Este artículo se publicó hace 7 años.
La teoría de la conspiración de los hackers rusos y venezolanos: un enemigo en forma de simulación
La unidad de la UE que analiza la propaganda rusa no ha detectado ni un solo caso de injerencia en el tema catalán, como asegura el Gobierno y sus medios afines
Madrid--Actualizado a
Una de las claves de toda teoría de la conspiración es contener trazos de realidad. Que se apoye en pilares sólidos, para tejer entre ellos una red de fábulas que resuelva preguntas sin resolver o tape realidades incómodas. Da igual lo inverosímil que pueda parecer en un principio: si todo junto ofrece respuestas sencillas y señala a alguien a quien culpar de todos los problemas, se habrá logrado el objetivo. España asiste en estos momentos, en riguroso directo, al parto de una de esas novelescas conspiranoias: hay un ejército de hackers rusos, apoyados por Vladimir Putin y con una rama venezolana, esforzándose mucho para lograr la independencia de Catalunya.
¿Cuál es la estrategia para llevar a cabo tan perverso plan? "Lanzar noticias falsas contra España y que estas se muevan en la red", explicó este martes Mariano Rajoy, confirmando que a pesar de la ausencia de toda prueba que sustente esa teoría, el Gobierno considera real la amenaza exterior. "Muchas de las actuaciones venían de territorio ruso, no sabemos si exactamente del Gobierno ruso. Y algunas han sido replicadas desde territorio venezolano", concretó en Bruselas la ministra María Dolores de Cospedal sobre el nuevo enemigo, invisible y supuestamente empeñado en atacar la democracia española.
Aunque suene a burla, no lo es. La semilla de la teoría de los hackers rusos la plantó El País poco antes del 1-O y ahora la riegan todos los medios afines al PP. La plataforma para que el presidente del Gobierno diera pábulo a este guión de película fue una pregunta directa sobre el tema en la Cope (dando lugar a una conversación un tanto absurda con Carlos Herrera, en la que se confunden conceptos como bots con hackers, como se explicará después). La última novedad en la teoría es la suma del frente venezolano a la causa de Putin y los suyos, así como la determinación de la UE a hacer frente al problema. Ni de lo uno ni de lo otro hay la más mínima prueba fuera de hechos circunstanciales.
Demasiado bueno para ser verdad
La teoría de los hackers ruso-venezolanos apunta muy alto. Dispone que un personaje oscuro trata de extender el caos por occidente, y tras el Brexit, su siguiente objetivo es nada menos que romper España. Para este papel no vale Nicolás Maduro, el enemigo exterior ya clásico del Régimen del 78. Se entiende que su poder no llega tan lejos. No, en esta contienda España compite cara a cara con Vladimir Putin, que ha desplegado una red encubierta de expertos informáticos.
La unidad de la UE dedicada a rastrear la propaganda rusa no ha detectado ni un solo caso de injerencia en la crisis catalana
El problema de reclamar un personaje de tal calibre para la política nacional es que su influencia en cuestiones geopolíticas no es impostada, como la de Maduro en España. La propaganda rusa y los mensajes de los medios oficiales del Kremlin son un asunto que preocupa tanto en EEUU como en la Unión Europea, que tiene una unidad especial dedicada a identificar bulos e información falsa sobre la UE que estos pudieran estar divulgando. Se trata de la European External Action Service East Stratcom Task Force y su misión es analizar cada una de estas injerencias y desmentirla.
Pues bien, de las 110 injerencias detectadas por esta unidad en el último mes, ¿cuántas de ellas están relacionadas con Catalunya? Ninguna. ¿Y de los 1.368 casos del año pasado? Cero. Ucrania, Siria, la UE, Polonia y EEUU centran las noticias identificadas como "desinformación" por esta unidad de la Comisión Europea, tal y como queda reflejado en el buscador en su web: euvsdisinfo.eu.
Ningún caso caso confirmado, aunque el centro haya registrado que la palabra "Catalonia" aparece en nueve noticias sospechosas en todo 2017 (no ofrece ningún resultado en los comandos "Catalunya" o "Cataluña").
No obstante, la defensa de la teoría de los hackers separatistas aún puede hacerse un poco más difícil. ¿Obvian los medios rusos lo que está pasando en Catalunya? No, como tampoco lo hace el resto de la prensa internacional. ¿Cuál es entonces su postura al respecto? "Puigdemont ha huido a Bruselas como el típico político europeo: débil, escurridizo, cobarde, un miope que esquiva su responsabilidad", declaró Dmitry Kiselyov, presentador de los informativos de Rossiya 1, una cadena pública generalista, la segunda en audiencia del país.
