La quimera de la meritocracia en España: la afinidad política pesa más para optar a cargos directivos en el sector público

La afinidad política sigue siendo el criterio de mayor peso para nombrar cargos directivos en el sector público. Así lo indica el informe ElDedómetro de la Fundación Hay Derecho, publicado este miércoles. Como también demostraron ediciones anteriores del estudio, el mérito y la capacidad son cualidades relegadas a un segundo plano.

"El sector público, como establece la Constitución española, debe responder a los intereses generales en su gestión y debe obedecer a este servicio", ha remarcado durante la presentación del estudio Safira Cantos, directora general de Hay Derecho.

El salario medio de los directivos públicos rozan los 160.000 euros anuales

"Hablamos de empresas públicas con dirección de primera división. No podemos perder de vista que estamos ante grandes empresas cuyos responsables cobran sueldos que rozan de media los 160.000 euros anuales de salario", ha añadido.

En declaraciones a Público, Cantos ha apuntado que "se tratan de altas responsabilidades". "No es una crítica al buen salario, sino una exigencia de buena gestión". Por su parte, Rafael Rivera, responsable de investigación de datos de la fundación, ha subrayado que "queremos tener los mejores para nuestro país, en estas instituciones que son tan importantes".

Profesionales poco preparados

El documento destaca "una profesionalización insuficiente" de los directivos públicos y afirma que la idoneidad de sus perfiles "resulta claramente mejorable". Durante la presentación, Rivera ha indicado que la nota general en meritocracia es muy baja y que "más de la mitad de los responsables suspenden".

Cada vez más directivos públicos han tenido relaciones políticas previas

Además, desde 2017 hay una politización creciente, ya que cada vez más directivos del sector público han tenido antes relaciones políticas. Estos cargos "están más vinculados a los partidos políticos que los nombran, por lo que la imagen de su imparcialidad se puede ver seriamente comprometida", advierte el informe.

"Esto no es en absoluto normal en los países de nuestro entorno", ha lamentado Elisa de la Nuez, secretaria general y directora del informe, que también ha intervenido en la presentación del Dedómetro.

La Fundación Hay Derecho identifica la rotación de directivos como otro problema acuciante. Este fenómeno es consecuencia de "cambios de gobierno o de incluso de ministro", subraya el estudio. "Entidades como Correos o Renfe necesitan planes estratégicos a medio y largo plazo", ha explicado Rivera.

"Cuando hay momentos que vaticinan un cambio de dirección inminente, las empresas públicas rechazan abordar ningún tema relevante porque los próximos meses no saben qué pasará con la continuidad del equipo directivo", ha criticado Cantos en declaraciones a este diario.

Las mujeres solo ocupan un cuarto de los puestos directivos

Un total de 47 mujeres son las máximas responsables de una entidad pública, apenas el 25% de los cargos, frente a los 182 hombres en posiciones análogas. Las directivas examinadas presentan la misma formación que los hombres e incluso mayor experiencia en la materia propia de cada institución. Sin embargo, muestran menor experiencia profesional en cargos de gestión.

El 54,2% de las mujeres en 2021 estaban graduadas en educación superior

Las mujeres también muestran un mayor grado de vinculación política. Este dato "pone de relieve que ellas parecen necesitar de mayores relaciones políticas previas para acceder" al nombramiento de puestos directivos. Para desplegar un reparto más igualitario, el estudio recomienda establecer "requisitos objetivos y procedimientos de selección".

Además, los autores del estudio citan al INE y recuerdan que las mujeres en España tienen una mayor formación que los hombres. En concreto, un 54,2% de las mujeres en 2021 estaban graduadas en educación superior, frente al 45,8% de los hombres.

Una contienda por el control político

El informe identifica una tendencia a la politización de varias entidades públicas. Entre ellas, advierte que RTVE se encuentra en "una situación claramente disfuncional", debido a la gran rotación de sus directivos, las polémicas constantes y "una aparente incapacidad para llegar a acuerdos que permitan el normal cumplimiento de sus funciones".

Por su parte, el análisis de los dos últimos directivos de la Agencia EFE "marcan un declive" en los criterios de mérito y capacidad. Los autores destacan que su actual presidente, Miguel Ángel Oliver, llegó al puesto "directo desde un alto cargo político". En concreto, la Secretaría de Estado de Comunicación.

Correos ha empeorado la idoneidad de sus directivos con los nombramientos de José Manuel Serrano en 2018 y Pedro Saura en 2024. Como Oliver, ambos pasaron a la dirección de la empresa pública directamente desde cargos políticos. Este hecho "corresponde con la detección de un patrón de creciente politización de las entidades públicas", argumenta el estudio.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) también ha sido objeto de varias polémicas por la "estrecha relación política" de su dirección. En concreto, José Félix Tezanos ocupa la presidencia de la institución tras ejercer como secretario de Estudios y Programas del PSOE. Aunque tiene un alto conocimiento de la materia, el estudio apunta que "un gran compromiso político puede generar una dinámica profundamente perversa".

Casos de buenas prácticas y recomendaciones

La Fundación Hay Derecho también destaca los casos del Banco de España, el Museo del Prado y el Centro de Arte Reina Sofía como ejemplos de buenas prácticas en la selección de los cargos directivos. En el primer caso, Elisa de la Nuez ha recordado que "ahora mismo toca renovar el Banco de España y la pregunta es si se mantendrá este nivel".

En cuanto al caso de los museos, el informe señala que su alta profesionalización "se debe a un acuerdo entre el PP y PSOE para sacar del juego partidista al Museo del Prado, lo que claramente ha dado resultados".

Los autores proporcionan una serie de recomendaciones para garantizar la idoneidad de los nombramientos directivos. Entre ellos, establecer "procesos de selección transparentes, abiertos y competitivos", aumentar los requisitos objetivos del puesto y el control de transparencia, la cual debe ser primordial. Para ello, el informe aconseja incluir este criterio "como una herramienta fundamental" en la gestión del cargo.