"No puede ser que nos peguen por esto"

Todo comenzó con unos insultos homófobos cuando Miguel Ángel rozó a una chica al salir de un botellon en las fiestas de Velada (Toledo) Al segundo, tres jóvenes le estaban golpeando hasta tirarlo al suelo. Es solo la última agresión por razones de identidas sexual conocida. Javier vive atemorizado desde que un grupo de siete hombre lo vejó, agredió y amenazó hace unas semanas en Jaén. Los datos confirman la sensación que viven en la calle: los delitos de odio han crecido un 10 por ciento en el primer semestre del año. Y muchas agresiones no se denuncian por miedo o vergüenza.  Ellos, que han sentido en su piel la expresión más cruel de la intolerancia, piden respeto.