Los informativos de la cadena pública rusa: "Puigdemont ha huido a Bruselas como el típico político europeo: débil, cobarde, un miope que esquiva su responsabilidad"
Como refleja el análisis de la unidad antipropaganda de la UE, los medios rusos han virado su visión sobre la cuestión catalana y ahora critican abiertamente a los líderes independentistas tras haberlos alabado en un primer momento. Esto tiene mucho menos que ver con Catalunya de lo que podría parecer: "En lugar de establecer paralelismos constantes entre las regiones separatistas de Ucrania con Catalunya —con el objetivo general de buscar la justificación para la anexión de Crimea— comenzaron a señalar diferencias entre ellos, cuando la crisis se profundizó en España", explican los expertos de la UE. Los medios rusos han pasado de comparar a Carles Puigdemont con los líderes del Donbass (región ucraniana alzada en armas contra el Gobierno central y apoyada por tropas rusas no-oficiales) a hacerlo con el presidente del país, Petro Poroshenko, "un pequeño Puigdemont" que "probablemente también escapará".
Ante esto, ¿se ha posicionado la UE para atajar un problema que no existe según los datos de su propia unidad especializada? Obviamente no. Ante la necesidad de mostrar el calado de la información, el Gobierno, El País y los medios afines al PP han informado de que el asunto ya está Bruselas, que se ha puesto manos a la obra. Lo primero es cierto: fue el ministro de Exteriores Alfonso Dastis el que sacó el tema en la reunión del Consejo Europeo esta semana. Lo segundo, no: Dastis no pudo arrancar ningún compromiso concreto de sus homólogos y, de hecho, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, rechazó referirse a esa presunta injerencia rusa en Catalunya, limitándose a señalar que pidió en el pasado aumentar los fondos de la unidad antipropaganda.
En busca de las noticias falsas: ¿blanqueando violencia?
Ni los políticos ni los especialistas de la UE ven los efectos de la actividad de los hackers rusos que amenazan la unidad de España con la inestimable colaboración venezolana. ¿Dónde están esas noticias falsas? ¿Qué difunden? Es imposible saberlo. Ni El País ni el resto de medios de la conspiración rusa ofrecen un solo enlace a estas informaciones. No sabemos si están en ruso, con lo que se dirigirían a su propio público y no tendrían ningún impacto ni en España ni en la UE; en castellano, con el objetivo de influir en la opinión pública española; o en inglés, para lograr el apoyo de la prensa internacional tan ansiado por los soberanistas.
Los medios que difunden la teoría no ofrecen ni un solo ejemplo o enlace a una noticia falsa
Existe una relación que ni el Gobierno ni los medios conspiranoicos han hecho directamente, pero que sobrevuela gracias a comentarios del propio Dastis. En varias entrevistas con medios extranjeros el responsable de Exteriores —el primer ministro en ser reprobado en dos ocasiones por el Congreso— ha intentado sembrar la duda sobre la brutalidad policial desatada el 1-O: "Muchas de las imágenes son falsas", ha repetido. Se trata del único ejemplo en que el Ejecutivo (siguiendo nuevamente a El País) ha señalado hechos que considera falsos en relación al proceso soberanista.
Cabe destacar que, como en atentados o catástrofes naturales, durante el 1-O las redes se llenaron de imágenes sobre lo que presuntamente estaba ocurriendo. Algunas eran fotos antiguas rescatadas por los usuarios, pero otras muchas imágenes y vídeos no. De hecho, los medios que emprendieron una cruzada para negar la violencia que padecieron ese día los ciudadanos de Catalunya llegaron a negar hechos que habían ocurrido realmente, dando explicaciones falsas sobre lo que realmente había ocurrido.
Trazas de realidad: qué sabemos
¿En qué pilares se apoya la teoría para vender la trama ruso-venezolana? El principal es el de las noticias falsas. Es cierto que las fake news y los bulos amenazan el trabajo de los medios de comunicación por la facilidad que tiene cualquier usuario para falsificar un titular o hacer pasar por realidad hechos que no lo son, conseguiendo que se publiquen en la prensa. El fenómeno se está documentando en tiempo real y su influencia se ha podido sentir en acontecimientos mediáticos de la envergadura de las elecciones estadounidenses.
Los primeros análisis sobre cómo Donald Trump aprovechó (y explotó) las olas de noticias falsas en su benefició ya han salido a la luz. Aunque en la actualidad hay dos comisiones de investigación en el Congreso de EEUU sobre la relación del magnate con Rusia, los resultados de las investigaciones académicas apuntan mucho más cerca: fueron grupos internos de EEUU, desde la nueva extrema derecha (alt-right) hasta ciudadanos escépticos con el sistema bajo motivaciones diversas, en su mayoría racistas, antiglobalización, antimulticulturalismo o antifeministas, los que utilizaron esta guerra de guerrillas a favor de Trump pero, sobre todo, en contra de Hillary Clinton.
Aunque la injerencia ruso-venezolana existiera, sería "ridículo" intentar demostrarlo ahora, dice una experta: "Las pruebas aparecerían al cabo de meses o años"
El otro gran pilar de la teoría es Julian Assange, editor de Wikileaks, que ha pasado de activista protransparencia a agente ruso tan pronto como ha apoyado el derecho a decidir en Catalunya. Su papel en la difusión de información afín a los soberanistas y su alta actividad en redes representan el principal "indicio" de la teoría, explica Yolanda Quintana, investigadora del impacto de Internet en los medios y el activismo.
