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Actualizado:Javier Luna, recién elegido como presidente del Partido Animalista-Pacma, habla con 'Público' sobre los retos de la formación de cara los próximos escenarios electorales. Rechaza de manera rotunda el discurso del odio de Vox y cierra la puerta a cualquier confluencia con la izquierda.
Acaba de ser elegido presidente de Pacma, ¿qué retos tiene por delante el partido?
Los objetivos que tenemos pasan por descentralizar el partido, apostando por crear una estructura que llegue a más provincias. La idea es tener una red de colaboradores y de equipos provinciales más amplia de la que tenemos para afrontar los objetivos políticos del partido y tener más actividad en las calles e instituciones. La descentralización del partido es uno de nuestros principales objetivos.
Por otro lado, queremos convertirnos en el partido verde de referencia en España. Vamos a hacer una apuesta muy grande sobre todas las actuaciones encaminadas a mejorar el medio ambiente, para ello necesitamos buscar nuestro propio espacio político basado en los animales y la crisis climática, pero sin dejar de lado a las personas vulnerables.
El tercer punto importante es el municipalismo. No quiere decir que dejemos de trabajar para entrar en el Congreso, pero creemos que el municipalismo debe ser la base de actuación del partido, porque es ahí donde se dan las principales problemáticas del maltrato hacia los animales. Apostamos por presentarnos a las elecciones en más municipios donde nos presentábamos anteriormente.
Quieren mirar hacia el espacio verde, ¿cómo abordan los problemas habituales entre ecologismo y animalismo? Por ejemplo, el conflicto de exterminar o no especies exóticas o invasoras.
Hay una base ideológica que diferencia el ecologismo del animalismo y, en ese aspecto, vamos a seguir manteniendo nuestra postura. Nosotros ponemos a los animales por encima de todo y estamos en desacuerdo en exterminar cualquier especie. Hay soluciones éticas como la esterilización. Aunque en eso no estemos de acuerdo, hay problemas ambientales reales que nada tienen que ver con las especies exóticas y que sí nos unen a la visión ecologista, como es la actuación contra la crisis climática.
También está el tema de la ganadería: el ecologismo habla de apostar por el extensivo y el animalismo pide acabar con la ganadería por el maltrato...
Ahí tampoco nos vamos a poner de acuerdo. Nuestra lucha es por el respeto a los animales y por el fomento del veganismo. Vamos a seguir en la misma línea que ya mantenía el partido.
Su predecesora, Laura Duarte, consiguió que el partido fuera el más votado sin representación parlamentaria, pero no logró el objetivo de llegar a las instituciones, ¿cómo valora su gestión?
Para nosotros sigue siendo un objetivo entrar en el Congreso. Estos años han sido complicados para el partido con todo el tema de la pandemia. Tampoco ayuda la polarización política existente, nos ha perjudicado bastante la llamada al voto útil. Creo que Laura ha hecho una buena gestión, pero creemos que ahora el escenario va a cambiar y que vamos a conseguir encontrar nuestro espacio político propio.
¿La nueva dirección del partido está abierta a dialogar con otros partidos y a abrir la puerta de una posible confluencia con las fuerzas de izquierdas?
"Nunca vamos a dialogar con Vox, eso está clarísimo"
A dialogar, sí. A confluir, no. Dialogaremos con aquellos partidos que tengan la gestión de la Administración y con cualquier formación. Bueno, nunca vamos a dialogar con Vox, eso está clarísimo. Vamos a ir en solitario y no vamos a confluir, queremos buscar nuestro propio espacio político como único partido que defiende a los animales y al medio ambiente.
¿No cree que una confluencia les podría ampliar las posibilidades de llegar a las instituciones por primera vez?
El problema de confluir es que se pierde identidad. El claro ejemplo lo tenemos con Equo, que desapareció al presentarse con Podemos. Nosotros no queremos eso, buscamos una estrategia que nos permita entrar al Congreso por nuestra cuenta. Ahora mismo estamos viendo que tener uno o dos diputados en el Congreso puede ser crucial para, por ejemplo, aprobar presupuestos...
Imagine que consiguen representación en el Congreso. ¿Estarían dispuestos a negociar con la derecha y acordar, por ejemplo, que se modifique la ley del aborto a cambio de la prohibición de la tauromaquia?
