El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha condenado este jueves a Madrid y Barcelona por incumplir de manera reiterada la directiva europea sobre calidad del aire. La decisión se relaciona con los índices de contaminación de dióxido de nitrógeno (NO2) entre 2010 y 2018. 

Este gas nocivo para la salud –vinculado a los vehículos de combustión– es una de las principales causas de enfermedades respiratorias y cardiovasculares en el viejo continente. Además, la exposición al NO2 genera cada año más de 40.000 muertes prematuras, según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

La condena del TJUE no conlleva una sanción económica para las dos ciudades, pero abre la puerta a que la Comisión Europea pida una multa económica si los problemas de calidad del aire persisten en ambas ciudades. Se trata de un proceso similar al del incumplimiento de las normas sobre calidad del agua por el que España sí recibió una amonestación económica de 74 millones de euros.

Las normas europeas sobre calidad del aire entraron en vigor en el año 2010 y tanto Madrid y Barcelona sobrepasaban los límites anuales de manera sistemática, lo que llevó a Bruselas a abrir un expediente en el año 2015. En 2018, los planes anticontaminación aprobados en ambas ciudades y las zonas de bajas emisiones implementadas llevaron a Europa a paralizar el procedimiento.

Sin embargo, la llegada de José Luis Martínez-Almeida a la Alcaldía de Madrid supuso la retirada de Madrid Central y reabrió la preocupación en Bruselas, que reabrió el expediente y denunció a España ante el TJUE.

Aunque las competencias para reducir la contaminación son municipales, la condena es para España. Sin embargo, si finalmente se decide imponer una sanción económica, el Gobierno central podría pasar la factura a Madrid y Barcelona. Desde 2018, Madrid ha incumplido los niveles de contaminación anual estipulados por Europa. En el caso de Barcelona, el límite se superó en 2019, aunque se logró contener los malos datos en 2020 y 2021.

Las restricciones al tráfico son actualmente el mejor arma para rebajar los índices de contaminación. La Ley de Cambio Climático obliga a las grandes ciudades a implementar, a partir de 2023, zonas de bajas emisiones para sacar los vehículos de combustión interna del centro de las ciudades.