puede hacer que no tengan la representación suficiente. El porcentaje mínimo para tener representación en el Parlamento es lo fundamental. Al final, se pueden perder muchos votos de ciudadanos a los que hay posibilidades de pedirles el voto apelando al voto útil, que siempre parece un desprecio a fuerzas políticas más pequeñas. Justamente por eso a veces crean plataformas, crean coaliciones, se presentan unidas a las elecciones. Ha ocurrido siempre con fuerzas políticas que saben tener un porcentaje inferior al mínimo que electoralmente le daría representación e intentan conseguirla. A eso se añade, sin duda, el factor de la división de la izquierda que se ha producido en esta legislatura en el Parlamento andaluz, en la que hay todo tipo de cuestiones políticas y personales. En ese sentido, es una mala noticia el que eso se fragmente y se presenten varias fuerzas políticas. Por tanto, yo veo positivo y felicité en este caso a los responsables que aparecían el otro día después de una reunión, valorando positivamente el inicio de un camino no concluido aún.
Pero yo lo trasladé tanto a Podemos como a IU, en este caso al coordinador Antonio Valero, que evidentemente el PSOE siempre va a trabajar por una interlocución que sea útil y constructiva desde la izquierda. Porque lo que tenemos enfrente, en definitiva, es una coalición de las derechas con una extrema derecha muy fuerte, que es lo que nos preocupa a cualquier demócrata. Yo creo que eso lo compartimos y, por lo tanto, más allá de las diferencias que podamos tener, hay cuestiones más importantes que otras. Y, sin duda, la más importante es evitar que una fuerza de extrema derecha que no cree en la autonomía de Andalucía, que claramente es regresiva respecto a conquistas sociales y a derechos que nuestra comunidad ha conseguido, pudiera tener la fuerza de Gobierno y por tanto capacidad para desmontar. Y en parte ya ha empezado a hacerlo con su apoyo al PP este mandato. Hay que desmontar cuestiones que estoy convencido de que la sociedad andaluza no quiere que se desmonten, si no sencillamente quiere que funcionen bien.
Ustedes han llevado a la Fiscalía el tema de de la contratación de empleados públicos por parte de la Junta de Andalucía. Además, la Justicia se ha pronunciado al respecto de este asunto. En Madrid se ha puesto mucho el foco en las contrataciones de Isabel Díaz Ayuso. No sé si los casos tienen algún tipo de paralelismo. ¿Nos puede explicar un poco en qué consiste el asunto y por qué han llevado esto a la Justicia?
El grupo parlamentario lleva haciendo un trabajo durante el último año, fundamentalmente, como es su responsabilidad de control del Gobierno andaluz, de petición de información. Sobre todo de un momento histórico en el que los gobiernos, las administraciones públicas, hemos tenido la facultad de contratar mediante procedimientos de emergencia, sin publicidad, sin concurrencia y en los que ahora, a posteriori, hay que garantizar que se han hecho las cosas bien. Y, en ese sentido, el grupo parlamentario ha ido extrayendo la información con enormes dificultades para acceder a expedientes y a información completa. Porque el Gobierno actual del señor Moreno es todo menos transparente, bastante opaco. Hemos ido recopilando una serie de información respecto a contratos de emergencia que demuestran dos cosas. Primero, una orientación clara a ir trasladando o privatizando determinados servicios públicos hacia la iniciativa privada. Debajo de ese manto, en este caso de las necesidades urgentes de la crisis sanitaria, lo ha habido claramente, por ejemplo, en la atención primaria y el colapso de la atención primaria en la sanidad pública andaluza. Una orientación a no invertir en lo público a pesar de tener más dinero que nunca de transferencias del Estado y pasarlo a el sector privado de la sanidad. Y hemos visto también como ha ocurrido en otras comunidades autónomas, porque así es como ya aparece la información, y sobre todo la Comunidad de Madrid. Y probablemente una serie de contratos hechos por emergencia en los que o bien no se justifica la emergencia o bien sencillamente no se acredita que se haya hecho con la limpieza que significa haber buscado la mejor opción, sino otro tipo de intereses.
