Este artículo se publicó hace 6 años.
Teresa Rodríguez, sobre su relación con el PSOE: "Para lavarse la cara que no cuenten con nosotros"
La candidata de Adelante Andalucía habla en esta entrevista sobre cómo ve su tierra, las elecciones, Susana Díaz, Podemos, la militancia en tiempos difíciles y el "feminismo de salón".
Sevilla&Nbsp;--Actualizado a
Teresa Rodríguez, la candidata de Adelante Andalucía, habla en esta entrevista sobre cómo ve su tierra, las elecciones, Susana Díaz, Podemos, la militancia en tiempos difíciles y el "feminismo de salón".
¿Y cómo es hacer campaña electoral embarazada?
Pues es que yo soy muy poco mística con la maternidad. No noto ningún cambio, de momento. Yo estoy básicamente igual que antes pero con más volumen. Con muchas ganas y con mucha ilusión y todo eso pero que no noto las hormonas, que no tengo ni caprichos ni antojos, ni humor cambiante, ni me siento más conectada con mi cuerpo. De momento, con muchísima normalidad.
¿Y con su baja de maternidad qué va a hacer? ¿Quién le va a sustituir?
Tengo grandes sustitutos y sustitutas en mi organización. Afortunadamente, además, como tenemos limitación de mandatos, ya sabemos, quienes tenemos un cargo de responsabilidad, que tenemos la obligación de buscar un relevo, a quien vayamos dando protagonismo, tiempo en las intervenciones públicas, en las portavocías, para que haya un buen vivero de portavoces. Carmen Bizárraga, portavoz de economía, María García Bueno, portavoz de agricultura, Angela Aguilera que se presenta por Cádiz o José Ignacio García, tengo muchos.
¿Se va a coger la baja entera o solo 45 días como Susana Díaz?
No, no, no. Yo no quiero ser una superwoman. Yo me voy a coger mi baja de maternidad como cualquier trabajadora. Nosotros tenemos prohibido por código ético tener privilegios que están por encima de las condiciones de vida de cualquier persona. Eso se aplica al salario, a las muchas prebendas que ofrece la institución, como el coche oficial, el seguro de vida y otras muchas cosas a la que he renunciado, pero yo me voy a coger mi baja de maternidad entera, como cualquier trabajadora andaluza. Ni más ni menos.
¿Y la compartirá con el padre (Jose María González Santos, alias Kichi, el alcalde de Cádiz)?
Pues no lo hemos hablado todavía. Como quedan cuatro meses para parir pues hay tiempo.
¿Y es verdad que sale de cuentas el día de Andalucía, el 28 de febrero?
Bueno, eso me dijo la ginecóloga. Pero no fue planificado, ¿eh? Y no se suele parir el día que se sale de cuentas. Lo peor será que se me cuele en un 29 de febrero, que el año que viene es bisiesto; que eso también sería gracioso. Me han dicho que Pedro Sánchez nació un 29 de febrero.
Es verdad. A lo mejor tiene un futuro presidente del Gobierno…
¡Madre mía! No sé si deseo eso para mi hijo.
Teresa Rodríguez se lanzó a la carretera a hacer campaña electoral embarazada de cuatro meses, mientras Susana Díaz deshojaba la margarita del adelanto electoral en Andalucía tras su ruptura con Ciudadanos. Después de unas semanas, ayer, por fin, la presidenta andaluza le sacó el último pétalo a esa margarita y anunció elecciones autonómicas para el próximo 2 de diciembre, tres meses antes de lo que correspondería. A Rodríguez no le ha pillado por sorpresa. Díaz ha convocado con la excusa de evitar "la inestabilidad que hay en el resto de España", a pesar de que Unidos Podemos le ofreció su apoyo para terminar la legislatura tras la repentina ruptura con Ciudadanos.
-¿Por qué quiere usted presidir la Junta de Andalucía?
Bueno, pues porque no quiero acostumbrarme a la precariedad como solución al paro, por ejemplo. Creo que corremos el riesgo de que, después de un tiempo de cierta rebeldía y resistencia a las políticas antisociales que se han hecho, nos acostumbremos a que todo sea peor. La sanidad, la educación, los derechos laborales… Si no empezamos a hacer políticas distintas nos acostumbraremos y las nuevas generaciones se acostumbrarán a vivir sin derechos.
