Este artículo se publicó hace 4 años.
Estrategia CiudadanosLa 'vieja guardia' de Cs no disimula su rechazo a la gestión de Arrimadas
El acercamiento de Ciudadanos al Gobierno de PSOE y Podemos no ha sido bien recibido por quienes ostentaban posiciones de relevancia bajo el mandato de Albert Rivera, como Juan Carlos Girauta o Marcos de Quinto.
MARTA MONFORTE
Actualizado a
El Gobierno de coalición ha conseguido una importante victoria este jueves después de que el Congreso haya tumbado las enmiendas a la totalidad al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE). El proyecto presupuestario del Ejecutivo sigue adelante y ha contado con el aval de 198 votos, los de ERC, Cs, PNV, Bildu, Más País, Compromís, PDeCAT, PRC, Nueva Canarias y Teruel Existe. Es decir, el bloque de la investidura más Ciudadanos.
Pese a que en esta ocasión han votado conjuntamente, la líder de la formación naranja, Inés Arrimadas, ha invitado al PSOE a que "escuche las voces moderadas" dentro de su grupo, que -en sus palabras- quieren un pacto con Cs y no con Bildu. "No es necesario soportar esas humillaciones de Otegi o Iglesias. Aquí tienen una mano tendida. Si no la cogen porque prefieren la de Bildu o ERC, jamás podrán decir que no tuvieron otra opción", ha afirmado.
Arrimadas y su núcleo duro llevan meses repitiendo que el Gobierno tiene que elegir socios para sacar adelante las cuentas: o ERC y Bildu o Cs, porque sus apoyos son "incompatibles". Sin embargo, a medida que avanzaba la negociación, desde el entorno de Arrimadas deslizaban que no era "imposible" sumarlos a ambos. Esta sintonía -que algunos interpretaban como una renuncia a los valores primigenios de la formación- provocó recelos en el seno de partido, lo que llevó a Arrimadas a comprometerse a votar 'no' a los PGE si el Gobierno no recoge en la 'ley Celaá' el carácter vehicular del castellano en Catalunya, aunque después evitó calificarlo públicamente de "línea roja".
El acercamiento de Ciudadanos al Gobierno de PSOE y Podemos tampoco ha sido bien recibido por la la 'vieja guardia' de Cs: es decir, quienes ostentaban posiciones de relevancia bajo el mandato de Albert Rivera. Los que se han mostrado más críticos son el exportavoz de Cs en la Cámara Baja, Juan Carlos Girauta, y el exmiembro de la Ejecutiva y antiguo diputado, Marcos de Quinto, aunque la dirección actual trata de no dar importancia a sus comentarios. A ellos se le ha unido este jueves el propio Rivera, que no ha dudado en criticar -de manera velada- la estrategia emprendida por Arrimadas.
Rivera: "Uno puede ser flexible, pero tiene que tener dignidad"
"Saben que yo no aguanto ni un minuto apoyando cosas en las que no creo. Uno puede ser flexible, laxo, tener cintura, pero uno tiene que tener dignidad. Y cuando la dignidad en la vida la pierdes, eso no se recupera. Sinceramente, veo todo lo que pasa y digo, ay por Dios, menos mal que dimití", ha dicho el expresidente de Cs durante un acto en Zaragoza, en el marco de la negociación presupuestaria que se ha votado en el Congreso. Desde su entorno aseguran que se refería a su propia dimisión, pero sus dardos hacia las decisiones que han tomado estos meses los naranjas han sido una constante en su discurso.
Rivera no comparte que Ciudadanos siga en la mesa de negociación con el Ejecutivo al mismo tiempo que EH Bildu ha anunciado su 'sí' a las Cuentas Públicas "salvo sorpresas" y que es algo que él mismo no haría. "Si tengo que aguantar todo esto, tengo que ir escoltado, pero frente a mis votantes. Porque como les había dicho que no iba a hacer todo eso y que era un peligro, si hago lo contrario...", ha señalado.
El expresidente de Cs, que aseguró tras su marcha de la vida política que él no quería ser ningún "jarrón chino", en referencia a la metáfora acuñada por Felipe González para definir a los antiguos dirigentes, también ha criticado la decisión de Cs de votar a favor de una prórroga del estado de alarma de seis meses. "Cuando un gobierno intenta imponer un estado de alarma seis meses en lugar de 15 días y pasa sin prácticamente oposición en el Parlamente, eso es un harakiri", han sido sus palabras.
