Este artículo se publicó hace 7 años.
El patrimonio de La Pasionaria regresa a su pueblo en 35 cajas de cartón
Familiares de Dolores Ibárruri entregan al Museo de la Minería más de 50 objetos y 437 libros de la histórica militante comunista, oriunda de esta localidad vizcaína. Sus gafas, sus máquinas de escribir y distintos reconocimientos forman parte de la donación, que será expuesta de manera permanente a partir de abril próximo.
Bilbao-
Vistas desde fuera, no eran más que un montón de cajas cuidadosamente precintadas. Treinta y cinco, para ser más exactos. Una vez abiertas, apareció un auténtico tesoro: allí dentro estaban distintos objetos de Dolores Ibárruri, La Pasionaria. 27 años después de su muerte, sus descendientes han cedido al Museo de la Minería de Gallarta (Bizkaia) el patrimonio material de la histórica dirigente comunista. Son sus libros. Son sus recuerdos. Nada es casualidad: Gallarta es el pueblo que la vio nacer y crecer. Es la vuelta a casa. Ahora sí, para siempre.
"¿Sabes lo que nos estás entregando?", preguntaron unas emocionadas trabajadoras del museo al repartidor de una mensajería privada que se encargó de traer estas cajas desde Madrid, donde habían sido guardadas hasta ahora por su nieta. “Llegaron el pasado viernes 13, y aún nos quedan algunas cajas por revisar”, relató a Público la directora del museo, Haizea Uribelarrea. “Llevábamos mucho tiempo soñando con tener todo esto aquí, pero no nos imaginábamos que iba a ser tanto”, comentó.
“Llevábamos mucho tiempo soñando con tener todo esto aquí, pero no nos imaginábamos que iba a ser tanto”
La emoción de Uribelarrea tiene fundamento: La Pasionaria es una de las figuras más emblemáticas de la izquierda, tanto a nivel nacional como internacional. También es reconocida como una firme defensora de la libertad. O lo que es lo mismo, como una acérrima enemiga del fascismo. En su Gallarta natal, el instituto lleva su nombre. Lo mismo ocurre con varias calles, tanto en la comarca de la Zona Minera como en Bilbao, donde incluso hay un busto en su memoria.
Tal como quedó demostrado hace algunas semanas, nada de esto agrada al PP: el pasado 11 de enero, los ediles conservadores en el ayuntamiento de Bilbao reclamaron oficialmente que se retirase su nombre del callejero. ¿El motivo? Para los populares, la destacada política vasca –quien llegó a ocupar el puesto de vicepresidenta de las Cortes Generales en 1937- fue una “comunista que apoyó decididamente al sanguinario Stalin y que tuvo una actuación terrible en la Guerra Civil española”. Tras generar un amplio revuelo mediático, la dirección del PP de Euskadi ordenó frenar esa moción, en la que sus concejales también pedían quitar el nombre de Sabino Arana –fundador del PNV- de una de las calles bilbaínas.
La sala roja
Ajenos a esa polémica, en el Museo de la Minería mantienen en alto el nombre de Ibárruri. “No es el eje del museo, pero sí su corazón”, resume Uribelarrea desde la sala dedicada a la figura de la militante comunista. Dentro de aproximadamente tres meses, sus actuales paredes blancas estarán pintadas de rojo. Allí se instalarán los 52 objetos donados por la nieta de Dolores, que formarán parte de una exposición permanente. Estarán, por ejemplo, sus gafas de cristal graduado con montura de pasta. También las máquinas de escribir que utilizaba para redactar sus discursos, esos mismos que hoy pondrían de los nervios a los concejales del PP en Bilbao.
De otra de las cajas asoman las distinciones otorgadas por distintas agrupaciones del Partido Comunista de España. En el inventario se detallan otros objetos, como un cuadro enmarcado con la siguiente leyenda: “Con cariño a La Pasionaria. Sol grande. Estrella polar. Dolores de los obreros, de la tierra y del mar”. También hay un par de candiles dorados. “A Dolores, de los mineros asturianos”, se lee en uno de ellos. Algunas esculturas, una estatuilla de la Dama de Elche y una medalla conmemorativa del ayuntamiento de Gijón son otros de los objetos entregados al museo.
Estarán sus gafas de cristal graduado con montura de pasta. También las máquinas de escribir que utilizaba para redactar sus discursos
Reconocimientos, homenajes, distinciones… y una reivindicación contra el fascismo: el patrimonio de Ibárruri incluye una tela bastante grande, con una inscripción en ruso que ocupa su esquina superior izquierda. Seguido aparecen una gran cantidad de firmas. Todas ellas corresponden a militantes de las Juventudes Comunistas de la URSS, quienes de esa manera querían mostrar su solidaridad con todos y cada uno de los presos políticos de la dictadura franquista.
Del mismo modo, sus familiares han hecho llegar al Museo de la Minería la biblioteca de la dirigente comunista. En total, 437 libros de distintos autores. “En algunos de ellos hay anotaciones suyas”, dice la directora de este centro. Según ha podido comprobar, los títulos de carácter marxista –considerados delictivos durante la dictadura franquista- ocupan la caja número 17. Todas esas obras serán colocadas en un armario acristalado que hoy se encuentra en otra zona del museo. “Es una de las cosas que más me emociona", reconoce Uribelarrea: "Estamos hablando de los libros que ella leyó". Hoy están en Gallarta, el pueblo que se enorgullece de su nombre.
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