Los transportistas europeos no parecen dispuestos a aceptar los visados temporales de trabajo que les ofrece Johnson

Con un puñetazo tumba a la trabajadora de la gasolinera. Reino Unido raciona el poco combustible le queda: 30 libras de repostaje, algo menos de 35 euros.

Boris Johnson prepara a los militares para que se pongan detrás del volante de los camiones cisterna "queremos asegurarnos de que tenemos todo lo necesario para llegar a la Navidad y más allá",  para que no falten suminsitros en las estanterías de los supermercados. Ha ofrecido miles de visados de tres meses para los trabajadores europeos que dejaron las islas con el 'brexit'.

Y esta es la respuesta que recibe: "No, gracias, señor Primer Ministro, no aprovecharé esta oportunidad", dice este transportista polaco que duda que sean muchos quienes se trasladen a Reino Unido esos tres meses, solo para salvar la Navidad a los británicos.

Mientras, en muchas gasolineras del país se reproducen las peleas por la última gota de combustible. Trabajadores esenciales faltan a su trabajo porque no tienen cómo llegar. Una crisis que no parece se vaya a solucionar de inmediato.