Toda la información que a resultas de lo que hemos ido conociendo, y que es la razón por la que hay una nueva dirección política en el PP, para tapar esos presuntos casos de corrupción en la Comunidad de Madrid. Pues resulta que hemos empezado a dar con expedientes o contratos de emergencia de la Junta de Andalucía que, como mínimo, nos generan muchas dudas y sobre los que hemos pedido toda la documentación. Documentación que no se nos ha dado todavía y por la que el grupo parlamentario va a solicitar en el próximo pleno una comisión de investigación. En ese marco hay una cuestión muy concreta y un paquete de decisiones, también efectuadas por procedimiento de emergencia, que van vinculadas a contrataciones laborales masivas que se llevaron a cabo prácticamente en 48 horas por contratos exprés. Ya fueron bastante llamativas, sobre todo por la por la finalidad y a quién y cómo y qué perfiles se contrataban muchos casos completamente al margen de las necesidades sanitarias, que eran las que justificaban la emergencia. No estábamos hablando de contratar facultativos, en este caso para atender una crisis sanitaria, sino, en muchos casos, otro tipo de perfiles y de necesidades en las que se aprovecharon los procedimientos de emergencia para contrataciones masivas.
"Hemos llevado los pronunciamientos judiciales al Ministerio Fiscal para que evalúe si hay malversación de dinero público"
Estamos hablando de varios miles de personas que sin ningún tipo de publicidad accedían a un puesto de empleo público con una llamada de teléfono y al día siguiente estaban contratados. Esta cuestión ya ha sido objeto de análisis por parte de los tribunales en sede administrativa, en sede contencioso administrativa y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha confirmado la nulidad de pleno derecho de todos esos miles de contratos. Curiosamente, ante esa firmeza y nulidad de pleno derecho de esos contratos, el Gobierno andaluz ni siquiera recurrió. El Gobierno andaluz se allanó directamente, entendiendo que efectivamente lo habían hecho mal. Claro, hacerlo mal y quedarse sencillamente de brazos cruzados, pues significa que alguien te puede pedir una responsabilidad, al menos política o de otro tipo. Nosotros hemos sido sumamente respetuosos porque entendemos que esta estrategia que conocemos bien del PP de judicialización de la vida política no es ni ha sido nunca nuestra estrategia. Pero, claro, nos parece muy llamativo que ante sentencias tan concluyentes del TSJ no haya ningún tipo de responsabilidad ni de decisión en el Gobierno de quien tomó esas decisiones, sin informes jurídicos que avalasen ese tipo de contrataciones y por tanto con un costo al erario público del que nadie ha dado ni una sola explicación. Ante eso hemos decidido sencillamente trasladar los pronunciamientos judiciales al Ministerio Fiscal para que evalúe si entiende que hubiere algún tipo de malversación de dinero público como consecuencia de decisiones que no estaban al menos suficientemente justificadas o sobre las que se tomaron en este caso resoluciones a sabiendas de que no eran jurídicamente correctas.
Creo que también hay que recordar aquellos tiempos. Eran los momentos en los que el Gobierno andaluz, en vez de colaborar lealmente con el Gobierno de España, se dedicaba a confrontar, discutir o echar toda la culpa de todo lo que en ese momento dramático de la sociedad española estaba ocurriendo. Eran los momentos en los que el PP no apoyaba los estados de alarma. Eran los momentos en los que, de alguna manera, las críticas y la presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez empezaba a ser parte de la estrategia del señor Casado. Por lo tanto, nos parece de verdad muy llamativo el que respecto a esto se haya querido sencillamente poner un nuevo manto de ocultación. Lo único que queremos es esclarecer los hechos. Fíjese, probablemente si yo, en vez de ser quien soy, fuera el responsable del PP, hoy estaría acusando a personas concretas y de delitos concretos. Yo lo que digo es que nuestro partido lo que ha pedido es que se esclarezcan los hechos y además que se haga por quien pueda hacerlo, que es el Ministerio Público.
