La cesión de las competencias en migración a Catalunya condiciona la negociación de los Presupuestos
Podemos avisa de que, en caso de que se requiera su apoyo para la cesión de competencias de migración a Catalunya, como exige Junts, los aliados más a la derecha de Sánchez tendrán que ceder en materias como la vivienda.
El Gobierno, por su parte, ya ha confirmado que se encuentra en negociaciones con Junts sobre la cesión de dichas competencias a cambio de la reforma de la ley de extranjería.
![Míriam Nogueras La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, durante una sesión plenaria, a 12 de diciembre de 2024.](https://imagenes.publico.es/files/image_horizontal_mobile/uploads/2024/12/12/675ac1be0de57.jpeg)
Madrid--Actualizado a
En política y, en especial, en la actual legislatura, con una aritmética casi imposible para el Gobierno, ninguna materia puede negociarse de forma aislada. Más si cabe cuando el Ejecutivo tiene la obligación de ir encaminando los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En los últimos días, Junts per Catalunya ya ha avisado a Pedro Sánchez de que tiene que dar cumplimiento deprisa a cuestiones como la cesión de las competencias de migración a Catalunya. Es un tema delicado que incomoda a Podemos, tal y como ha podido saber Público.
El Gobierno y Junts acordaron ese traspaso competencial hace meses. En concreto, fue en octubre del año pasado cuando el PSOE logró sacar adelante varios Reales Decretos-ley convenciendo a Junts con un pacto que incluía el traspaso de dichas competencias. Los de Carles Puigdemont se marcaron, así, un importante tanto con su electorado, toda vez que la gestión de las personas migrantes ha sido uno de sus principales activos electorales.
Sin embargo, la cesión no se ha efectuado. Por eso los posconvergentes piden cuentas a Sánchez. Hoy por hoy, parece muy difícil que los Presupuestos, para los que es imprescindible el apoyo de Junts, salgan adelante si el Gobierno no realiza ese movimiento.
Y ahí aparece el factor Podemos. Una voz autorizada de los morados advierte de que su formación está en desacuerdo con esa cesión competencial, aunque no se opone de pleno a entrar en una negociación con los Presupuestos de fondo.
Lejos de eso, reconocen que, ante la complejidad de alcanzar acuerdos en esta legislatura, lo lógico es negociar incluso cuestiones que no encajen directamente con el marco ideológico propio. De ese modo, avisan al Gobierno de que si se precisan sus votos para aprobar esa cesión competencial a Junts, el Ejecutivo tendrá que asegurar que los aliados más a su derecha ―el propio Junts y el Partido Nacionalista Vasco (PNV)― otorgan su apoyo para acuerdos en materia social o económica, aunque en ese caso sean ellos quienes no estén de acuerdo.
Es una perspectiva que empieza a flaquear, a la luz de algunas informaciones que se han ido conociendo en las últimas horas. Sin ir más lejos, en un tema como el impuesto a las energéticas, en el que existe una gran disparidad entre las posiciones de los distintos aliados del Gobierno, todos los actores están demostrando su nula intención de moverse un ápice de posiciones de máximos, a pesar de la insistencia del Gobierno. El PNV, por ejemplo, ya ha dicho tajantemente que no permitirá la prórroga de dicho tributo, aunque el Ejecutivo sigue confiando.
El Gobierno hace equilibrios
No hay que olvidar que Podemos ya puso condiciones a Sánchez para apoyar los Presupuestos. En concreto, los de Ione Belarra exigen rebajar un 40% por ley el precio del alquiler y prohibir toda compra de vivienda que no sea para residir. Los morados insisten en que para que ellos transijan en un tema como la cesión de las competencias de migración a Catalunya, el Ejecutivo tiene que asegurarles que, en un eventual acuerdo presupuestario, PNV y Junts no impedirían avanzar en la línea social y económica que quiere Podemos.
Pero, además de los morados, Junts y PNV, hay más obstáculos en el camino del Gobierno a las cuentas públicas. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha ido dando señales en las últimas semanas de que no regalarán sus votos.
En las filas republicanas existe una cierta incomodidad por el protagonismo que han adquirido los posconvergentes en la presente legislatura. De hecho, en el debate del pacto fiscal, tanto ERC, como EH Bildu o BNG proyectaron un cambio en su forma de relacionarse con el Gobierno y lograron compromisos del Ejecutivo, como también hizo Podemos, en una negociación agónica. Sin duda, un preludio de la que tendrá lugar con los Presupuestos.
Pero ERC ha estado inmersa en sus elecciones internas. Pedro Sánchez ha reconocido recientemente, en conversación informal con periodistas, que el Gobierno ha estado esperando a que concluyera definitivamente el proceso congresual de ERC para encarar la negociación de las cuentas públicas. El líder del Ejecutivo ha insistido en la idea de ser "respetuosos" con la vida interna del partido independentista. En todo caso ha dicho que confía en que haya nuevas cuentas públicas en los primeros meses del próximo año. Informa Miguel Muñoz.
Así, el diálogo sobre los Presupuestos avanza a cámara lenta y su arranque estará condicionado por esa cesión de las competencias de migración que exige Junts e incomoda a Podemos. El Gobierno tendrá que saber equilibrar sus cesiones a izquierda y derecha para que no colapsen los diálogos y tendrá que empezar a hacerlo enseguida, toda vez que los posconvergentes quieren respuestas antes de que termine el año. Prueba de su incomodidad es el intento que ha protagonizado Puigdemont de que Sánchez se someta a una cuestión de confianza, aunque, finalmente, no tendrá recorrido.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.