Edmundo González recoge el apoyo de Milei y confirma su intención de acudir a Venezuela el día de la toma de posesión presidencial

Edmundo González fue recibido por el presidente Javier Milei en la Casa Rosada, en Buenos Aires. "Señor presidente, un placer enorme, un honor que esté acá", le dijo el mandatario argentino al saludarlo, reconociéndolo en esas palabras como ganador de las elecciones del pasado 28 de julio, tal como el Gobierno argentino había hecho en agosto, y como reclaman González y María Corina Machado desde hace ahora más de cinco meses.  

"Estamos haciendo lo que la causa de la libertad requiere, ni más ni menos, así que gracias por venir", agregó Milei antes de salir al balcón de la Casa Rosada, acompañado por el canciller Gerardo Werthein, González y su esposa Mercedes López. En la Plaza de Mayo estaban concentrados unos 2.000 venezolanos con banderas, camisetas de la selección y carteles de apoyo a González, Milei, o la frase de campaña de Machado "Hasta el final".

"Es la ruta de la libertad, comienza por acá por Argentina, de aquí va para Uruguay, Panamá, no sabemos qué otro país, porque forma parte de la estrategia que están utilizando", dijo José Fernández, venezolano residente en Argentina, en referencia a la gira de González con miras al 10 de enero, día de la toma de posesión presidencial en Venezuela para los próximos seis años. González aseguró nuevamente desde Buenos Aires que estará ese día en Venezuela: "Por cualquier medio que sea voy a estar allá", afirmó.

Aunque falte menos de una semana para ese día, y el Gobierno venezolano haya emitido el jueves una solicitud de recompensa de 100.000 dólares para capturar González por usurpación de funciones y falsedad documental, entre otras acusaciones, Fernández se mostró optimista hacia el 10 de enero: "Vamos a lograr que el presidente Edmundo se convierta en presidente dentro de Venezuela, ya está muy claro que va a estar presente físicamente, dijo que no se va a la guerra con miedo y es algo que tenemos muy claro nosotros, nos parece medio imposible pero es así".

"Hay que tener mente positiva, que no va a pasar nada, que esta gente entregue por las buenas, y si no vendrán las consecuencias más tarde, pero sé que nuestro presidente Edmundo González va a llegar a Venezuela para el 10 de enero y se va a juramentar como presidente", dijo por su parte Alida Contreras, venezolana de paso en Buenos Aires para visitar a su familia, también expectante ante el inminente 10 de enero.

Objetivo 10 de enero

González volvió a cruzar el Atlántico para dejar atrás España, donde había llegado el pasado 8 de septiembre, después de un acuerdo con el Ejecutivo español y el venezolano que permitió su salida de Caracas. En sus meses en Europa obtuvo el premio Sájarov por parte del Parlamento Europeo, pero no logró ser reconocido como presidente electo de manera contundente, a excepción de algunos gobiernos como el italiano de Giorgia Meloni. La cautela en el apoyo parece deberse a la memoria del fallido intento de 2019 de reconocer un Ejecutivo paralelo en Venezuela, encabezado entonces por Juan Guaidó.

La gira internacional de González incluye una parada el mismo sábado en Montevideo para reunirse con el mandatario saliente Luis Lacalle Pou, otra en Panamá y en República Dominicana. También se dirigirá a Estados Unidos, según anunció González desde Buenos Aires, donde el Gobierno saliente de Joe Biden lo reconoció como "presidente electo", como ratificó el secretario de Estado Antony Blinken en su reciente comunicación telefónica con González y Machado.

Washington aparece como la parada más importante en vista del rol determinante de Estados Unidos en la política contra el Gobierno venezolano. La situación luce sin embargo compleja: si bien Biden reconoce a González, el presidente Donald Trump, que asumirá el 20 de enero, aún no se ha referido directamente a él, por lo que no está aún clara su posición. El republicano está rodeado por sectores que plantean una nueva política de "máxima presión" contra Caracas, así como otros con una mirada pragmática y petrolera ante el ya largo conflicto con Venezuela.

La posición de la administración saliente en Washington, así como de la entrante, luce determinante en lo que hará González de cara al 10 de enero. Existen varias especulaciones acerca de si optará por proclamarse presidente desde fuera de Venezuela y, en ese caso, qué gobiernos lo reconocerían, o si buscará realizar una acción de impacto mediático y diplomático, como presionar un ingreso a Venezuela acompañado de expresidentes reunidos en la derechista Iniciativa Democrática de España y las Américas.

"Si Maduro no se va, tendrá consecuencias. Me imagino que los otros países, como Estados Unidos –que es el que tiene más fuerza–, apoyarán a Edmundo para que esta gente salga. Si no sale por las buenas, tiene que salir por las malas. Nosotros los democráticos decimos o por las buenas o por las malas", afirmó Contreras desde la Plaza de Mayo. La ilusión de una acción directa de Estados Unidos en Venezuela, presente durante el período de Trump, se encuentra nuevamente en el imaginario de algunos sectores de la oposición a medida que se acerca el 10 de enero.

El conflicto Buenos Aires-Caracas

"La ayuda que me prestó es el apoyo moral de Argentina, de los políticos argentinos para llevar a cabo el cumplimiento de la expresión popular en Venezuela", afirmó González respectó al rol de Milei, en rueda de prensa en Buenos Aires junto al canciller Werthein, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. "Vamos, que el 10 asumimos", declaró Bullrich ante las cámaras al finalizar la conferencia.

La ministra argentina adquirió protagonismo en el conflicto con Caracas después de la detención en Venezuela de un gendarme argentino, Nahuel Gallo, a principios de diciembre. "Denunciamos desde nuestra Cancillería ante la Corte Penal Internacional al régimen de Maduro por la desaparición forzada de nuestro gendarme Nahuel Gallo. Crimen imprescriptible para los autores", escribió el jueves, horas antes de que se hicieran públicas imágenes de Gallo detenido en Venezuela. Bullrich llegó a afirmar a principios de diciembre que esperaba que el caso no se transformara en casus belli.

El Ministerio Público venezolano por su parte acusó a finales de diciembre a Gallo de estar involucrado en "acciones desestabilizadoras y terroristas", con "apoyo de grupos de la ultraderecha internacional", acusando al Gobierno argentino de "clara complicidad" con "planes subversivos". La acusación se dio en el marco de una serie de arrestos de extranjeros desde el mes de agosto, acusados por Caracas de ser parte de planes golpistas contra Miraflores. Algunos de esos planes son particularmente visibles, como el que motoriza por ejemplo el contratista estadounidense Erik Prince y su iniciativa Ya Casi Venezuela.

La escalada Buenos Aires-Caracas se enmarca así en la creciente tensión de cara al 10 de enero, y la posible reestructuración de una arquitectura diplomática similar a la puesta en marcha con Guaidó desde 2019 hasta 2023, fecha en la que dejó Venezuela con destino a Miami. En este caso, el Gobierno venezolano ya anunció que no permitirá el regreso de González al país, y comenzó un importante despliegue policial, militar y de fuerzas sociales del chavismo en las calles, centralmente de Caracas, epicentro del poder político.

Los próximos días se anuncian cargados de acontecimientos por la gira internacional de González, y los preparativos en Venezuela para la toma de posesión. El tono de amenazas y el anuncio de un próximo Día D por parte de la oposición nucleada alrededor de Machado y González, así como la disposición del Gobierno venezolano a no permitir ningún episodio sorpresivo, forman un cuadro de alta tensión y de continuidad de la crisis abierta a partir de las elecciones del 28 de julio.