SANT ADRIÀ DE BESÒS
Actualizado:El Parque Fluvial del Besòs, desde hace unos años, uno de los grandes espacios del área metropolitana de Barcelona para disfrutar de un entorno natural y por el que pasan cientos de ciudadanos, a pie, en bicicleta, o acompañados de su mascota. Pero hay un punto en el que ya no pueden seguir avanzando. Es la llegada a la desembocadura del río Besòs. Existe una barrera de hierro y un cartel que lo indica. Sin embargo, cada día se pueden ver ciudadanos que la atraviesan y no hacen caso de la prohibición. Desde agosto, unos agentes ambientales informan de los motivos de la restricción.
Con la mejora de la calidad del agua, los 500 metros finales del Besòs eran el espacio ideal en el que la fauna y la flora podría prosperar generando un entorno ecológico nunca visto en la zona. Para facilitarlo, en 2005 el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs restringió el acceso a la desembocadura, al comprobar que el impacto humano alejaba a las especies que empezaban a convivir en la zona. Un impacto humano que se producía por actos incívicos como el sexo fortuito, la acampada o el acceso con perros desatados. Por este motivo, en 2020, la restricción pasó a ser prohibición.
"Debemos seguir haciendo actuaciones para preservar este espacio de gran valor natural", asegura la alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete. Reconoce que seguía accediendo "gente que hace deporte, que acampa, que practica sexo y que pesca", cuando esta última actividad también está prohibida. No se puede acceder precisamente porque estos visitantes que bordean las vallas y penetran en el área restringida es lo que perturba la tranquilidad de los animales.
Frenan el acceso a 3.000 personas
La organización encargada de la campaña informativa es Anélidas, servicios ambientales marinos, dedicada a la divulgación y educación ambiental. Desde principios de agosto, sus miembros se han instalado en una carpa en el punto de acceso restringido de la desembocadura del Besòs para informar a todos aquellos que se acercan los viernes, sábados y domingos, cuando más afluencia de paso hay. Recuerdan que no pueden prohibirles que ocurran, solo informarles de los motivos por los que está restringido.
Desde entonces se han encontrado con más de 3.000 personas que han intentado acceder a la zona prohibida y han informado a unas 2.500. "Se han observado en la zona una gran cantidad de especies de aves y el impacto antropogénico hace que esta fauna se aleje, esto es lo que explicamos a todo el mundo que se acerca", detalla Andrea Comaposada, responsable de Anélidas. "La mayoría de gente se detiene y, tras escucharnos, retrocede", añade.
Un domingo por la mañana llegaron a informar a hasta 265 personas, lo que muestra la cantidad de ciudadanos que pasean por la zona. Una de las agentes ambientales que ha estado todo el verano en la zona, Marina González, reconoce que "no todo el mundo hace el caso que debería hacerse; de hecho, mucha gente no conoce nada de lo que hay y no piensan en el impacto tan grande que puede provocar que pasen por ahí", dice la educadora ambiental de Anélidas. El objetivo de esta campaña es comunicar las restricciones, dar a conocer las normativas vigentes y velar por su cumplimiento para preservar la riqueza ambiental de la desembocadura del Besòs, la barra de arena y las zonas acordonadas.
230 especies de aves
Una de las funciones más destacables de la desembocadura del Besòs es su relevancia como zona húmeda entre los deltas del Llobregat y el de la Tordera, lo que produce que se hayan observado más de 230 especies de aves, muchas de ellas migratorias. Aparte de las migratorias, también hay muchas aves residentes, que están protegidas, como es el caso de la gaviota de Audouin, ave endémica de las costas mediterráneas y amenazada de extinción a nivel mundial.
La desembocadura, además, es una zona cuya función es de corredor biológico que conecta el frente litoral con el interior del territorio. Este hecho es relevante para la nutria y la anguila, que se encuentra en peligro crítico de extinción. Mamíferos se han identificado hasta siete diferentes y, además de las más de 200 aves, también se han encontrado cinco especies de peces y una veintena de mariposas.
"Estamos trabajando un proyecto con el Área Metropolitana de Barcelona para la protección total del entorno para que la gente pueda andar pero, al mismo tiempo, haya un espacio reservado", explica la concejala de medio ambiente del Ayuntamiento de Sant Adrià , Ruth Soto. A través de esta campaña también se informa que en la desembocadura del río Besòs está prohibido el baño porque la calidad del agua no es apta para ese uso.
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