¿Por qué no nacen niños en días festivos?: denuncian el abuso de inducciones y cesáreas sin causa médica
La organización El Parto es Nuestro denuncia que los nacimientos inducidos siguen siendo extremadamente altos en nuestro país y que acaban en mayores cotas de partos instrumentales y cesáreas.
Marisa Kohan
Madrid--Actualizado a
Los nacimientos en nuestro país a lo largo de las últimas décadas muestran un patrón curioso. Los niños tienden a no nacer en días festivos, fines de semana o algunos días de vacaciones y sí a hacerlo en días de semana, sobre todo en horario laborable. No es que las cigüeñas hayan ganado derechos laborales, sino que los partos en fines de semana, fiestas señaladas y vacaciones muestran desde hace una décadas una curva a la baja. Una realidad que la organización El Parto es Nuestro denuncia y que es la consecuencia de una alta tasa de partos programados sin motivos médicos, generando partos más complicados que acaban en la utilización de técnicas instrumentales y una mayor cantidad de cesáreas.
De hecho, el día del año en que menos nacimientos se registran es el 25 de diciembre, algo que se ha constatado en las estadísticas de la última década.
La denuncia, basada en el análisis la estadística de nacimientos del Movimiento Natural de la Población del Instituto Nacional de Estadística (INE) para los años 2010 y 2019, constata además, que los otros días en que menos niños nacieron en la segunda década del siglo XXI fueron el 1 y 6 de enero; 1 de mayo; 15 de agosto; 12 de octubre y 6, 8, 24 y 31 de diciembre. Todos festivos nacionales.
"Es evidente que en la naturaleza no existen reglas en cuanto a la fecha de los nacimientos. En los años 70 del pasado siglo, los partos se repartían de una forma equitativa en los días de la semana y del mes. Pero a lo largo de las últimas décadas los patrones de nacimiento están alterados", explica a Público Susana Fernández, presidenta de la junta directiva de El Parto es Nuestro.
Esta alteración tiene su origen en el incremento de inducciones al parto, que se ha incrementado de forma exponencial en nuestro país. Según un informe emitido por el Ministerio de Sanidad en julio de 2020, el aumento de la tasa de inducción ha sido constante a lo largo de los últimos años. Si en 2010 esta tasa era de un 19%, en 2018 subió hasta un 34%. Unas cifras muy superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda que no exceda el 10%.
Según los datos publicados por la red Euro-Peristat, una red que es parte del Programa de Seguimiento de Salud de la UE, España tiene un 25,7% de cesáreas, un dato que también está por encima de las recomendaciones internacionales.
Tanto las organizaciones internacionales como el Ministerio de Sanidad alertan de que la inducción al parto no está exenta de riesgos, por lo que su uso debe estar justificado por la presencia de factores de riesgo y solo realizarse tras una evaluación ajustada entre el riesgo/beneficio. Programar partos por razones no médicas, sino de agenda, pone en riesgo la salud de mujeres y bebés y desatiende las recomendaciones de la OMS y el Ministerio de Sanidad.
"Lo que nos cuentan algunas mujeres a las que atendemos es que les proponen inducciones con amenazas, como que el bebé está en peligro, cosa que en muchos casos no es verdad", afirma Fernández.
Por eso reclaman que médicos y hospitales no antepongan medidas que no entran dentro de la esfera médica para inducir partos o planificar cesáreas y que se respete el derecho de las mujeres a recibir servicios de salud reproductiva de calidad para que los partos no sucedan los días de diario, cuando más conviene a la planificación de plantillas y personal médico.
Denuncian que lejos de solucionarse, la planificación de partos inducidos ha seguido aumentando en los últimos años. Ya en 2016 esta organización sin ánimo de lucro publicó un informe restringido a la Comunidad de Madrid, en donde se indicaba cómo había cambiado el patrón de nacimientos entre el año 1975 y el 2010, en donde se constataba la tendencia a que los partos en festivos y fechas concretas eran inexistentes. Esta tendencia se corrobora ahora a nivel nacional.
"Los partos deben llegar a término, que es cuando el cuerpo de la madre y del bebé están preparados para el nacimiento. Inducir el parto antes de tiempo sin claros motivos médicos en muchas ocasiones hace que el parto se pare, no avance. Entonces acaba siendo un parto instrumental o acabe en una cesárea. Somos el país de Europa que más partos inducidos se hace y esto supone un riesgo", añade Fernández.
"Las Comunidades Autónomas, las Consejerías de Sanidad y las gerencias de los hospitales deben asumir su responsabilidad organizando adecuadamente los recursos sanitarios de forma que el devenir de un parto no esté influido por la cercanía de un día festivo. Las usuarias del sistema de salud reclamamos una atención al parto de calidad, en la que la falta de recursos, de formación o de organización y los estereotipos de género no determinen los partos de las mujeres", resaltan desde El Parto es Nuestro.
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