Bajo ningún concepto vamos a negociar con Vox. Creemos que no se debe hablar con un partido político que fomenta el odio hacia las personas y que está en contra de los derechos sociales. Además, está claro que nunca van a ir en contra de la tauromaquia, porque su propio nicho de votantes está entre los cazadores y los sectores taurinos. No queremos saber nada de ellos, la verdad.
Sobre la anterior directiva del partido pesaban algunas denuncias de afiliados relacionadas con la falta de transparencia del partido, ¿cómo planea solucionar esto?
Sí. Esta es otra de nuestras líneas de actuación, queremos ser más transparentes en muchos sentidos y facilitar que nuestros afiliados puedan saber, por ejemplo, temas de salarios o de gastos. También buscamos democratizarlo mucho más para que las bases puedan participar en todas las decisiones importantes, incluso convocar primarias cuando lleguen las elecciones.
En relación a la actualidad política, ¿qué le parece el nuevo anteproyecto de ley de derechos de los animales?
Es sólo un borrador y hasta que no lo veamos publicado finalmente, no vamos a decir nada. Es algo que ya dijo Laura Duarte y vamos a seguir la misma línea.
En ese borrador se habla del fin del sacrificio de animales salvo causas veterinarias, ¿les contenta ese punto?
Hay cosas en las que estamos de acuerdo. A nosotros, como partido animalista que presentó la Ley Cero en el Congreso, este borrador que ha sacado Sergio [el director general de Derechos de los Animales del Ministerio de Derechos Sociales] nos parece de mínimos y consideramos que se queda corto. Pedimos una ley que represente a todos los animales, no sólo a unos pocos.
¿A qué se refiere?
Está muy enfocada a los animales de compañía, muy centrada en el abandono animal, que es importante, pero hay muchas especies que se quedan fuera.
El Gobierno también trabaja en la instalación de cámaras en mataderos y granjas, ¿qué les parece?
"Por poner cámaras en los mataderos no se va a acabar con el maltrato animal"
Por poner cámaras no vas a acabar con la situación de maltrato ni con las condiciones de vida horrendas en las que viven los animales de granja, que son los más perjudicados y los menos atendidos por la política. Ningún partido tiene ninguna medida para mejorar sus condiciones, pero tampoco para atajar otros temas importantes como la experimentación con animales, que debería ser prohibida, ya que existen muchísimas alternativas. En este tema también se habla de poner cámaras y es algo que no pondría fin al maltrato en los laboratorios.
¿Cómo acabarían con la violencia en las granjas? ¿Abolirían la ganadería?
Obviamente ahora mismo no se puede abolir la ganadería. Pero lo importante es que los ciudadanos tomen conciencia y que se vayan implementando medidas poco a poco hasta que la ganadería pueda desaparecer. Sabemos que no es a corto plazo, pero también sabemos que el futuro del planeta pasa por la desaparición de la actividad ganadera, que es muy nociva y perjudicial para el medio ambiente. Se tienen que ir tomando medidas ya y se debe empezar por las macrogranjas.
¿Cómo valoran las políticas del Gobierno relacionadas con la tauromaquia?
"Se debería abolir la tauromaquia ya"
Se está favoreciendo con subvenciones, desde Europa y desde el Ministerio de Cultura. Ninguna de las partes del Gobierno tiene la valentía suficiente como para afrontar este problema y atender al creciente rechazo ciudadano. Se debería abolir la tauromaquia ya.
Cada año, según los datos del Ministerio de Cultura, la tauromaquia recibe menos apoyos. Sin embargo, no se termina de cerrar el grifo de las subvenciones, ¿por qué?
Es lo mismo que ocurre con la caza. Hay lobbies muy potentes, gente muy poderosa que apoya este sector y son los que realmente impiden que haya cambios. En cualquier caso, no creo que sea una utopía prohibirla. Ya tenemos ejemplos como en Catalunya, Canarias o Asturias, donde el alcalde de Oviedo y la alcaldesa de Gijón ya han dicho que no van a celebrarse corridas. La visión de que la tauromaquia es una barbaridad está calando cada vez más en la clase política.
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