El parlamento andaluz aprobó una proposición de ley sobre Doñana donde el PSOE se abstuvo. El Ministerio de Transición Ecológica tenía otra posición. ¿Qué pasó ahí? ¿Hubo confrontación con el Gobierno central? ¿Han hablado con ellos de este tema?
Nosotros teníamos una visión diferente, pero sólo en la forma, no en el fondo. En el fondo opinábamos y opinamos exactamente igual. La proposición de ley que planteó el PP era irresponsable, como se ha demostrado, y era además una forma también de malversar el papel del Gobierno andaluz. Era una trampa, un engaño a los agricultores de Huelva que tienen varios problemas. Y la mejor forma de plantearles, en este caso analizar su situación, buscar alguna fórmula para poder resolver sus problemas, fue sencillamente por parte del PP un engaño colectivo. Es decir, el PP presentó una proposición de ley para cambiar un plan que fue un gran acuerdo social que consiguió de alguna manera, con dificultades entre el movimiento ecologista y la autoridad europea, que se confiara en un modelo más racional de la gestión de los recursos hídricos en Doñana. Y el PP decide dinamitar ese acuerdo en vez de hacer lo solvente que hace un Gobierno. Sabiendo que ese acuerdo había permitido normalizar una situación, pero que la situación todavía podía tener algunas situaciones concretas en las que hubiera algún algún particular, alguna parcela en la que alguien pudiera esgrimir derechos ante un tribunal o ante la administración. En vez de analizar en concreto esta situación y haber hecho lo que el propio plan preveía que era.
"Si Moreno fuera responsable, tendría que suspender la tramitación de la proposición de ley sobre Doñana"
¿Cómo se hace eso? Convocando a la comisión de seguimiento del plan, donde están las administraciones competentes. O yéndose al Consejo de Participación de Doñana, donde está todo el mundo. Hay que reconocer que hay problemas de carácter social. Y probablemente porque la norma, de 2014, retrotraía a 2004 los cultivos que podían o no regar. Se habían dejado dudas en algunas parcelas. No aquellas que estaban extrayendo de forma claramente ilegal el recurso o que se habían cargado superficies forestales. Sobre esas no se discute porque son absolutamente imposibles de legalizar. La diferencia de análisis nuestra fue que frente al gran error y la irresponsabilidad del Gobierno andaluz podíamos decir que no y a otra cosa. Sabíamos que la ley salía adelante, porque PP, Cs y Vox habían dicho que la apoyaban. Por tanto, con nuestra votación no se hubiera conseguido rechazar eso. Como eso no iba a pasar, nos reunimos con los agricultores y nos pidieron que atendiéramos a sentarnos y hablar con ellos sus problemas. Y en ese sentido, frente a una serie de propuestas de apoyo para podernos sentar, yo planteé que era imposible apoyar esa proposición de ley. Porque era una barbaridad y no tiene garantías jurídicas ninguna. Yo comprendo a la Comisión Europea, es que se han saltado todas las normas. Para modificar un plan hay que hacer una evaluación de impacto ambiental estratégica. Lo llevan al Parlamento a ciegas para resolver un problema sin resolverlo. Un auténtico engaño.
Nosotros aclaramos con el ministerio que nuestra abstención lo era, no porque quisiéramos apoyar la PL de forma encubierta. Pero sí creíamos que había que sentarse con los agricultores y hablar de cuestiones concretas. Hay que analizar qué es posible hacer y qué no. No es posible seguir utilizando el acuífero bajo ningún concepto. Los agricultores plantean la posibilidad de utilizar agua superficial proveniente de otra cuenca. Por tanto, que se acometan algunas infraestructuras pendientes que son responsabilidad del Gobierno de España. Sobre eso nos sentamos y hablamos lo que haya que hablar. Pero han generado el efecto contrario. Ahora en Europa lo que se habla es de cultivos ilegales, que quieren regar con agua ilegal... Han creado tal marasmo que está siendo muy perjudicial para la imagen del Parque Nacional de Doñana. Nosotros solamente vamos a ser útiles si somos capaces de sentarnos con la administración y los agricultores para intentar buscar, si fuera posible, una solución. Incluso de búsqueda de tierras en otro lugar. Rechazamos claramente que siga la tramitación. Es más, y se lo he dicho por activa y por pasiva al PP, si el presidente de la Junta fuera una persona responsable, tendría que salir públicamente y decir que, ante los escritos de la CE, suspende la tramitación de esa proposición de ley, se sienta con las administraciones, analiza la situación y toma decisiones. Si convoca elecciones en junio, no da tiempo a tramitar esa proposición de ley. Por tanto, si es conocedor de eso y convoca elecciones, ¿quién llevaba razón? Lo dejo ahí y lo vamos a ver muy pronto.