-Su candidatura se llama Adelante Andalucía ¿Por qué no está la palabra Podemos en sus siglas?
Por varios motivos. Uno, porque entendíamos que Andalucía tenía que estar con un protagonismo especial, ya que nos ven como a una fuerza muy de Madrid, del centro, según una encuesta que hicimos, y queríamos ser una fuerza 100% andaluza, que ponga el territorio por encima del partido, que las siglas sean un instrumento pero no el centro. Además, es que no queríamos entrar en la disyuntiva de a ver qué protagonismo tenía Podemos con respecto a IU, etc, etc (La candidatura aúna a 4 partidos: Podemos Andalucía, IU Andalucía, Izquierda Andalucista y Primavera Andaluza). IU en Andalucía es una fuerza política que tiene mucha más implantación que en el resto del territorio. De hecho tienen 80 alcaldías, 800 grupos municipales, en casi todos los municipios de Andalucía hay y creíamos que era un desperdicio entrar en la disputa de haber como de grande estaba el nombre de cada uno. Así que decidimos poner un nombre común y, en la papeleta, nos ponemos a todos abajo.
-¿Usted cree que Podemos está demasiado vinculada a los líderes en Madrid: Pablo Iglesias e Irene Montero?
El primero que reconoció que Podemos nacía con una impronta muy personalista fue Pablo y eso era resultado de una cierta debilidad de los proyectos colectivos, del sindicalismo, de las asociaciones de vecinos, al principio. Eso nos llevó al protagonismo de una sola persona, cuando pusimos su cara en las papeletas, etc. Su papel era muy importante, lo sigue siendo ahora, pero entonces es que la gente identificaba a Podemos con esa voz de las tertulias televisivas que decía exactamente lo que la gente pensaba. Sin embargo, para consolidar un proyecto más maduro, con más capacidad de transformación, en un ciclo distinto, necesitamos transitar de ese partido que depende muchísimo de las caras visibles a un proyecto más colectivo y más diverso; que no solo contiene ese perfil masculino, universitario, madrileño, clase media, sino donde también hay gente del ámbito rural, mujeres que tienen un protagonismo especial, clases trabajadoras y personas sin estudios, gente mayor, no solamente joven y es eso lo que estamos intentando construir. Podemos tiene cuatro años, en fin. El PSOE tiene 140.
-Después de las primarias, en las que Podemos Andalucía y Podemos Madrid se enfrentaron y se llegaron a publicar dosieres falsos sobre usted, ¿han enterrado el hacha de guerra? ¿Usted diría que pelillos a la mar?
Claro, aunque es una tontería decir que en lo político no entra lo personal. Nosotros ponemos en esto la cabeza pero también el corazón y las tripas. Aún así, con el tiempo hemos aprendido también, en un cursillo acelerado, a tratar de tomar distancia de las discusiones políticas del corto plazo. Yo he coincidido con Echenique siendo críticos con Iglesias y a veces me he encontrado con Iglesias siendo críticos con Errejón y a veces con Errejón, siendo críticos con Iglesias… La biodiversidad creo que es sana, es garantía de supervivencia de un ecosistema. Si no somos diversos estaremos más abocados a equivocarnos, si solo tenemos una opinión, un líder y una hoja de ruta y ya está. Cuando hay un desencuentro con un compañero pues piensas que lo mismo en un tiempo eso cambia porque cambien las tornas y así te ahorras un buen puñado de sofocones.
-¿Y consigue perdonar hasta las cosas feas; cosas que no parecen propias de un partido moderno?
Bueno, como no sé quién fue, prefiero no saberlo. Ya pasó. Se olvida y punto. Me quedo con que Echenique se puso a nuestra disposición, todos a una, en cuanto ganamos las primarias. Después de las elecciones, con los resultados en la mano, quizás llegue el momento de revisar qué hicimos bien o mal. Ahora, vamos todos p´alante.
-¿Por qué usted y Susana Díaz no se entienden como ahora lo hacen Pablo Iglesias y Pedro Sánchez?