Rivera se apresuró a negar vía Twitter que se estuviera refiriendo a Cs, y varios cargos de la formación aplaudieron esa rectificación, como el diputado malagueño Guillermo Díaz o el portavoz del Grupo Parlamentario de Cs en Cantabria, Felix Álvarez. Sin embargo, algunas fuentes de la actual dirección sí ven una "clara intención" en el discurso de Rivera. "Es evidente por quien va. Él puede opinar, está en todo su derecho, pero no ha entendido nuestra estrategia. Lo lamento", señala una voz a Público.
De Quinto y Girauta no esconden su rechazo a Arrimadas
"Amo a Albert sobre todas las cosas. A Inés la aprecio", decía Girauta en una entrevista con El País en abril de 2019. El entonces portavoz de Cs ya marcaba distancias con la que sería su sucesora en el cargo. Sí consiguió sacar escaño en esas elecciones por Toledo pero no repitió la hazaña en noviembre, tras la debacle de Cs. El mismo día que Rivera dimitió, Girauta anunció también su marcha. "No quiero estar sin Albert ahí. Llámeme romántico, pero no", dijo.
Sin pelos en la lengua -especialmente en Twitter- el exportavoz parlamentario ha criticado en múltiples ocasiones la estrategia emprendida por la nueva dirección de Ciudadanos tras abrirse de nuevo a pactar con el PSOE. "Qué vergüenza ajena", escribía este mismo jueves, después de que Arrimadas haya vuelto a ofrecer su mano al Ejecutivo para aprobar los Presupuestos.
Marcos de Quinto fue un fichaje de Rivera para las elecciones de abril de 2019. El exvicepresidente de Coca-Cola concurrió como número dos por Madrid. "España se merece tener ministros y personas como él en el Gobierno de España", aseguró Rivera. Un objetivo que no cumplió y que, según las fuentes consultadas, fue el "verdadero motivo" por el que se fue de Cs. "Marcos tenía otras aspiraciones", señala un dirigente cercano a Arrimadas.
De Quinto abandonó su escaño en el Congreso en mayo de 2020 por no compartir la decisión de Arrimadas de votar a favor de una nueva prórroga del estado de alarma. La exportavoz de Cs en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, también se dio de baja como militante por el mismo motivo. "He solicitado mi baja como militante de Ciudadanos. La decisión tomada ayer me resulta imposible de compartir, después de estos meses tan difíciles y de una gestión de consecuencias tan devastadoras para todos los españoles y he decidido no mantener mi militancia en el partido", dijo ella.
Por lo que respecta al multimillonario, que Rivera incluyó en la Ejecutiva del partido, ha cargado duramente contra la mayoría de decisiones de los naranjas. "Es patético que Cs siga con el raca-raca de que 'Sánchez tiene que elegir'. Sánchez lleva un año eligiendo y siempre elige lo mismo: "a su banda" (lo hizo en Navarra, en España y, próximamente, lo hará en Catalunya) ¿No tiene Cs más ideas que ese raca-raca de novia despechada?", ha escrito este jueves.
De Quinto también sugirió recientemente que Arrimadas debía "repensarse a quién tiene a cargo de la estrategia política. Si sigue con 'él', se queda sin partido", señaló, sembrando la duda sobre si se refería al citado Carlos Cuadrado, vicesecretario de organización y mano derecha de Arrimadas, o al marido de la presidenta de Cs, Xavier Cimas, puesto que algunos consideran que es él quien dirige el partido desde la sombra.
Tensiones por votar 'sí' al estado de alarma de seis meses
Xavier Pericay, uno de los fundadores de Cs, comunicó hace dos semanas que se daba de baja como afiliado por no compartir el rumbo de la formación. "Pericay se ha ido 6 veces", ironiza un dirigente de Cs. "Antes decía que teníamos que acercanos más al PSOE y ahora que nos acercamos se vuelve a ir. Un poco de seriedad", alegan.
También lo hizo la exdiputada Patricia Reyes, que 'fichó' por el Real Madrid a principios de año. Tras la renuncia de De Quinto, Reyes tuvo la oportunidad de volver a la política activa tras no conseguir escaño el pasado 10 de noviembre, pero renunció a ello. "Patricia ya decidió que no quiso ser diputada", indican en Cs a modo de justificación.
Estos movimientos se produjeron en respuesta al voto favorable que dieron los 10 diputados de Ciudadanos al estado de alarma de seis meses que propuso el Gobierno y del que el presidente Pedro Sánchez solo rendirá cuentas cada 60 días. La diputada Marta Martín también mostró su rechazo a esta decisión a través de su cuenta de Twitter, donde reveló que había votado favorablemente "por disciplina de voto". "Confío en que acertemos y en que no me vuelva a pasar", escribió. Un mensaje que acabó borrando al cabo de media hora después de una conversación con el portavoz adjunto Edmundo Bal.
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