Rubén Sánchez (Facua): "El resultado de las elecciones en España puede estar en manos de Musk y Zuckerberg"

Rubén Sánchez (Sevilla, 1974) no sólo defiende los intereses de los consumidores como portavoz de Facua, sino que también lleva más de una década desmontando bulos en la conflictiva selva de las redes sociales; diez años soportando insultos, acusaciones falsas y amenazas de muerte. El activista acaba de publicar su nuevo libro, Bulos: manual de combate (Manual de Combate), un recorrido por su lucha personal contra las fake news y la desinformación. El autor habla con Público del auge de las noticias falsas en plataformas como Facebook, Instagram y X y recuerda sus victorias judiciales contra políticos, empresarios y agitadores de extrema derecha.

Los bulos se han convertido en un actor protagonista en la política española. ¿Tenemos herramientas para combatirlos?

Tenemos pocas herramientas para hacer frente a demasiados bulos. Las herramientas siempre son contrastar, verificar, dudar de absolutamente todo lo que recibimos como información y ser selectivos en función de los medios, el autor y demás cuestiones. El problema es que recibimos tal cantidad de mensajes informativos que es imposible comprobarlos todos. En media hora, podemos recibir perfectamente 200 mensajes... Es importante dar credibilidad sólo a las personas solventes y la solvencia se tiene que ganar; si nos tomamos en serio todos los perfiles que nos caen bien, triunfan los grandes difusores de bulos... 

Donald Trump, Vito Quiles, Manos Limpias, Alvise, Elon Musk. Los difusores de bulos son muchas veces los grandes beneficiados cuando se habla de fake news. ¿Por qué? 

Los creadores de bulos actúan generalmente con intereses económicos, aunque también estén por detrás los políticos. Lo que buscan es hacer negocio, de hecho, no necesitan que todo el mundo les crea, basta con una corte fiel de seguidores y con las donaciones directas de la gente que cree en sus luchas… La gran factoría de bulos mundial que ha desarrollado la extrema derecha sigue un claro patrón: aupar a determinados perfiles al poder y conseguir luego una recompensa económica por haber hecho el trabajo previo…

Es interesante el tema de las donaciones. Vito Quiles, por ejemplo, utiliza su cuenta personal para pedir donativos para la DANA. ¿Cómo operan este tipo de perfiles?

Nadie sabe cuántos ingresos recibe en su cuenta porque no está monitorizada. Alvise le llegó a pedir dinero a un empresario sin que pasase por el Tribunal de Cuentas. ¿Quién lo fiscaliza? Un día te dicen que necesitan los donativos para un asunto y al día siguiente, te dicen que son para otro, pero nunca trasciende, porque nadie los monitoriza. Te pongo mi caso concreto, que es justo el contrario. Este año tuve que crear un crowdfunding para defenderme de los ataques de la extrema derecha a nivel judicial, porque estaba inmerso en una decena de causas judiciales y no sabía si alguna me podía salir mal… 

El crowdfunding tenía un tope y cuando vi que el dinero era más que suficiente para costearme un abogado y un procurador, lo cerré. Luego, abrí una web para dar cuenta de todos los movimientos realizados y contacté con tres profesionales para que me fiscalizasen la cuenta. Esa es la gran diferencia, tenemos perfiles que se presentan como auténticos mesías y salvadores de la patria, cuando hacen gala de una opacidad absoluta... Alvise, Vito y toda esta gente nunca va a mostrar públicamente sus cuentas, salvo que un tribunal se lo requiera. 

No tiene que ser fácil lidiar con los bulos de la extrema derecha, ¿mejor contestarles o dejar que la mentira les explote en la cara?

No todos los bulos son iguales. Tenemos casos de asuntos virales que afectan a tu reputación de forma grave y casos en los que directamente te insultan o atacan con mentiras. A mí un tipo de Murcia me llamó cocainómano. Si le contestaba, corría el riesgo de sufrir el efecto Streisand, no me merecía la pena… Es por eso que preferí responder de manera silenciosa en los tribunales y sólo publiqué lo que había ocurrido cuando le gané la batalla judicial. Eso fue lo viral. Si le empiezas a dar difusión a ciertos bulos, les das difusión. Es un tema con mucha complejidad, tenemos que elegir la estrategia correcta...

Esto en el caso de los usuarios de redes, muchas veces anónimos. ¿Pero en el caso de los medios?

La cuestión aquí es a quién nos creemos, de quién recibimos mensajes… Tenemos medios que son auténticas máquinas de intoxicación, que se dedican a difundir noticias falsas, por mucho que intenten aparentar lo contrario… Te digo una cosa, antes consultaba un amplio abanico de medios de izquierdas y derechas que ahora he tenido que acotar, porque algunos han perdido la credibilidad. Es fundamental ser selectivos y huir de los medios que son puramente desinformación, como OKDiario y el portal de Javier Negre. 

