La "resaca electoral" tras los resultados en Castilla y León ha protagonizado la actualidad política de este lunes. En la sede del PSOE de la calle Ferraz se reunió a primera hora de la mañana la Ejecutiva Federal del partido, con el presidente del Gobierno y secretario general, Pedro Sánchez, a la cabeza. Más allá del balance del resultado obtenido por Luis Tudanca, un tema importante ha sobrevolado el ambiente entre los socialistas durante todo el día. Se trata de un hipotético apoyo, o abstención, del PSOE en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco para evitar que Vox entre en el Gobierno. Pero la posición de la dirección del PSOE es radicalmente opuesta a ello. Y en este sentido, consideran que el PP no va a visualizar su rechazo a la ultraderecha, sino todo lo contrario, y que no van a buscar su apoyo. 

Esta suerte de "gran coalición" o "cordón sanitario" a la extrema derecha ha sido defendida por el alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente. Ya pocos minutos después de conocer los resultados, fuentes de la dirección rechazaban tajantemente la idea de ayudar a Mañueco. Desde Ferraz desautorizan a Puente y lo enmarcan en una "opinión de un militante más". Algunas voces consultadas reconocían su "sorpresa" ante las declaraciones de su compañero. De hecho, según afirmó el portavoz Felipe Sicilia en rueda de prensa, ni siquiera habían llegado a debatir sobre el tema de puertas para adentro en la reunión de la dirección.

En su intervención pública, Sicilia defendió que no harían presidente a un Gobierno del PP "manchado por corrupción". Pero también apuntó la idea de que son los populares quienes tienen claro que van a pactar con la ultraderecha. Y ese es precisamente el mensaje que transmiten fuentes de la Ejecutiva Federal socialista consultadas por Público. En el PSOE buscarán dejar en evidencia al partido que lidera Pablo Casado por su sumisión a la ultraderecha de Santiago Abascal.

"¿De verdad va a estar dispuesto Mañueco a apoyar nuestro programa electoral?", se preguntan irónicamente en Ferraz. "¿De verdad el PP quiere negociar con el PSOE? ¿Quieren una abstención?", insisten. De momento, aunque Mañueco insistiera en que "va a hablar con todos" y no descartara incluso poder recibir el apoyo del PSOE, los socialistas piden a los populares "que hablen claro". 

"¿No quieren a Vox en el Gobierno? Que lo digan. ¿Ahora van a hacer un cordón sanitario?", destacan las fuentes consultadas. En este sentido, recuerdan que en la práctica ya están gobernando con el partido de Santiago Abascal en Murcia, gracias concretamente a una consejera que fue expulsada de Vox aunque la justicia ha obligado a readmitirla. "No pensamos hacerle al PP su trabajo, es a ellos a quien les corresponde formar Gobierno y sus mayorías", señalan las fuentes consultadas. "Si no quiere hacer entreguismo a Vox, que lo visualice", insisten. 

En Ferraz piensan ya en "salvaguardar" las libertades amenazadas por Vox desde su papel en la oposición. Dudan mucho que el PP vaya a pedirles su apoyo aunque reiteran que en el partido de Casado y Teo García Egea "son capaces de todo". En Génova han evitado mencionar un posible pacto con Vox, pero desde Castilla y León, los populares parecen resignados a que sea la única opción posible. Quien sí verbalizó que el PP debería buscar el apoyo del PSOE fue el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez-Feijoó. "La incógnita será saber cómo responde el PSOE" y si está dispuesto a abstenerse para facilitar la gobernabilidad de los populares, destacó.

"Nos sentaremos con todos", dicen en Ferraz, esperando no obstante a que Mañueco inicie su ronda de contactos, como el mismo vencedor de las elecciones ha ido anunciando tras conocer los resultados. Consideran que la pregunta sobre los apoyos ya la ha respondido el propio PP. "Es el que ha dicho que no tiene ningún problema en hablar con Vox y llegar a acuerdos. La respuesta a esa pregunta a la han contestado los dirigentes del PP", afirmó Sicilia. 

La estrategia del PSOE pasa de este modo por desgastar a Casado como líder del PP y transmitir su debilidad tanto de manera externa como interna. Lo dejó claro Sicilia durante su intervención. "Hoy el señor Casado tiene un liderazgo mucho más débil dentro del PP y fuera. Dentro, frente a Ayuso, y fuera, frente a Abascal, que ya está pretendiendo hacer gobiernos con el PP", dijo. 

Tampoco se olvidan en Ferraz de las investigaciones judiciales pendientes que tiene el PP en Castilla y León y que rodean a Mañueco. Aparte del caso de las primarias en Salamanca, los populares tendrán que enfrentarse en los próximos meses a asuntos como "Perla Negra" o "la trama eólica". Ya tras la convocatoria electoral se apuntaba a que intentar tapar estos asuntos formaban parte de la estrategia del adelanto electoral del presidente autonómico. 

"No hay debacle electoral"

Pese a la pérdida de votos y procuradores en las Cortes, en el PSOE rechazan la idea de que el papel de Luis Tudanca haya significado una debacle electoral. Defienden, con los datos en la mano, que la diferencia con el PP es mínima, algo que trasladado a nivel nacional les hace ser todavía optimistas. Consideran que, pese a ser el partido más votado en 2019 y haber perdido ese puesto en lugar del PP, el escenario ahora era muy diferente. 

En su análisis, reconocen en Ferraz que no se esperaban que las candidaturas locales, especialmente Soria Ya! y Unión del Pueblo Leonés (UPL) les fueran a perjudicar tanto electoralmente. Esa "atomización" y "fragmentación del voto" es la que explicaría el descenso del PSOE, sostienen en la dirección nacional. Fuentes de la cúpula socialista se preguntaban para qué iban a servir esos diputados de la llamada España Vaciada.

Y Sicilia insistía en esa cuestión de la irrelevancia. "Estamos convencidos que viendo lo que ha ocurrido, que el voto de esos procuradores no es tan importante para conformar Gobierno, los ciudadanos decidirán en una próximas elecciones apostar a opciones mayoritarias como el PSOE", afirmó el portavoz. Ferraz mira ya a 2023, y de reojo a Andalucía, aunque consideran que Juanma Moreno, tras el resultado de Mañueco, se lo va a pensar antes de adelantar elecciones tan rápido.