Porque Susana Díaz no quiere que cambien las cosas, quiere que las cosas sigan como están y nosotros queremos cambiarlas profundamente y Pedro Sánchez acaba de llegar y necesita que las cosas cambien. El PSOE andaluz lleva casi 40 años en el poder y no ve en nosotros a un aliado si no a un enemigo contra su supervivencia como partido y contra su supervivencia en el poder en Andalucía. Y esto, además de una opinión, se ha contrastado con la práctica. De la forma más clara posible en la primera investidura de Pedro Sánchez, cuando le plantearon a Pedro Sánchez que tenía que llegar a un acuerdo primero con Ciudadanos. Eso es una imposición que el comité federal hizo fundamentalmente por el PSOE andaluz. La gestora que le pusieron a Pedro Sánchez estaba formada casi 100% por líderes andaluces. Es esa gestora la que toma la decisión de poner a Rajoy en el Gobierno para evitar a toda costa un Gobierno con Podemos y eso no lo digo yo, lo dijo el propio Pedro Sánchez -en una entrevista con Jordi Évole-. Luego, además, se han hecho públicas grabaciones, como la del secretario general del PSOE de Málaga, en la que reconoce que “el PP es el adversario y Podemos el enemigo”. En la alternación PSOE-PP uno sabe que le va a tocar en algún momento pero si entran en juego otros partidos, que te están disputando tu base social, esos si ponen en juego tu supervivencia. Esa es la reflexión que creo que ha hecho el susanismo con respecto a Podemos. De hecho, Andalucía es la única región en la que el PSOE gobierna con Ciudadanos. Susana Díaz en el pacto de investidura pudo elegir. Se sentó con Ciudadanos y aceptó eliminar impuestos a las grandes fortunas y perder 600 millones de Euros de la hacienda pública andaluza. Podía haberse sentado con nosotros y haber aceptado sustituir altos cargos por personal de educación, sanidad y servicios sociales, que fue lo que nosotros pusimos encima de la mesa. Ella eligió pactar con la derecha.
-¿Y podrían reconciliarse? ¿Podrían llegar a gobernar juntas?
En cualquier momento se puede llegar a acuerdos. De hecho durante la legislatura, aunque eso trascienda menos que mis batallas dialécticas con Susana Díaz en el pleno, hemos llegado a acuerdos sobre el decreto de las 35 horas, sobre memoria histórica y democrática, la ley contra la LGTBIfobia, la ley de servicios sociales, la de discapacidad, el acuerdo de financiación autonómica… Es decir, que el PSOE ha encontrado en nosotros un aliado que no ha encontrado en Ciudadanos. Nosotros no ponemos ninguna pega cuando se ponen las políticas reales por delante, para avanzar en políticas progresistas, para recuperar los derechos, para retrotraer los recortes de los últimos diez años… Para eso vamos a estar siempre, siempre, siempre.
-¿Y si para eso hay que entrar en el Gobierno?
No. Nosotros no vamos a entrar en un Gobierno con el PSOE en Andalucía porque ya hemos visto lo que pasa cuando se hace eso.
-¿Usted cree que Ciudadanos ha salido escaldado de su acuerdo con Susana Díaz?
En Ciudadanos influyen dinámicas nacionales. Ahora tienen mucha prisa por convocar elecciones para aprovechar los réditos de lo que está pasando en Catalunya. Los perfiles locales de Ciudadanos aquí son casi inexistentes. Es decir, es la persona que ponen al lado de Albert Rivera o de Inés Arrimadas.
-Entonces, ¿usted no se ha creído que Ciudadanos rompa su acuerdo con Susana Díaz porque no se está cumpliendo el pacto de investidura?
Yo no. Es que es poco creíble y tenemos pruebas objetivas. Nosotros cogimos algunos puntos del acuerdo de investidura entre Susana Díaz y Ciudadanos, con los que sí que estamos de acuerdo, como la creación de una oficina anticorrupción y, como el PSOE no se animaba a traerlo a la cámara, lo hicimos nosotros en forma de ley. Ciudadanos votó en contra y el PSOE también.
-En vuestra campaña estáis reivindicando el andalucismo pero el andalucismo se fue a hacer puñetas hace muchos años ¿Por qué queréis recuperarlo?
