La Ribera d'Ebre es una comarca del sur de Catalunya extremadamente marcada por el paso del río, extendiéndose a lo largo de 40 kilómetros a ambos lados del Ebro, en su entrada al país. 14 términos municipales por 17 pueblos, señalados por el perfil accidental de la cordillera prelitoral, pero también por la llanura del medio del río. Pero no solamente de agua vive la zona, donde la gastronomía o la naturaleza tienen un importante peso.

La comarca tiene un pasado muy relevante del que ha quedado huella, desde los íberos hasta la Guerra Civil, siendo especialmente conocida por el episodio de la batalla del Ebro. Pero otro legado histórico que se conserva es el que va ligado a la época medieval, sus castillos y sus villas, que hacen que valga la pena una visita extensa.

Y es que la importancia geoestratégica del río en el pasado como vía comercial y de comunicación hizo que varios pueblos se establecieran ocupando puntos elevados en ese período histórico. Estos permitían tener control del río y de sus llanuras fluviales. Por eso, le recomendamos seis propuestas para descubrir la edad medieval a través de la Ribera d'Ebre.

Miravet

Miravet y Ascó fueron las dos grandes plazas militares de la zona tanto para musulmanes como para templarios, escogidas para estar emplazadas justo antes de dos desfiladeros, el Pas de Barrufemes en el caso que nos ocupa. El Cap de la Vila es el núcleo histórico, formado por un entramado de casas que cuelgan sobre el río, en medio de acantilados y las montañas, creando una imagen sensacional. Encontraremos calles porticadas y casas antiguas, así como espectaculares vistas sobre el río y el meandro.

Pero Miravet destaca especialmente por su imponente castillo, el mejor ejemplo de arquitectura templaria en Catalunya. Fue construido en el siglo XII sobre un hisno de origen musulmán, está situado en el punto más alto de la población y sobre el río Ebro. La fortaleza templaria está edificada así encima una colina que controla todo el territorio, el río Ebro, que pasa por sus pies y domina toda la población.

Desde lo alto del Castillo de Miravet, también podemos disfrutar de unas vistas espectaculares. La imponente fortaleza está rodeada por una muralla de 25 metros de altura. Hoy todavía se pueden apreciar parte de las estructuras de una fortaleza andalusí sobre la que se levantó el castillo templario, inmediatamente después de la conquista de estas tierras por parte de Ramon Berenguer IV.

Ascó

Ascó destaca por conservar una de las morerías (el núcleo originario antiguamente cerrado por murallas) más grandes y representativas del país, y dispone todavía de uno de los núcleos antiguos más singulares y característicos de las Terres de l'Ebre, conservando todavía muchos elementos propios de la arquitectura andalusí. Durante la ocupación musulmana fue una importante plaza presidida por el castillo que controlaba un extenso territorio hacia el Montsant. La fortificación puede visitarse de forma libre y gratuita.

Calles estrechas, empinadas y oscuras forman parte de su casco antiguo, con numerosas perxes y corredores que conectan calles y se acompañan de fachadas particulares, según detalla el Consell Comarcal de la Ribera d'Ebre. Cabe destacar Ca Estisora, una torre de vigilancia de la morería, según se desprende del nombre de la calle Baijunga (puerta de pequeño castillo). Tal y como detalla el servicio de turismo de la comarca, es un torreón ofensivo y defensivo, con aspilleras de piedra picada y un agujero redondo en la pared, que se acompañaba de un pértigo que servía de puerta de entrada a la morería.

Si hacemos la ruta guiada por el casco antiguo de Ascó, descubriremos una de las morerías más grandes y bien conservadas de Catalunya. El objetivo es conocer patrimonio cultural de la localidad relacionado con la época musulmana y cristiana, así como entender la evolución urbana de Ascó durante la época medieval y moderna. El recorrido transcurre por las calles y edificios más significativos de la morería, y otros relacionados con la época medieval.

Tivissa

La villa de Tivissa está construida sobre una colina, al pie de las vertientes septentrionales de la cordillera del mismo nombre, y en este caso es una villa medieval de la comarca que está alejada del río. De hecho, es la segunda gran villa medieval de la Ribera d'Ebre, junto a Miravet, y forma una villa cerrada presidida por la monumental iglesia de Sant Jaume.

El casco antiguo de Tivissa es uno de los más atractivos y mejor conservados de la comarca. Encontraremos calles y callejuelas entrelazadas con encanto y misterio, portales de entrada al recinto fortificado, la plaza del Mercat donde se celebraban los juicios y el antiguo castillo, entre otros. El recorrido de la visita guiada comienza en el Portal d'Avall y recorre los portales y murallas de Tivissa, el antiguo castillo y actual ayuntamiento, entra en otros lugares.

Esta localidad también destaca por el poblado ibérico del Castellet de Banyoles, en un punto estratégico de control del río Ebro desde donde se domina la llamada Cubeta de Móra. Aparte del poblado ibérico también se instaló un pequeño castillo medieval. Lo encontramos en la margen izquierda del río Ebro, en una terraza elevada en forma de triángulo.

Móra d'Ebre

Saltamos a Móra d'Ebre, una villa situada a la derecha del río, en la vertiente de una pequeña colina donde encontramos los restos del Castillo de Móra, del que se conservan las murallas exteriores y dos torres descabezadas. La fortificación solo era accesible por poniente, donde se encuentra el Calvario, a raíz de la elevación del terreno. Sin embargo, es en este punto donde se dirigen las dos torres circulares. Tiene un perímetro de unos 350 m y es muy irregular de trazado.

En Móra d'Ebre es recomendable la visita al Centro de Interpretación de las Guerras Carlistas en la recuperada torre fusilera, una construcción de la época carlista en la misma suena que la fortificación, donde conoceremos más sobre el castillo, así como de la población durante la batalla del Ebro. En la población cabe remarcar también el papel de su Casco Antiguo, situado junto al Castillo y la Iglesia prioral, y que guarda muchas historias y callejuelas con encanto especial.

Riba-roja d'Ebre

Pasamos al primer núcleo de población que se encuentra el Ebro al entrar en Catalunya, Riba-roja d'Ebre. Su conjunto medieval se fue creando alrededor del castillo templario, y representó a la vanguardia en la lucha contra los sarracenos. La evolución histórica de la zona ha favorecido la configuración del casco histórico de esta localidad, contando con templarios, hospitalarios y sarracenos. Destacan los restos del castillo, prisión, molino y mirador de la Pena.

Flix

Acabamos en Flix, una localidad donde también se respira la época medieval en toda la villa. Destaca la plaza Mayor, centro neurálgico durante siglos. Se celebraban los actos, las fiestas más importantes y el mercado. Y es que en 1360 el rey Pedro III concedió a Flix el privilegio de celebrar mercado semanal todos los martes. Según detalla el portal turístico de la comarca, las paradas del pescado se situaban a la sombra de los porches (perches) y el reloj de sol de la fachada de la actual casa Fontanilles marcaba el ritmo del tiempo.