"A Samuel le leyeron la pluma, lo mismo que les sucede a diario a miles de niños y niñas"
La Asociación por la Libertad Afectiva y Sexual de A Coruña, que ejerció la acusación popular, valora la sentencia que condena a 74 años a los asesinos del joven como un paso adelante en la lucha contra la LGTBIfobia.
A Coruña--Actualizado a
Las últimas palabras que dijo Samuel Luiz antes de que Diego Montaña empezara a golpearlo fueron para responder a sus insultos: "Maricón, ¿de qué?", le dijo a aquel desconocido, que pensó que le estaba grabando cuando hacía una videollamada y que le amenazaba, literalmente, con matarlo. Sólo tres minutos después, el chico agonizaba en la acera del paseo marítimo de A Coruña, con el cuerpo destrozado por las patadas y puñetazos de Montaña y sus amigos.
La sentencia que ha condenado a más de 74 años a los asesinos de Samuel Luiz considera probado que acabaron con su vida conscientemente, espoleados por el desprecio y el odio hacia la orientación sexual que su primer agresor creyó ver en él. Pero ellos no conocían a Samuel, que nunca había participado a nadie de su condición sexual, ni siquiera a su familia. Entonces, ¿cómo pudo Montaña adivinarla?
La Asociación por la Libertad Afectiva y Sexual (ALAS) de A Coruña, que ejerció la acusación popular en el juicio por la muerte de Samuel Luiz, considera que la sentencia ha dejado probado el móvil homófobo del crimen, y ha desmontado el intento de las defensas de los acusados por poner en el centro del caso la identidad sexual de la víctima para intentar probar lo contrario.
Eso supone un enorme paso adelante, porque establece una sólida jurisprudencia ante otros asaltos homófobos, y porque debe servir para generar conciencia ciudadana sobre el verdadero calado de los crímenes de odio. Lo importante no es quién o qué sea la víctima, sino a su agresor, sus motivos y sus intenciones.
Masculinidad hegemónica
“A Samuel le leyeron la pluma, lo mismo que les sucede a diario a miles de niños y niñas que ni siquiera han descubierto aún su sexualidad, pero que por su cuerpo, su voz, su gestualidad o su manera de vestir se salen de los parámetros de la masculinidad hegemónica”, afirma Ana G. Fernández, presidenta de ALAS.
“Samuel no va a volver, pero la sentencia le hace justicia y puede reparar en parte el dolor de su familia”, añade. “La jueza ha sido extremadamente minuciosa para explicar y fundamentar el móvil homófobo, y la conclusión es que esos actos no tienen cabida en nuestra sociedad y que si alguien los comete, pagará por ello”.
"Samuel no va a volver, pero la sentencia le hace justicia y puede reparar en parte el dolor de su familia"
El fallo de la Audiencia Provincial de A Coruña sobre el caso Samuel, que firma la magistrada Elena Pastor Novo, confirma el veredicto del jurado popular y considera probado que en la madrugada del 3 de julio de 2021, Diego Montaña, "sin duda guiado por sus propios prejuicios, interpreta que Samuel es homosexual y [...] se abalanza sobre él".
Ese fue, según la jueza "el elemento trascendente que determinó su actuación", secundada por los otros tres acusados –Alejandro Freire, Kaio Amaral Silva y Alejandro Míguez– y por otros dos amigos, que eran menores en el momento del crimen y que ya fueron condenados.
El debate sobre la orientación sexual de Samuel
"Nuestra intención durante todo el proceso era evitar que se discutiera la orientación sexual de Samuel, porque eso no era lo relevante", destaca la presidenta de ALAS, que valora positivamente que la jueza haya dejado claro que su sexualidad "pertenecía a su esfera íntima" y no debía, por tanto, ser motivo de debate. Ni para elaborar el relato de hechos probados ni para establecer su calificación jurídica.
"Toda la agresión que sufrió fue una vejación salvaje y continuada hacia su orientación sexual. Por eso le trataron como a un perro, como dijo su padre durante la vista oral, con una violencia inusitada. Y es muy importante, y lo valoramos así, que la jueza lo haya reflejado con claridad".
"Toda la agresión que sufrió fue una vejación salvaje y continuada hacia su orientación sexual"
ALAS Coruña, que presta atención a los afectados por agresiones homófobas, ha creado un observatorio de la violencia LGTBIfóbica que elabora cada año un informe en el que las compila u analiza. Entre 2018 y 2023 atendieron a más de 900 personas por esa clase de asaltos. "Seguimos registrando agresiones de todo tipo, y no sólo físicas y verbales. También casos de discriminación en empresas, instituciones, centros educativos...", abunda Ana G. Fernández.
Ninguna ha revestido la gravedad, el fatal desenlace y la repercusión mediática y social del asesinato de Samuel. "Pero todas son reflejo de la misma situación", matiza. Y probablemente todas deban ser contestadas con las últimas palabras de Samuel antes de que lo lincharan: "Maricón, ¿de qué?".
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