Entrevista a Antonio Banderas"Trabajando en esto, ves cada gilipollez que te mueres, hay una cantidad de estupideces extraordinaria"
Madrid--Actualizado a
El actor, que llena cada día el teatro Soho de Málaga con el musical Company, protagoniza con Penélope Cruz y Óscar Martínez la película Competencia oficial, de los cineastas argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn. Es una comedia descarada y muy divertida sobre los egos de los artistas.
George Clooney reconocía hace unos años que los actores tenían un ego gigante, "como los políticos". Esa autoestima enfermiza y excesiva enfrenta ahora a Antonio Banderas y Óscar Martínez en un reto ridículo, dirigido y manipulado por Penélope Cruz. Es el duelo de vanidades de Competencia oficial, la nueva comedia de los cineastas argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn.
Dos actores de escuelas interpretativas muy diferentes (una estrella de Hollywood y un nombre de prestigio del teatro más radical) se reúnen para el rodaje de una película. La producción es simplemente una herramienta ideada por un millonario que quiere dejar huella en este mundo, pero para eso necesita a los mejores. Así, además de los dos intérpretes, contrata a una directora de renombre, con fama de independiente y extravagante. Durante los ensayos, la directora les pondrá a prueba, examinará sus verdaderos talentos y la gravedad de sus trastornos de ego.
Producida por Mediapro, como sus dos anteriores filmes, esta película se estrenó en el Festival de Venecia, tras lo cual inauguró la sección Perlak en San Sebastián. Con ella, los tres intérpretes principales se enfrentan a los vicios de su propio oficio. Reírse de ellos mismos es, en este caso, una buena terapia, pero como dice Antonio Banderas "alguno se va a sentir aludido".
En medio de las funciones que hace cada día del musical Company en el Teatro del Soho Caixabank de Málaga ("estamos haciendo historia, llenando todos los días durante cinco meses y con el teatro en pie"), donde permanecerá el espectáculo hasta el 3 de abril, Antonio Banderas dedica el día libre de los escenarios a hablar de su trabajo en esta película, una comedia refrescante y descarada sobre el mundo de la interpretación y del cine.
"El otro día, una señora se levantó y en mitad de una escena me gritó: 'Antonio ¿eres tú de verdad?' Es muy grave. Nos han engañado tanto, tanto, que ya nadie cree a nadie. No te fías. Soy Antonio Banderas, estoy allí, delante de ellos, y la gente no se lo cree. Y todo eso entronca con esta película".
Llevamos toda la vida escuchando eso de 'la gran familia del cine', pero de la competencia, nada. ¿Hay mucha competencia entre los actores?
Los actores compiten entre ellos, sí. Pero de toda esta historia lo que más me llama la atención es la estupidez, la exaltación de la estupidez, los diferentes tipos de narcisismos. Narcisismo es un tío que se mira al espejo y dice qué guapo soy, o qué listo soy, o soy el más puro, el mejor actor... Porque Iván, de pronto es muy puro, pero se pone delante de un espejo con una cafetera simulando que ha ganado el Oscar.
Ya, pero es que es fácil imaginarse que eso algunos actores lo hacen de verdad.
Claro, porque lo hacen. Pero lo interesante de la película es que está basada en el cine, pero eso pasa en los bancos, en la prensa, en todos lados… lo que ocurre es que el cine tiene la lupa puesta y se ven más todas estas miserias. Es verdad que somos una familia, pero las familias no son siempre perfectas, las familias se pegan de hostias, se pelean, no se miran, los hermanos están de bronca...
Pero no solo es que el cine tenga una lupa, es que las actrices y los actores...
...¿tenemos más vanidad que el resto de los mortales?
No, pero tienen que lidiar con el ego que todos tenemos de una manera especial.
Cierto, pero yo voy a dar la vuelta a eso un poco. Los actores, precisamente por la exposición que tenemos y porque nuestra herramienta somos nosotros, trabajamos con nosotros mismos, y eso genera una gran inseguridad. El que realmente desarrolla un ego potente aquí es que es idiota y esa idiotez se ve en la película, porque si eres un actor de verdad consciente, te ves inseguro. A mí cada noche antes de levantar el telón me tiemblan las manos, todos los días.
¿Nunca le ha jugado una mala pasada el ego, ni cuando era muy joven?
Supongo que sí, no tengo un recuerdo claro ahora mismo, pero seguro que en algún momento...
Pero seguro que se ha tropezado con compañeros con demasiado ego.
Sí, sí claro que me he tropezado con compañeros así y esos entorpecen el trabajo, sobre todo los que son listos, los que lo disimulan muy bien, lo tapan y van de todo lo contrario, esos dan miedo. Porque a mí, si me das a elegir entre Félix o Iván, yo me quedo con Félix, que dice que su personaje es tinta en un papel escrito... El otro va de purista. De esos egos te encuentras muchos, y dan el pego y ese es el peligro.
Las distintas escuelas de interpretación, ¿chocan en algunos momentos?
Sí, hay cosas en la película que vienen de eso. Me ha pasado en un rodaje que un actor antes de empezar cada toma se ponía a gritar, como hace mi personaje en la película, y te daba por culo. Hay muchísimas escuelas y... trabajando en esto, ves cada gilipollez que te mueres. Y luego están algunos detalles que les recomiendan los agentes, como que lleguen tarde al set o que no hablen con nadie o pedir cosas que ni vas a usar, todo para darse importancia. Una cantidad de estupideces extraordinarias.
¿Reírse de uno mismo es la mejor terapia?
Seguro que sí. Lo que pasa es que alguno se va a sentir aludido. En el Festival de Venecia noté algunas miradas de la dirección del festival... es que metemos el León de Oro en una trituradora y se lo llevaba luego una tía barriendo. Y ahí hay algo de verdad. Ahí está la vanidad. Yo tengo premios y me gusta recibirlos, yo tengo mi vanidad, otra cosa es creer que sirven para algo. Que yo crea en eso, ni de coña.
Hay actores, como en la película, que se quieren imponer a los directores. A las directoras se las ha tratado mal, ¿ahora está mejor todo esto, verdad?
Sí, puede ser que haya habido algo de eso. Yo he trabajado con varias directoras. Puede ser que haya habido algún tipo de maltrato hacia ellas. A mí me gustan mucho, me gusta su sensibilidad y su manera de aproximarse a la historia y a los personajes, eso me interesa y me gusta. Yo no he visto maltrato, pero eso no quiere decir que no exista, porque después me he enterado con actrices con las que estaba trabajando en ese momento que había ocurrido y me lo han dicho luego.
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