"Estas son las manos que te cuidan". Ese era el cántico que, una semana más, los médicos de cabecera y pediatras de la Comunidad de Madrid entonaban frente a la Consejería de Sanidad una semana después de un encierro histórico en el edificio de casi 36 horas para pelear mejoras en la Atención Primaria. 

Encabezaban la marcha los mismos facultativos que hace menos de siete días exigían con sus propios cuerpos que tocaba, sí o sí, una negociación real y con visos de encontrar un acuerdo para desconvocar una huelga que cumple ya un mes y que se ha visto menguada por la estrategia de Ayuso, que evita negociar cualquier mejora para los sanitarios. Este jueves 22 habrá una nueva reunión.

Precisamente, este jueves se cumplirá un mes desde que los médicos y pediatras de los centros de salud convocaran de mano del sindicato AMYTS una huelga de carácter indefinida, que aspira a reducir el número de pacientes que atender durante una jornada laboral, con el fin de mejorar la atención al paciente y a la vez la calidad del trabajo. Este parón coincidió con el final de la huelga de los médicos de las Urgencias extrahospitalarias, donde los profesionales obtuvieron una cierta victoria pero con una letra pequeña que sabe a derrota.

"No pensábamos que después de un mes el consejero de Sanidad aún no habría acudido a ninguna de las reuniones. Nos jugamos algo mucho más gordo que una huelga, los médicos están al límite de sus capacidades y asistimos a una especie de sublevación médica", ha declarado Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS, durante la marcha. 

Desde el sindicato mantienen sus reclamaciones intactas: "Hay dos reivindicaciones claras: tenemos una hemorragia de médicos y pediatras. Entre 2019 y 2022 hemos perdido 200 pediatras. Para detenerlo hay dos abordajes: controlar el número de pacientes que pueden ver por día, porque pueden haber visto 60-70 pacientes perfectamente; y otra, recuperar la confianza en la Consejería y tener síntomas de que van a mejorar la sanidad pública".