Entrevista a Idoia Villanueva"El giro sobre el Sáhara es un paso unilateral e irresponsable con la propia población española"
Madrid--Actualizado a
Como responsable de Internacional de Podemos y como alguien que está involucrada con la lucha del pueblo saharaui, ¿qué sintió cuando se desveló la carta de Sánchez al rey de Marruecos Mohamed VI? ¿Es una traición al pueblo saharaui?
Lo primero que sentí fue mucho dolor y muchísima incredulidad. El giro que ha tomado una parte del Gobierno de España con la posición del Sáhara es un paso unilateral e irresponsable con la propia población española. Al final, en política exterior se juega la credibilidad de todo un país. Es importante destacar que el papel de España en el conflicto del Sáhara no es un papel más, sino que tiene una deuda histórica con el pueblo saharaui, que fue provincia española y por la cual hay muchas personas hoy que son saharauis, que son españolas, y con la decisión del otro día lo que se estaba diciendo es prácticamente que se les despojaba de su nacionalidad y de su identidad, y se entregaba a Marruecos. Cabe recordar que la misión de Naciones Unidas es para la organización de un referéndum en el Sáhara Occidental, que es el objetivo de esa misión. Más allá de la responsabilidad histórica que tiene España con el Sáhara, es muy importante que en política exterior siempre apostemos por fortalecer el multilateralismo, algo que desde la era Trump ha estado tan desgastado. Cuando desgastamos las negociaciones de Naciones Unidas estamos diciendo que damos paso a la ley del más fuerte y de los hechos consumados, y esto es un gran peligro.
Cuando nos dedicamos en política internacional a sembrar injusticias, al final terminamos recibiendo los resultados en nuestros propios territorios. Llama la atención que Estados Unidos lo supiese antes que los propios socios de Gobierno y que los grupos parlamentarios, y que los españoles nos hayamos tenido que enterar por una carta del rey de Marruecos. Sigue habiendo muchas dudas sobre cuáles son los compromisos con Marruecos que hay detrás en ese documento, si hay un compromiso específico y acordado también en papel. Marruecos tiene la mayor desigualdad en África del Norte, es una monarquía que no permite a los parlamentarios hacer visitas y que usa a niños como armas en frontera. Marruecos no es solo su monarquía, es mucho más, y creo que es esencial desarrollar esas relaciones entre España y Marruecos fortaleciendo esas relaciones horizontales, apoyando la democratización del país. España no puede salirse de la defensa de la negociación bajo Naciones Unidas y el derecho internacional. Luego están las sentencias del Tribunal de Justicia Europeo, que ha señalado que las negociaciones de Europa con Marruecos no son legales porque se hacen con recursos que pertenecen al Sáhara Occidental, cuyo representante legal es el Frente Polisario. Por lo tanto, se están haciendo negociaciones con recursos que no son propios.
España es la potencia administradora del proceso de descolonización del Sáhara Occidental. ¿Qué puede aportar Unidas Podemos desde el Gobierno para que se materialice el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui?
No hablo como representante del Gobierno, soy eurodiputada y responsable internacional de Podemos, pero creo que se ha mostrado la voluntad de todo Unidas Podemos de seguir defendiendo esa postura, que no es otra que la del derecho internacional. Una solución acordada que termine en un referéndum de libre determinación del pueblo saharaui. Tomar una decisión como la de los últimos días sin ni siquiera haber hablado con el pueblo saharaui es una acción irresponsable. Tenemos que defender el derecho internacional y no validar ocupaciones ilegales.
¿Ha perdido España este papel de administradora del proceso de descolonización y, en cierto modo, de mediadora en este conflicto tras validar las posiciones de Marruecos?
No creo que por poner unilateralmente un compromiso en una carta a un país puedas desligarte de tus responsabilidades bajo la mirada del derecho internacional. España era potencia colonizadora y es responsable como potencia administradora, y tiene una mayor responsabilidad con el pueblo saharaui.
¿Es compatible la posición de Sánchez en el Sáhara Occidental con la nueva agenda para el Mediterráneo que Podemos ha impulsado en el seno de la UE?
Dos días antes de que se filtrase esa carta por parte del reino de Marruecos, presentábamos un nuevo libro que refleja un trabajo de varios seminarios con activistas, con personas de Naciones Unidas, con organizaciones sociales... para hacer una evaluación de la política sur en la Unión Europea. Es importante hacer un análisis crítico sobre cuáles han sido nuestras políticas exteriores en los últimos años. Veinticinco años después de los acuerdos de Barcelona hoy sigue habiendo los mismos conflictos, si no más, y no estamos consiguiendo lograr esos objetivos. Es importante realizar esa autocrítica en política exterior y lograr una nueva agenda para el Mediterráneo para tener relaciones horizontales, un enfoque integral e igualitario entre los países, con beneficio mutuo para las dos orillas. Europa no se ha dedicado a desarrollar relaciones horizontales entre los pueblos. Hay que garantizar el derecho a migrar mediante vías legales y seguras, hablar de derechos laborales y de trabajo decente, todo lo que tiene que ver con la transición ecológica y, por supuesto, el impulso para resolver conflictos que hay enquistados como el del Sáhara Occidental, Palestina o el de los pueblos kurdos.