Lo único para lo que consulto estos portales es para ver qué bulos mueve la extrema derecha, dentro de mi labor de investigación. Los ciudadanos tenemos que ser críticos y vigilar también el papel de los mal llamados influencers, que son muchas veces referentes en demasiados temas. Lo que ocurre es que mucha gente sigue a cualquiera que sea capaz de grabar un vídeo y esto es un problema, porque caemos en las redes de encantadores de serpientes, usuarios que dicen auténticas barbaridades. 

Meta ha anunciado este martes la finalización de su programa de verificación de datos. ¿Cómo puede afectar este movimiento al auge de la desinformación?

Zuckerberg se ha plegado todavía más a un modelo que no es válido. El sistema de X está trucado, porque es la propia comunidad la que hace valoraciones y puede ayudar a sembrar bulos, desacreditando informaciones que son perfectamente válidas y dando por buenas noticias incorrectas. Facebook debería profundizar más en lo que hacía hasta ahora, contar con empresas de factchecking y desmontar bulos. 

Estamos en una guerra global contra grandes multimillonarios con intereses económicos de por medio. Lo que mueve a Elon Musk y Donald Trump es el dinero, más allá de su ideología racista, homófoba y machista. Y lo que pretenden es llevar al poder a líderes de extrema derecha a través de la desinformación, buscan una injerencia clara en la política europea. Esto es un problema y algunos dirigentes han empezado a denunciarlo, pero de forma tímida. Tenemos que ser más contundentes, intervenir el algoritmo y monitorizar el funcionamiento de las redes para evitar que favorezcan determinados tipos de mensajes. 

Zuckerberg sigue la estela de Musk, que busca influir en las elecciones alemanas y en la política europea. ¿Cuáles son sus objetivos?

La injerencia extranjera y los propietarios de las grandes plataformas acaban condicionando la opinión pública y esto puede provocar cambios en los comportamientos electorales en cualquier país del mundo. Esto quiere decir que el resultado de las elecciones en España puede estar en manos de Elon Musk y Mark Zuckerberg, porque fomentan con sus algoritmos que la gente vea lo que ellos quieren mostrar: mentiras y falsedades, mensajes destinados a aupar una ideología concreta.  

Rumanía ha aplazado su cita con las urnas por la injerencia de plataformas como TikTok. La Ley de Servicios Digitales permite a los países europeos tomar este tipo de decisiones. ¿Bruselas será capaz de hacer lo mismo con Musk?

La Unión Europea debe enfrentarse a Musk y Zuckerberg y todos los países miembros tendrían que actuar ante la injerencia de un multimillonario megalómano que pretende influir en los resultados electorales de una serie de Estados clave. España será uno de esos países. El apoyo lo brindarán [los dueños de las plataformas] a través de la manipulación del algoritmo para que la gente sólo reciba mensajes proclives a la extrema derecha… Es importante adoptar medidas al respecto.

¿El Ministerio de Consumo puede tomar cartas en el asunto?

No lo tengo tan claro, creo que la intervención del algoritmo es más bien una cuestión de escala comunitaria. En términos nacionales, no tengo claro de quién serían las competencias, depende del punto en el que se cometa la irregularidad...

Ha sido bastante crítico con el papel de Garzón como ministro. Bustinduy impuso multas millonarias a cinco aerolíneas e investiga la actividad de grandes operadores como Airbnb. ¿La situación ha mejorado?

La situación ha mejorado. Bustinduy ha exteriorizando una imagen más crítica con los abusos empresariales, que es lo mínimo que se puede esperar de un Ministerio de Consumo. Está haciendo algo que no hicieron sus predecesores: señalar con el dedo a las empresas que cometen infracciones. Y además, ha entendido que es importante mantener un diálogo permanente con la asociación de consumidores más representativa del país. Es cierto que he sido crítico con Garzón, porque su discurso no me ha parecido correcto en determinadas cuestiones, pero en otras ha estado acertado. Fue quien dotó al Ministerio de potestad sancionadora – atendiendo las reivindicaciones de Facua–. Lo que hace Bustinduy no hubiera sido posible sin lo que hizo Garzón. 

La pregunta del millón. ¿Es momento de quedarse en X y combatir desde dentro la desinformación o tenemos que migrar en busca de espacios seguros, si es que existen?

Los espacios seguros no existen, los trolls y la desinformación están en todas partes. Bluesky empezó como un espacio de perfiles demócratas y de repente, aterrizaron usuarios de extrema derecha que sólo buscaban insultar. El nivel de manipulación del algoritmo no es el mismo en todas las redes, pero si nos vamos de estos espacios, acabarán monopolizados por los que intentan acabar con las democracias. No podemos abandonar a la gente que nos lee –cada vez con más dificultad– y dejar que consuma discursos de extrema derecha y contra los derechos humanos. Si nos vamos de X, permitimos que los ultras ganen la batalla y asumimos un tono derrotista que no nos merece la pena. Esto no quita que podamos estar en varias plataformas al mismo tiempo...