Nuevas restricciones de agua en Barcelona y Girona: 20 litros menos por persona y limitaciones en el riego
También prohíbe el riego de zonas verdes y el llenado de piscinas privadas y fuentes ornamentales. El Govern ha declarado la situación de preemergencia para los seis millones de habitantes que viven en los 202 municipios del sistema hidrográfico Ter-Llobregat
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Catalunya vive el episodio de sequía más grave de la historia. Los niveles de los embalses se encuentran bajo mínimos históricos, al 18,3%. Las cuencas hidrográficas internas llevan meses en estado de excepcionalidad, el segundo escenario más grave de todos (el primero es el de emergencia). A falta de lluvias abundantes en el corto y medio plazo, el Govern ha declarado el estado de preemergencia en el sistema hidrográfico Ter-Llobregat, del que se nutren seis millones de personas que viven en 202 municipios de 14 comarcas diferentes, entre ellos la ciudad de Barcelona y su región metropolitana y Girona. Este escenario comporta restricciones, como reducir el consumo de agua por persona y día -de 230 a 210 litros-, limitaciones en el riego y la prohibición de llenar fuentes o piscinas privadas.
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Las medidas que incluye este estadio intermedio, entre la fase de excepcionalidad y la de emergencia, permitirán alargar más allá de diciembre la entrada del sistema Ter-Llobregat en el estado más grave, el de emergencia, declarado ya en una cuarentena de municipios de Catalunya, la mayoría en el Alt Empordà. Tal y como ha detallado el conseller de Acción Climática, David Mascort, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisió Interdepartamental de Sequera, “el estado de preemergencia es una alarma”. “El momento es muy crítico, se podría decir que incluso de emergencia nacional”, ha avisado.
A grandes rasgos, se mantienen las restricciones previstas en el estado de excepcionalidad y se añaden dos nuevas. Aparte de bajar el consumo por habitante y día de 230 litros a 210, el riego de césped queda prohibido en todos los casos, excepto en superficies destinadas a la práctica federada de deporte, es decir, en campos de fútbol. Concretamente, la dotación pasa de 450 a 200 m³ por hectárea al mes. Mascort ha señalado que el Govern no quiere penalizar el ocio de los adolescentes y jóvenes, tal y como se hizo durante la pandemia de la Covid-19.
Cabe recordar que con el estado de excepcionalidad queda prohibido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes de carácter público o privado. Además, para garantizar la supervivencia de árboles o plantas se utilizarán sistemas de riego gota a gota o con regadera, no riego por aspersión, y con la mínima cantidad de agua indispensable de 20.00 a 8.00. Tampoco está permitido llenar piscinas privadas ni de uso individual, sólo se permitirá el relleno parcial o primer llenado de piscinas de uso público en las cantidades indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua. No se pueden llenar ni fuentes ornamentales ni lagos artificiales ni otros elementos de uso estético del agua.
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También se reduce el consumo de agua para usos recreativos, riego e industrias: 15% en usos urbanos e industriales y un 50% en el riego de campos de cultivo. Por lo tanto, se prohíbe la limpieza de calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas o edificios con agua potable, excepto si la limpieza es resultado de un accidente o de un incendio, o bien existe un riesgo sanitario o de seguridad vial.
Las nuevas medidas tardarán todavía unos días en entrar en vigor, ya que tiene que aprobarlo el consejo de administración de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y salir publicado en el DOGC.
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La racha seca acumula ya 31 meses de sequía y el 50% del territorio catalán se ha visto afectado de forma persistente, con un déficit global de precipitación de 446 mm en los últimos tres años, según el informe sobre el estado de la sequía meteorológica del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC).
El episodio de sequía empezó el otoño del 2020. Desde entonces no ha habido ninguna estación climática de lluvias regulares o abundantes (de “carácter húmedo”), y sólo la primavera del 2022 y el verano del 2023 han sido climáticamente “normales” a nivel de pluviometría. El resto, han sido secas, muy secas o extremadamente secas, constata el informe del SMC.
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El temporal Gloria, en enero de 2020, fue el último fenómeno de lluvia abundante. El déficit de precipitación respecto a la media climática arranca en agosto de ese año. En marzo de 2021 se establece el inicio de la sequía meteorológica, en mayo el inicio de la sequía agrícola (secano) y en julio, de la sequía forestal. Ya en 2022, en noviembre se establece el inicio de la sequía hidrológica con alerta en las cuencas del Ter y el Llobregat. En enero de este año se dio por iniciada la sequía agrícola (regadío) y en septiembre se entró en la sequía hidrológica en grado de excepcionalidad también en el Ter-Llobregat, y de emergencia en la Muga.