El movimiento europeo por la paz se creó para defender el no a la guerra en un contexto de envío de armas a Ucrania por parte de Europa y de España. ¿Cuáles son los próximos pasos de este movimiento?
El movimiento europeo por la paz sale de ese anhelo y necesidad de poner en valor la paz en un momento de ardor belicista, de defender la paz como un difícil proceso pero también necesario. Las guerras solo traen mucho dolor, destrucción, miseria y muchas dificultades para todos los pueblos; las guerras no dejan una sociedad mejor. Las guerras no suelen hacerse en nombre de principios, sino que se hacen por intereses; sin embargo, cabe preguntarnos cuál es el mayor interés que tenemos las poblaciones y yo diría que es la paz para poder construir prosperidad. Cabe preguntarse por qué hay tantos países participando hoy de la guerra y tan pocos participando de la construcción de la paz; las conversaciones no han cesado en ningún momento y sin embargo se están haciendo entre delegaciones de Ucrania y Rusia sin una mediación internacional adecuada, sin un impulso diplomático y una cobertura internacional. Es muy buena noticia que Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, anunciara el nuevo enviado para poder construir esa mediación y esa petición del alto al fuego. Que se callen las bombas para que se oigan las palabras, y para eso creo que es esencial que todo el impulso internacional y todos los recursos vayan a la construcción de la negociación del uso de la política en mayúsculas para poder construir una paz duradera. El movimiento por la paz rescata todos esos movimientos que están habiendo en los distintos países, tanto políticos como sociales.
La izquierda en España sufrió importantes tensiones a raíz de ese envío de armas, después de que algunos dirigentes de Unidas Podemos respaldaran esta decisión tras el giro de Pedro Sánchez. ¿Teme que haya más divisiones en torno a esta cuestión? Esto parece haber hecho bastante daño.
No me preocupa la división de opiniones, me importa que haya un debate honesto. Creemos que en todo conflicto hay siempre una mesa de negociación y una construcción de un acuerdo para la paz, y lo que nos parece es que todos los recursos de los países tienen que estar puestos en apoyo a esas negociaciones por la paz. Es clave cuánto tiempo va a durar el conflicto, y nosotras creemos que hay que evitar el aumento de una escalada militar con potencias nucleares, que se puede convertir en una guerra con intervención internacional. Todos los países tienen que apoyar los impulsos diplomáticos para construir cuanto antes el alto el fuego y la paz.
¿Cómo valora el papel de Josep Borrell como jefe de la diplomacia europea en esta invasión de Rusia a Ucrania?
A mi me sorprendieron y me asustaron mucho los últimos discursos en el Parlamento Europeo con esa llamada a una guerra. Hubo palabras muy fuertes diciendo: "Todo el que no esté a nuestro lado lo tendremos en cuenta, no es un momento de construir paz o diálogo'"... El mensaje es muy peligroso y es un cambio en la diplomacia europea. Borrell es el jefe de la diplomacia europea, no de la defensa europea, y en, ese sentido, Europa puede y debe hacer más en construir esa mirada de autonomía estratégica, en defender los propios intereses de su población y en poner todos sus recursos en construir las negociaciones y la paz. Es muy doloroso ver las miles de vidas perdidas que está habiendo en estos momentos en Ucrania.
¿Está reaccionando de forma adecuada la Unión Europea a la subida del precio del gas y a la crisis energética? ¿Cómo se puede reducir la dependencia energética europea, sobre todo de combustibles fósiles, cuando Europa ha pasado de ser dependiente del gas ruso a serlo del gas estadounidense?
La subida de los precios del gas que estamos sufriendo responde a varias razones. Una de ellas es la guerra en Ucrania, pero también responde a medidas estructurales que está habiendo con la energía, un bien que es fundamental, básico y estratégico para cada uno de los países. Es muy necesario poder desacoplar el precio del gas de la electricidad, dejar de pagar todas las energías al precio de la más cara, para que sea notable el descenso del precio en los consumidores, pero no basta con aprobar medidas excepcionales. Hay que tener una estrategia de construcción de esa autonomía de Europa. En esa mirada entran dentro la energía, las materias primas, la soberanía alimentaria... Hay que dejar de depender de energías fósiles y de otros países, y esto acelera más si cabe esa transición hacia energías renovables, que es un objetivo para combatir el cambio climático, pero que también es necesario en la autonomía estratégica. También hay que poner coto a las grandes empresas que hacen caja de las mayores crisis, poner coto a esos beneficios caídos del cielo, y también pensar a largo plazo y trabajar en medidas estructurales, en ser capaces de tener empresas públicas de energía y de hacer reformas fiscales adecuadas.
¿Es esto compatible con un proceso real de transición ecológica?
Hay que hacer coherentes los distintos planes que hay encima de la mesa. No podemos pasar de depender de una superpotencia de la extracción de gas, Rusia, a depender de otra superpotencia de la extracción de gas, Estados Unidos, en este caso con técnicas de fracking muy nocivas para el medioambiente y contraria a los objetivos climáticos que nos hemos puesto. Lo que hace falta es acelerar esa transición energética para crear esa autonomía. Necesitamos acelerar esa transición y en momentos de crisis lo que deberíamos hacer es construir esa autonomía estratégica europea.
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