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Debate sobre el procèsLa ultraderecha fracasa en su intento de hacer callar a Joan Tardà en la Universitat de València
El salón de actos de la Biblioteca universitaria Gregori Maians de València se llenó para escuchar al exdiputado catalán Joan Tardà a pesar de las amenazas.
València--Actualizado a
La ultraderecha valenciana ha vuelto a fracasar en sus intentos de impedir, de nuevo, un acto académico donde se trate cualquier tema relativo al conflicto político que vive Catalunya y sus demandas de autodeterminación.
En este caso el objetivo de sus iras ha sido el ex diputado de Esquerra Republicana de Catalunya, Joan Tardà, que había sido invitado a participar en la Universitat de València en una conferencia, y posterior debate, junto al sociólogo y profesor universitario Rafa Xambó, miembro de Compromís, y Núria Marín, secretaria de Moviment Estudiantil.
El acto, “Drets i llibertats a l'Estat Espanyol”, organizado por el sindicato Bloc d’Estudiants Agermanats (BEA) y Jovent Republicà ha tratado sobre la situación política, legal y el derecho a la autodeterminación de los pueblos que se dibuja tras la sentencia del procés.
La Constitución española es una constitución muerta
Durante el debate el ex diputado de ERC quiso demostrar que en España se puede ser independentista en un territorio, pero pretender alcanzar la independencia de ese territorio es imposible.
En este sentido Joan Tardà argumentó con el supuesto de que “en el País Valencià todos sus ciudadanos, todos, sin excepción, fueran partidarios de la independencia. Pues daría igual, porque siempre serían una minoría demográfica que jamás podría alcanzar la independencia”, porque para ello sería necesario modificar la Constitución.
“La Constitución española, en términos constitucionales, -explica Tardà- se diría que es una constitución muerta. Quiero decir con ello que sí, que teóricamente tenemos derecho a cambiarla sí, teóricamente, pero en la práctica es imposible”.
En otro momento Tardà insistió en que “los conflictos en democracia y entre demócratas solamente se pueden resolver democráticamente, convencido de que se alcanzarán de diálogo”, lamentando por contra, “los populismos y el resurgimiento de la extrema derecha, que ha achacado a que “España no ha sabido asumir los retos del XXI”.
Rechaza "legitimar la violencia"
"Comparto la indignación y el dolor de la sociedad catalana ante una respuesta represiva a una demanda democrática", ha manifestado
Respecto a la violencia vivida en la última semana en Catalunya, el ex diputado de ERC ha reivindicado la virtud del procés y su carácter “cívico, pacífico y profundamente democrático”, mientras alguien quizás interesado está intentando convertirlo en un problema de orden público. “Comparto la indignación y el dolor de la sociedad catalana ante una respuesta represiva a una demanda democrática”, ha manifestado sobre los disturbios, reconociendo que “la desobediencia civil es legítima” y remarcando que “eso no significa legitimar la violencia”.
En otro momento Tardà ha afirmado con rotundidad que “el procés nunca habría tenido que evolucionar a la judicialización”, como ya dijo en 2016 al expresidente del Gobierno y del PP Mariano Rajoy de que “volverían los presos políticos y los exiliados”, y ahora “nadie puede negar que hay personas elegidas democráticamente que están en el exilio o en la cárcel”.
La ultraderecha, pocos, pero hiperactivos
Precisamente estos son los temas que moviliza a la derecha institucional y la extrema derecha extraparlamentaria valenciana, muy hiperactiva en redes sociales, pero menguante en militancia. Lo que no resta su potencial peligrosidad, ya que como rezan sus pintadas las “cacerías” contra sus “objetivos” se han convertido en un serio problema de seguridad ciudadana, como ya sucedió en la concentración en solidaridad con las víctimas de la represión en Catalunya.
Por esta razón la Delegación del Gobierno dio instrucciones expresas evitar en todo momento cualquier conato de incidente al recibir la comunicación de concentración demandada por una de estas organizaciones ultras habituales en València. Así los 29 ultras asistentes fueron confinados con sus pancartas y megáfono en un rincón vallado y rodeados de policías, a una importante distancia de los numerosos asistentes que guardaban cola para asistir a la conferencia del dirigente catalán.
Además, el Grupo Defensa de Valencia (GDV) y España 2000 habían convocado una protesta una hora antes del acto en los alrededores de la biblioteca, al considerar que era una “provocación”. Por su parte, el sindicato Jovent Republicà también realizó una convocatoria para concentrarse a la misma hora en el campus para mostrar su rechazo a las organizaciones fascistas.
La propia Universidad de València ya había adoptado medidas de seguridad propias habituales siempre que acuden personas relevantes a un acto, según fuentes de la UV, que han informado que la concentración de signo contrario estaba autorizada.
Transcurrido un tiempo desde la finalización del acto no se tiene constancia de que se haya producido ningún tipo de incidente, al menos hasta el cierre de esta publicación.
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