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¿Quieres una celulosa en tu casa? por Ana Pardo de Vera
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Por una razón que se nos escapa (o no), la multinacional portuguesa responsable de la instalación (o no) de una macrocelulosa en el municipio lucense de Palas de Rei, ha decidido traerla a España, a Galicia, en vez de construirla en Portugal. Si tan bueno es el proyecto, tanto desarrollo, inversiones, puestos de trabajo y sostenibilidad nos va a traer la celulosa Altri, ¿por qué no se la quedan en Portugal? Imaginen, sí, proponer al país vecino un día de estos la implantación de una celulosa que requiere de hectáreas y hectáreas de eucaliptos. Pueden, por ejemplo, decírselo ahora, cuando Portugal ha declarado el estado de catástrofe por los incendios incontrolados que arrasan el país, un país que arde como una cerilla gracias a la combustión de los infames eucaliptos. Y créanme que no hace falta irse a Portugal para ver el desastre un año más: a Galicia también nos llega el humo, las tinieblas y la desolación de unos incendios que, si bien es posible que no llegaran a evitarse, es seguro que la voracidad del fuego no habría arrasado con todo, vidas humanas incluidas, como lo hace con los eucaliptos, auténticas bombas de fuego. ¿Sabe cuántos eucaliptos hay que plantar para que Altri engulla 1,2 millones de toneladas de esta especie invasora al año? ¿Qué salvajada es ésta? Y a esta misma Galicia que contempla la devastación incendiaria desde su frontera lusa, la Xunta, su Gobierno, le quiere traer una celulosa cargada de eucaliptos y de extractores de agua: para funcionar, la celulosa Altri necesita la friolera de 46 millones de litros de agua al día del río Ulla. 46 millones AL DÍA del elemento natural más escaso en un planeta que agoniza con la emergencia climática. Dicen que devolverán 30 millones, eso sí, con su base contaminante una vez tratados. Pero esto no es todo: los vecinos y vecinas de la Comarca del Ulla y la de Arousa, donde desemboca el citado río Ulla, no quieren a Altri en su casa ni en pintura, no saben cómo decirlo ya para que alguien les escuche, porque el Gobierno de Alfonso Rueda, el sucesor de Feijóo, quiere el dinerito y nada más. Lo que ocurra con la comarca, parece que le importa entre cero y nada. Ganaderos, agricultores, mariscadoras ... de Palas de Rei a Arousa repiten todos los días “ALTRI NON”, es un grito casi unánime, salvando el de quienes solo piensan en dinero a costa de lo que sea. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha estado en Galicia esta semana. Ha avisado a la Xunta de que no habrá fondos europeos para “nada que dañe objetivos medioambientales”, como es el caso de Altri. No nos inventamos nada: según el último y demoledor informe del Consello da Cultura Galega, la macrocelulosa de Altri -y traduzco literal al castellano- “produciría una fractura en el territorio" e "implicaría la destrución completa o la alteración en el territorio" de una zona propuesta para ser incluida en la Red Natura, la red ecológica europea. No, los y las lucenses no queremos una macrocelulosa en nuestra casa, ni la queremos ni la necesitamos. Tampoco creo que el resto de España desee acogerla en la suya. Visiten la Comarca del Ulloa y díganme si hay derecho a destrozar un territorio excepcional en contra de sus vecinos y vecinas por cuatro perras que se llevan los de siempre. Sin los fondos europeos, que supondrían un 25% de la financiación que la celulosa necesita para iniciar su implantación, lo tendrán muy difícil. Confiamos, pues, en que la nueva vicepresidenta y ‘súpercomisaria’ de Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea no permita este ataque salvaje en el corazón de la Galicia más verde, de la España más frondosa. ALTRI NON.