Este artículo se publicó hace 2 años.
El mayor cometa de la historia mide 120 kilómetros y se acerca al Sol, pero no se observará a simple vista
El Bernardinelli-Bernstein, descubierto recientemente, tarda tres millones de años en dar una vuelta a la estrella y es más negro que el carbón.
Malen Ruiz de Elvira
Madrid--Actualizado a
Más de 120 kilómetros mide el núcleo del mayor cometa detectado hasta ahora y este gigante, 11 veces mayor que el conocido cometa Halley, está en nuestra vecindad astronómica. Ahora se dirige hacia el Sol en una órbita muy elíptica casi perpendicular al plano del Sistema Solar, pero, al igual que su diámetro, todo lo relacionado con el gigantesco Bernardinelli-Bernstein es superlativo. En su máxima aproximación al Sol, en 2031, pasará bastante lejos (ahora está a poco menos de 3.000 millones de kilómetros), a una distancia similar a la de Saturno, así que no podrá verse desde la Tierra sin telescopio.
Luego se alejará del astro hasta medio año luz (la octava parte de la distancia a la estrella más cercana al Sol), creen los astrónomos que lo estudian, antes de iniciar la vuelta. Si además se tiene en cuenta que su masa se calcula en nada menos que 500 billones de toneladas, que tarda unos 3 millones de años en dar la vuelta al Sol y que su núcleo es más negro que el carbón, estamos hablando de un objeto celeste impresionante, que supera con mucho los demás cometas conocidos.
Tras varios años de estudio del gran cometa con diversos instrumentos, ha sido el veterano telescopio espacial Hubble el que ha hecho la de estimación definitiva de su tamaño, al concentrar sus observaciones en él un día del pasado mes de enero. Las imágenes tomadas confirman que se trata del mayor cometa nunca observado y rebajan muy ligeramente el tamaño aproximado dado por otro astrónomo recientemente, con datos del observatorio europeo ALMA, en Chile.
Los investigadores del Hubble (chinos y estadounidenses), han utilizado una técnica avanzada para aislar la luminosidad del núcleo helado sólido de la del polvoriento coma y poder así calcular su tamaño, comunican en la revista Astrophysical Journal Letters."Este cometa es literalmente la punta del iceberg de muchos miles de cometas que brillan demasiado poco para poder detectarlos en las zonas más distantes del Sistema Solar", ha dicho David Jewitt, coautor del nuevo trabajo. "Sospechábamos desde el principio que tenía que ser de gran tamaño porque es muy brillante a una distancia enorme". "Es un objeto asombroso, por lo activo que es cuando está todavía muy lejos del Sol", comenta por su parte Man-To Hui, el otro coautor principal. Hasta ahora el cometa de mayor tamaño detectado es uno identificado en 2002 cuyo núcleo se estima que mide poco menos de 100 kilómetros.
Los astrónomos se asombran de que a tan gran distancia y una temperatura tan baja (211 grados bajo cero) el cometa B-B ya tenga coma, que achacan a la sublimación del monóxido de carbono. Eso indica que está perdiendo gases y también masa, que los investigadores estiman en 1.000 kilos por segundo. La mayoría de los cometas son parecidos al Halley en tamaño y solo tienen actividad cuando están más cerca del Sol que Júpiter, que se debe a la sublimación de hielo de agua.
Teniendo en cuenta su larguísimo periodo alrededor del Sol, que los seres humanos podamos observar un objeto de esta naturaleza se debe al azar y de hecho solo se ven una vez. Los cometas de largo periodo como el Bernardinelli-Bernstein se consideran muestras ultracongeladas de las condiciones originales del Sistema Solar y por eso son de gran interés. Se cree que proceden de la nube de Oort, una hipotética reserva de inumerables cometas situada muy lejos del Sol, que se originó al principio por el juego de billar gravitatorio de los planetas exteriores. Cuando uno de esos cometas escapa de la nube para acercarse el Sol se puede decir que vuelve a su origen. Los que se han identificado hasta ahora llegan de distintos ángulos del espacio, lo que parece indicar que la nube, que no es posible observar por ahora, es esférica.
En este caso, el objeto fue descubierto como tal cuando dos astrónomos (los que dieron nombre al cometa) analizaron con ayuda de supercomputadores los datos de varios años obtenidos por la cámara del Estudio de la Energía Oscura (DES) en Cerro Tololo (Chile). Así lo anunció el centro de investigación Noirlab el año pasado. El cometa estaba en las imágenes todos los años entre 2014 y 2018 pero entonces no tenía coma ni cola y parecía una estrella más. Sin embargo, en 2021, nuevas observaciones revelaron que ya los tenía, y por tanto quedo reconocido como cometa con el nombre técnico C/2014 UN271.
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