Miles de personas aguardan en un almacén a que Bielorrusia decida cómo devolverlos a casa

En un enorme y gélido almacén aguardan miles de migrantes un futuro que todavía desconocen. Están en la frontera con Polonia, los han trasladado las autoridades de Bielorusia, mientras deciden cómo devolverlos a casa. Hace mucho frio fuera, pero, dentro, el frío también cala. Familias enteras cubiertas con mantas, abrigos y gorros. Las estanterías se han convertido en improvisadas camas y no hay dónde asearse. Los niños no pueden ducharse, dicen, ni los adultos y tampoco vemos a nadie comiendo. Un té para desayunar y una comida al día es lo único que reciben. Lo que les llega de las ONG. Desde que emprendieron el viaje no han podido contactar con sus familias. Los suyos no saben dónde están. Fuera los niños juegan con la nieve ajenos a un drama que, según las asociaciones humanitarias, ya le ha costado la vida a 13 personas.

- Redacción-