Ha habido mucho revuelo con la Feria de Abril de Sevilla. Algunas asociaciones de hostelería han atacado al Gobierno y la reforma laboral.
Esto sigue unos parámetros que empiezan a ser conocidos. Hay una estrategia política detrás de determinados conflictos en los que hay una parte de verdad, pero en los que en un momento las reivindicaciones justas entran en otra dimensión y fase interespacial. Se empiezan a introducir elementos que distorsionan o que intoxican, falsifican la realidad. Lo hemos visto con la caza. Siempre suelen estar detrás los mismos. Ya lo vimos a cara descubierta con un tuit de Macarena Olona. Pues todo esto se aclaró en una reunión de una hora con el subdelegado del Gobierno y el sector. ¿Existen o no existen problemas con las jornadas largas? De toda la vida en la Feria de Abril. Por eso hay que preocuparse de las condiciones laborales de los trabajadores, de que se mejoren y de los riesgos laborales, como es lógico y natural. Lo que se estaba intentando introducir desde la derecha y la extrema derecha era que la reforma laboral era la que estaba generando esta situación. Volvemos a lo que decía antes. La única estrategia de la derecha y la extrema derecha es el Gobierno de España, Pedro Sánchez y sus decisiones. El subdelegado del Gobierno lo explicó al sector, lo entendieron y dijeron que les habían dicho otra cosa. La reforma laboral no ha modificado nada que tenga que ver con los problemas que tiene esta actividad. De nuevo, utilización, fake news. Una reunión ha bastado en poner las cosas en su sitio.
Las relaciones de Marruecos con Andalucía, por su cercanía geográfica, es especial. También es una tierra con bastante sensibilidad por la causa saharaui. ¿Cómo se ve desde allí la posición mantenida por el Gobierno?
Es un tema complejo, efectivamente. Desde el PSOE de Andalucía, cuando tuvimos la información y las razones por las que se tomaba esa decisión, hemos mostrado plena confianza en el presidente y en el ministro de Exteriores. Primero, porque es verdad que la situación con Marruecos es muy compleja y muy incómoda. Para Andalucía, también. Eso tenía que resolverse. La cuestión es que cuando se presenta ante la opinión pública como una especie de cesión en perjuicio ante los intereses del pueblo saharaui, hay que informarse y analizarlo. Yo confiaba en mi Gobierno y sabía que no había sido así, sino que esta muestra de buena voluntad con Marruecos no tenía por qué suponer dejar atrás las reivindicaciones justas. A mí me tranquilizó mucho ver la explicación pública del ministro donde afirma que esto no supone un paso atrás en las resoluciones de la ONU, sino porque el diálogo concluya en algo que beneficie al pueblo saharaui. Y la solución la darán las partes o no.
El Gobierno ha intentado que esta vía, si hay acuerdo entre las partes, pudiese ser el inicio de la solución del problema. Pero plantearlo en términos simplistas se ha hecho para criticar al Gobierno. Pero se está peleando a fondo para explicarlo bien. Las relaciones y las alianzas demuestran que solo desde del diálogo, desde recuperar la normalidad y la confianza entre países vecinos, se pueden recuperar consensos. Cada vez que damos una oportunidad al diálogo se nos ofrece estabilidad y bienestar. Lo hemos visto. Dialogar es ceder un espacio al otro para escucharlo y para ver si se puede avanzar. Siempre nos devuelve pasos positivos. Desde este paso adelante, que podía tener riesgos de ser malentendidos, espero que mejoremos la situación de las relaciones con Marruecos y definitivamente el problema del Sáhara.
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