El PSOE andaluz es andalucista. Lo que se fue a hacer puñetas fue el Partido Andalucista porque empezó a hacer gala de un oportunismo brutal. El PA lo mismo gobernaba con el PP que con el PSOE, que en solitario, lo mismo privatizaba el agua… Fue un partido político muy oportunista que por eso perdió la base social que tenía. Pero el andalucismo como tal, no independentista por supuesto, la idea de que los andaluces no nos merecemos lo que nos pasa, que protagonizamos las cifras de desempleo, de pobreza y de exclusión, es importante. Somos la comunidad de la que más jóvenes emigran al extranjero, que tiene las condiciones laborales más precarias, que protagoniza las cifras de desahucios… Creo que es necesario ese ejercicio de autoestima que es el andalucismo, tener una identidad ayuda. Es como las mujeres, primero tienen que ser conscientes de su propia situación de desigualdad y analizarla, entender que no debe ser así y que no lo merecen, que no es una realidad natural, algo que no se puede cambiar y, a partir de ahí, empezar a hacer determinadas reivindicaciones como colectivo. Pues con Andalucía lo mismo.
-Le he escuchada declaraciones muy críticas con Canal Sur ¿Usted cree que Canal Sur alimenta una idea de Andalucía errónea? ¿Cutre, quizás?
Sí, mucho. Pero, además, es que es una realidad muy palmaria. Mis amigos extranjeros me dicen que eso no es Andalucía. Andalucía no es solamente copla. Tenemos mucha gente de vanguardia artística y cultural que no encuentra su hueco en Canal Sur, que lo encuentra siempre en medios estatales. La última vanguardia musical del trap es granadina (Fernando Gálvez) o La Mala Rodríguez y no salen en Canal Sur. Y la línea editorial de los informativos está vinculada al Gobierno de una forma también muy carca. Ojo, a pesar de sus profesionales que están empezando a movilizarse de una forma muy clara porque esa no es la televisión pública que les gustaría construir y que creo que es súper necesaria para la construcción de este proyecto andaluz.
-¿Usted cree que puede haber algún partido que sea bueno para un territorio durante 36 años?
Bueno, solo si tuviera una enorme capacidad de autocontrol y eso no lo hemos visto hasta ahora. Tendría que ser un partido que estuviera permanentemente renovándose, que tuviera limitaciones de mandatos, de salarios, de prebendas, que no pudiera nombrar aquí y allá altos cargos en la administración paralela. Si nosotros llegásemos a gobernar no tendríamos suficiente gente para colocar en todos los puestos de libre designación que el PSOE ha creado en casi 40 años. Aquí hasta el director del centro de flamenco es un cargo de libre designación del PSOE, que no tenía ni idea de flamenco, que era un dirigente del partido en Málaga… El director de la filmografía de Andalucía, el director de cualquier agencia pública, empresa pública, fundación, de los hospitales… Eso es fruto de 40 años de Gobierno. Habría que hacer una limpieza brutal en la administración. Nosotros creemos que frente a eso hay que articular mecanismos para que esos puestos se elijan desde abajo y que se haga en función del mérito y de la capacidad y con la participación de la gente, como antiguamente se elegía a los directores de los institutos, que se sentaban los padres, los alumnos y los profesores y elegían al director entre ellos, a una persona que era independiente de la administración. El PSOE andaluz no se ha autocontrolado y no se autocontrola, lo que hace es tapar. Siguen teniendo un discurso victimista frente a los ERE o a los cursos de formación, como si fuera un ataque de una jueza concreta. Y, además, para que se hagan a la idea: la Cámara de Cuentas de toda Andalucía tiene 26 auditores para toda la Junta de Andalucía entera, 9 diputaciones provinciales, 10 universidades públicas, todas las empresas públicas, fundaciones, 800 municipios… Es que es irreal. No hay voluntad de autorregulación ninguna.
-¿El clientelismo, fruto de gobiernos tan largos, acaba narcotizando a la sociedad, la hace más perezosa?
Sí, por una parte y, por otra, también se resigna más. Hay muchos pueblos donde la gente que ha construido Podemos se ha resignado a la clandestinidad, a no poder decir públicamente que vota a Podemos o que está inscrita en Podemos. Yo soy de Rota, un pueblecito de costa, de unos 30.000 habitantes, medianito, y eso no lo conocía. Como secretaria general de Andalucía, lo he escuchado en muchísimos pueblos. Hay una cierta resignación a que uno tiene que ser discreto políticamente para no tener problemas, para poder optar a las ayudas o a los puestos de trabajo de los empleos que dependen de la administración.
-¿Las mareas ( la blanca por la sanidad, la verde por la educación, etc) se han convertido en marejadillas? ¿Por qué ya no hay tanta movilización?