"La dinámica es la misma que cuando se llevan a cabo tácticas de ciberguerra. Se han producido ataques contra instituciones que pueden buscar el robo de información para filtrarla estrategicamente, y Assange ha incrementado su actividad de una manera muy clara", opina Quintana, autora de Ciberguerra, lo que no sabes de las nuevas amenazas y las guerras que ya se libran en la red (Catarata).
Aunque Assange ha explicado que se ha identificado con el independentismo catalán porque este ha sufrido "los mismos ataques" que Wikileaks ("espionaje electrónico y físico, censura, corrupción judicial, arrestos, extradición, encarcelamientos, exilio, bloqueos financieros, noticias falsas y propaganda, estados aliados que presionan"), para Quintana "no es excusa para que su actividad se incremente de manera tan clara, y que llegue a entrar en confrontaciones con personajes como Arturo Pérez-Reverte". Eso sí, en el fondo, la nada: "Es posible que esto esté sucediendo... y es posible que no. Es ridículo intentar demostrarlo ahora, las pruebas aparecerían al cabo de meses o años", recalca.
En todo caso, la influencia real de Assange en la opinión pública española es cuestionable. La autora acepta este punto, exponiendo que "en caso de que llegue a demostrarse que estamos ante una operación de injerencia", el objetivo es "alimentar la confusión y polarización, más que un apoyo ideológico a una causa". "Hay patrones, indicios... Pero no hay argumentos sólidos que sostengan la teoría ahora mismo", critica Quintana, también portavoz de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI). En cambio, señala que la contrapropaganda española sí se ha puesto en acción, y que esta campaña sí "se puede constatar". "Hay una operación en marcha desde el pasado viernes", revela, dejando una conclusión: "Hay que advertir a los ciudadanos de que nadie es inocente y todo el mundo intoxica".
No existen pruebas sólidas de que Assange, autor de algunas de las mayores revelaciones de información de toda la historia, colabore con Putin. Los teóricos ruso-venezolanos relacionan sus ataques a EEUU (que le ha obligado a refugiarse indefinidamente en la embajada de Ecuador en Londres, en la que ya lleva cinco años y medio) con su apoyo a Rusia.
El asilo de Snowden en Rusia, otro de los hechos circunstanciales que la teoría usa para unir a Assange y Putin
También señalan el vínculo con Edward Snowden, el mayor filtrador de la historia, exiliado en Rusia. El americano llegó al aeropuerto de Moscú en 2013 desde Hong Kong (desde donde habría sido extraditado a EEUU y juzgado por traición) gracias a una jugada de Assange, que convenció al cónsul de Ecuador en Londrés de que expidiera un visado exprés que permitiera a Snowden salir de la ex colonia británica. Cabe destacar que Snowden ni siquiera usó a Wikileaks para publicar los documentos sobre la vigilancia masiva de EEUU a ciudadanos y líderes políticos de todo el mundo, sino que se relacionó directamente con los periodistas Glenn Greenwald y Laura Poitras. El hecho de que fuera Rusia donde terminara recibiendo asilo político también es circunstancial: toda la comunidad internacional rechazó sus solicitudes por el miedo a sufrir la ira de EEUU, incluyendo España. Tras meses atrapado en la zona internacional del aeropuerto de Moscú, Snowden terminó aceptando la oferta de asilo de Putin.
Herrera se lía un poco
Por último está la ubicación de las cuentas falsas que comparten información que perjudica a España. El Ejecutivo, con Rajoy, Cospedal y Dastis a la cabeza, asegura que un 55% de ellas son rusas y al menos otro 30% venezolano. A falta de descubrirle a la democracia chavista este nuevo filón, está totalmente contrastado que un gran número de empresas de venta de bots y cuentas falsas operan desde territorio ruso. Los más baratos, que solo aumentan el número de seguidores sin interaccionar con el resto de usuarios, valen unos tres rublos por cada mil. Los que ejercen más funciones, como compartir contenido, son más caros. No obstante, no dejan de ser simples programas informáticos que ejecutan órdenes (y que el propio PP ha utilizado para aumentar su impacto en redes).
Estos bots no tienen nada que ver con los supuestos hackers que conspiran a favor de la independencia. La diferencia más radical quizá sea que los primeros son software, secuencias binarias, y los segundos, personas, aunque habría que escuchar la explicación del Gobierno al respecto ya que parece no tener este punto demasiado claro. Utilizar a la vez ambos conceptos provocó que Carlos Herrera, presentador de la Cope, se liara con la teoría que su propio medio defiende en una entrevista en directo con Mariano Rajoy este martes. Herrara llegó a afirmar a la vez una cosa y la contraria (que la campaña contra España es "robotizada" y que la protagonizan "un grupo de ciudadanos rusos"), obligando a Rajoy a regatear sus incongruencias y dejando claro que uno no sabía de lo que hablaba y a otro se lo habían explicado no hace mucho.
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