Rovira, ya desde Catalunya: "Estamos aquí para rehacer la unidad y acabar lo que empezamos"

El pequeño pueblo de Cantallops, en el Alt Empordà (Girona), de poco más de 300 habitantes, ha visto alterada su habitual tranquilidad este viernes desde primera hora de la mañana. Un ejército de cámaras y unas 300 personas esperaban la llegada de la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, y el resto de independentistas exiliados a Ginebra de regreso a Catalunya después de más de seis años gracias al archivo de la causa de Tsunami Democràtic por parte de la Audiencia Nacional.

Una fría pero ligera tramontana ha recibido la comitiva haciendo ondear las esteladas que algunos de los asistentes han traído al acto de bienvenida. La llegada de Rovira, acompañada del también diputado de ERC, Ruben Wagensberg, el activista y dirigente de Òmnium, Oleguer Serra, el periodista Jesús Rodríguez y el empresario y activista Josep Campamajó. La llegada de Rovira y el resto de exiliados ha desbordado la emoción en medio de los proclamas de independencia. Entre los asistentes, había dirigentes de Esquerra y familiares que se han fundido en fuertes arazadas y lágrimas.

Rovira: "Hemos venido aquí para volver a recomenzar y unir todo el movimiento independentista"

Rovira y el resto de exiliados también han sido recibidos por destacados nombres del movimiento independentista como el conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, miembros de la CUP como Anna Gabriel y Eulàlia Reguant, la directiva de Òmnium Cultural y el presidente de la ANC, Lluís Llach. También estaba el diputado de Comuns Sumar David Cid.

Una de las imágenes más esperadas era el reencuentro de Rovira y el expresidente de ERC, Oriol Junqueras, después de unas semanas de polémicas por la crisis interna que está atravesando el partido. El abrazo entre los dos republicanos no se ha hecho esperar y lo han hecho rodeados de otros dirigentes del partido como la portavoz Raquel Sans y Marta Vilalta.

La jornada ha comenzado a la Porta dels Països Catalans, en Salses, a la Catalunya Nord, donde han hecho una parada muy simbólica antes de cruzar la frontera administrativa. Allí les esperaban destacados nombres de la política catalana como Jordi Turull y Josep Rius (Junts); Teresa Jordà, David Mascort y Laia Cañigueral (ERC); Montserrat Vinyets, David Fernández, Anna Gabriel y Carles Riera (CUP); el presidente de Òmnium Xavier Antich; el abogado Benet Salellas; el también todavía exiliado y diputado de Junts, Lluís Puig; y miembros del grupo de apoyo a Jesús Rodríguez y al resto de exiliados.

La secretaria general de ERC, junto al diputado republicano Ruben Wagensberg; el periodista de La Directa Jesús Rodríguez; el activista Josep Campmajó; y el vicepresidente de Òmnium, Oleguer Serra, han cruzado la frontera a las 8:25 horas de este viernes. Rovira y el resto de exiliados por el Tsunami empezaron a regresar de Ginebra el jueves, y llegaron cerca de Salses por la noche. Tras descansar unas horas, han reanudado la vuelta a primera hora de la mañana.

"Una victoria absoluta"

Tras un acalorado y multitudinario recibimiento, los exiliados han hecho unos parlamentos en la plaza de la Antigua Rectoría de Cantallops presididos por una estelada gigante. Rovira ha dado las gracias a la solidaridad de los Països Catalans y de los suizos y suizas "en la lucha permanente en el exilio". "Esta es una causa que va de democracia y de derechos humanos. Lo de hoy es una victoria absoluta. Hace demasiados días que el independentismo no celebra nada", ha proclamado Rovira.

Rovira ha asegurado que "vuelve más convencida que nunca" y ha hecho un llamamiento a la unidad. "Hemos venido aquí para volver a recomenzar y unir todo el movimiento independentista. ¿Qué día nos olvidamos que juntas somos más fuertes? Estamos aquí para terminar lo que empezamos, más cargadas de razones que nunca", ha expresado con contundencia.

Todos los exiliados presentes en Cantallops han recordado que todavía hay más "represaliados", en referencia al resto de exiliados (Carles Puigdemont, Lluís Puig y Toni Comín), a los perseguidos por la operación Judas, y a las personas "represaliadas" que todavía no están amnistiadas.