Siempre hay gente que se rebela contra las injusticias y eso es lo que nos hace a algunos levantarnos cada mañana
Las mareas son mareas precisamente porque suben y bajan y siempre ha sido así. Los que hemos estado metidos en movilizaciones desde hace veinte años sabemos que puede en cualquier momento surgir una chispa que haga que, de repente, lo que tenga el protagonismo absoluto sea la movilización en la calle y luego haber años en los que no haya movilizaciones. Pero siempre hay gente que pelea y esa es la frustración más grande para la gente que quiere que nos acostumbremos a vivir sin derechos. Si es que siempre hay movilización. Ahora incluso en un sector precarísimo, el de los repartidores de bicicletas de Glovo, las kellys, los taxistas… Siempre hay gente que se rebela contra las injusticias y eso es lo que nos hace a algunos levantarnos cada mañana. Y luego hay momentos en la historia en los que la movilización lo ocupa todo. ¿Quién nos iba a decir antes del 8 de marzo que la huelga feminista iba a ser lo que fue? Y eso sigue ahí. No es que la marea fuera de un solo día. Sigue habiendo acuíferos que a lo mejor no se ven, pero que siguen organizándose a lo largo de todo el estado y que a un toque de silbido salen. La sentencia de la manada, por ejemplo, y volvieron a salir hacia a fuera. Eso es una marea: sube y baja pero nunca desaparece.
-Un año y medio pide el fiscal para el que le acosó ¿Le parece mucho o poco?
Eso lo tendrá que determinar un juez. Yo estoy muy contenta con el papel de la fiscalía. De hecho nosotros desde la acusación particular hemos pedido lo mismo que ha pedido el fiscal. Nosotros lo que queremos es que el resultado de este juicio sea que este hombre no le vuelva a hacer lo que me hizo a mí a nadie y que el conjunto de la sociedad se entere de que este tipo de bromas no son bromas si no delitos y pueda ser un revulsivo para que no lo haga nadie en ningún lado. Ése es el objetivo más que tal o cual pena.
-Hablando de igualdad, la ley de igualdad andaluza de Susana Díaz ha sido aprobada sin los votos de Podemos y de IU ¿Por qué?
Porque ya teníamos una ley de igualdad en Andalucía. ¿Habría que hacer otra? Sí pero una que se pueda comer, una que de verdad arreglara los problemas de las mujeres andaluzas, no una que no cambia absolutamente nada en lo concreto, a las puertas de las elecciones. Nos hemos tirado tres años intentando mejorar las condiciones de trabajo de las muchas mujeres, la mayoría, subcontratadas por la Junta de Andalucía o por empresas que reciben subvenciones de la Junta o empresas que tienen relaciones con la Junta, son muchísimas y se han desentendido de ese personal que es mayoritariamente femenino. Las contratas de limpieza de los hospitales, las aulas matinales de los colegios, monitoras de educación especial, intérpretes de lenguaje de signos, las kellys… Y no han querido porque eso era enfrentarse con quienes sacan beneficio de la explotación de las mujeres y ahora me presentas una ley de igualdad que habla de todo eso pero que no tiene ninguna medida concreta para resolverlo. Pues para lavarse la cara que no cuenten con nosotros. Y, además, me presentan dentro de esa ley, como la gran panacea, el aumento de las pensiones no contributivas, que son pensiones que en muchísimos casos reciben mujeres que no han cotizado aunque hayan trabajado hasta matarse durante toda su vida, que en Andalucía son de 380 Euros y vendes a bombo y platillo que las vas a blindar con el IPC. El IPC son 6 Euros. 386 Euros van a recibir esas mujeres. Con ese incremento, hoy por hoy, la Junta se gasta en pensiones no contributivas muchísimo menos que lo que se gasta la empresa pública de turismo y deporte en publicidad institucional. Entonces no, para lavarles la cara no aprobamos leyes. Estamos muy cansados del feminismo institucional del PSOE, del feminismo de la moqueta, de salón. Nuestro feminismo también surge como reacción a ese feminismo institucional. Está muy bien tener un consejo de ministras pero eso no quiere decir que estés resolviendo problemas reales. Si quien le limpia el escaño a la ministra está cobrando 3 Euros la hora, tú eres una hipócrita.
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