Los aspirantes con tatuajes de simbología ultra dejan de tener vía libre para ser mossos, guardias civiles o militares
Los tres cuerpos de seguridad del Estado han implementado con éxito el protocolo para identificar y excluir a candidatos con tatuajes que van en contra de los valores democráticos.
Madrid--Actualizado a
Los cuerpos de seguridad del Estado, incluyendo a los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas, han comenzado a endurecer el proceso de selección para filtrar a candidatos con tatuajes de simbología ultra. Aunque la normativa sobre tatuajes en los cuerpos de seguridad se ha vuelto más flexible en las últimas décadas, parece que los tatuajes con contenido vinculado al nazismo o que se asocia con movimientos ultras contrarios a los valores democráticos se han convertido en motivo de exclusión inmediata.
Este cambio, reflejado en los informes de selección a los que ha tenido acceso 324.cat, buscaría mantener la neutralidad y respeto a los derechos que estos cuerpos deben garantizar.
En el caso de los Mossos d'Esquadra, la prueba de selección exige que los aspirantes fotografíen y detallen cada uno de sus tatuajes. En el proceso de selección de 2021, por ejemplo, dos aspirantes fueron excluidos por razones de este tipo. Uno de ellos, una mujer con un tatuaje relacionado con el grupo de ultraderecha Ultras Sur, fue descalificada pese a que el tatuaje no era visible. Las autoridades consideraron que el símbolo reflejaba una conexión directa con una ideología incompatible con el puesto.
Según los datos recabados en las pruebas de selección de Mossos de los últimos años, cerca del 40% de los aspirantes tienen tatuajes, y el porcentaje es aún mayor entre las mujeres.
La tendencia no se limita a la policía catalana. En el Ejército español, el Ministerio de Defensa habría comenzado también en 2021 a examinar los tatuajes de los aspirantes y ya ha excluido a algunos candidatos por llevar símbolos que van en contra de los valores constitucionales. La Guardia Civil también aplica este protocolo de exclusión en sus procesos de ingreso; en 2017, un candidato fue rechazado por tener tatuajes de simbología ultra.
Todo apunta a que, aunque con el tiempo los controles se han vuelto menos restrictivos, tal y como se ha descrito, en los casos donde el contenido del tatuaje puede interpretarse como radical o discriminatorio, la exclusión sigue siendo inmediata.
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