Este artículo se publicó hace 3 años.
Los países elevan su compromiso para luchar contra el metano, gas responsable del 25% del calentamiento del planeta
Más de cien países firman un compromiso para reducir un 30% de las emisiones del gas fósil de cara a 2030. El acuerdo, sin embargo, apenas aporta medidas para reducir la huella metanera del sector ganadero.
Alejandro Tena
Madrid--Actualizado a
La Cumbre del Clima de Glasgow comienza con nuevos compromisos. Las delegaciones de los países han puesto su atención este martes en uno de los principales problemas ambientales del momento y del que, hasta la fecha, apenas existían acuerdos para su solución: el metano. Más de cien países han firmado en la capital de Escocia un nuevo convenio para reducir un 30% y de cara a 2030 las emisiones de este gas, cuyo potencial para el calentamiento del planeta es entre 30 y 80 veces más alto que el CO2.
El Compromiso Mundial sobre el Metano fue impulsado por EEUU en el mes de septiembre y, por entonces, se sumaron alrededor de 30 países. Ahora, en el marco de la COP26, la alianza parece ensancharse con un total de 103 Gobiernos inscritos, los cuales representan el 46% del total de las emisiones anuales de este contaminante. El metano es el responsable, según las estimaciones científicas, del 25% de la subida global de temperaturas y sus emisiones se vinculan estrechamente a la actividad ganadera, responsable del 40% del total. Además, el sector energético fósil está detrás de cerca del 35% de las emisiones y el sector residuos del 20%.
El acuerdo formalizado este martes en Glasgow no es vinculante, por lo que dependerá de la buena voluntad de los Gobiernos. Según adelantaba El País, la Administración Biden y la Unión Europea, principales impulsor de la alianza, consideran que, de llevarse a raja tabla el plan de reducción de emisiones, se podría limitar el calentamiento del planeta 0,2ºC a mediados de siglo. Sin embargo, los colectivos sociales reclaman que se eleve más la ambición y se apruebe un recorte del 45% de las emisiones para finales de década.
Este pacto pacto apenas presta atención al sector ganadero y pone el grueso de las acciones sobre las emisiones de metano asociadas a la extracción minera de carbón. Una realidad que genera grandes limitaciones a la acción climática internacional, sobre todo porque los grandes países carboneros –como China, Rusia, Australia o India– no han firmado el compromiso.
Por otro lado, la escasa actuación sobre la ganadería es "una oportunidad perdida", según los grupos ecologistas. Tanto es así que para este sector se dan soluciones muy técnicas y poco eficientes, como el desarrollo de suplementos para la alimentación animal, y se dejan de lado los planes más ambiciosos para reducir directamente la producción en las macrogranjas. Tampoco se hace mención a la necesidad de disminuir el consumo de carne en los hogares, algo que reclamaron varios científicos en The Lancet en la semana previa a la COP26.
"Es alentador que los gobiernos hayan prometido actuar sobre el metano, pero es decepcionante que ignoren a los mayores contaminantes: la industria cárnica y láctea. No se trata de agricultores individuales, sino de regular una industria dominada por un puñado de empresas multimillonarias que no hacen prácticamente nada para reducir sus emisiones de metano. Las grandes empresas cárnicas no son diferentes de las petroleras y los gobiernos no deberían darles un pase libre en materia de acción climática", explica Nuša Urbancic, directora de Campaña de la Fundación Changing Markets
En cualquier caso, es la primera vez que una Cumbre del Clima aborda de esta forma el problema del metano, un gas de efecto invernadero que a menudo parece ajeno a las políticas climáticas. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ya ha dado un paso en firme y este mismo martes, tras la formalización del compromiso internacional, ha anunciado que aprobará un nuevo reglamento nacional para reducir las emisiones de metano en el país.
Sarah Smith, directiva de Clean Air Task Force, ha celebrado este primer paso y ha emplazado a las delegaciones de los Gobiernos a continuar trabajando en la materia para asentar las bases de una nueva regulación internacional que "limpie" el cielo de metano durante la próxima década. "La reducción de la contaminación por metano se está convirtiendo rápidamente en un punto central de la política climática mundial. Cuanto más apoyo obtenga el Compromiso Mundial sobre el Metano en la COP, mejor", ha valorado.
Contra la deforestación
La jornada ha arrancado con otros anuncios importantes. Tanto es así que a primera hora de la mañana se ha formalizado un acuerdo que, por primera vez, pone fecha de caducidad a la deforestación. Más de 100 países han firmado un nuevo convenio para poner fin a la tala intensiva de los bosques del mundo en 2030. Una fecha que, pese ser demasiado lejana, ha ido acompañada de la aportación financiera para reforestar los grandes ecosistemas verdes del mundo.
Así, los Gobiernos movilizarán en la próxima década 12.000 millones de dólares a la restauración de espacios emblemáticos como la Amazonía. Una cifra que se suma a otros 7.000 millones de dólares provenientes de capital privado. Además, las 30 principales entidades financieras del planeta han firmado que dejarán de invertir dinero en cualquier actividad que contribuya a la pérdida masa boscosa del planeta. Este acuerdo, sin embargo, ha recibido críticas de la Red de Acción por el Clima (CAN) –la plataforma que aglutina a más de mil observadores sociales en la COP26– al considerar que 2030 es una fecha demasiado lejana.
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