El PP enreda con la DANA en Bruselas para que España no tenga un puesto relevante en la UE
Teresa Ribera culmina su examen en la Eurocámara para ser la próxima vicepresidenta de la Comisión Europea. El PP y Vox intentan frenarlo responsabilizándola de la gestión de la DANA.
María G. Zornoza
Bruselas--Actualizado a
La todavía vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, ha concluido su examen en la Eurocámara con confianza, control técnico y solvencia. La aspirante a vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Transición Justa y Limpia y comisaria de Competencia, todavía deberá esperar el dictamen definitivo tras la ofensiva lanzada por el PP en la capital comunitaria para intentar tumbar su candidatura.
El sillón al que se postula Ribera es uno de los más potentes del Berlaymont. De confirmar su aprobado, la socialista española será uno de los pesos pesados de la Comisión Von der Leyen 2.0. Aparentemente, Ribera tenía el camino hacia los pasillos despejados: cuenta con prestigio en la capital comunitaria, con el visto bueno de la propia Von der Leyen y con bagaje técnico en el área que le compete. Pero la instrumentalización de las fuerzas de derecha española sobre el desastre de la DANA se ha interpuesto en este sendero. Con el gobierno valenciano, presidido por el popular Carlos Mazón, sumergido en un sinfín de contradicciones y asfixiado por las críticas a su gestión, desde Génova han intentado desviar el tiro poniendo en el centro de la diana a la socialista.
Siguiendo el procedimiento regular y según estaba previsto en un primer momento, Ribera habría recibido el resultado de su examen la misma noche de la audiencia. Pero los populares han maniobrado para dilatar el proceso lo máximo posible. Previsiblemente no se conocerá hasta la próxima semana si pasa o no la prueba. En esta dilatación de los tiempos ha jugado un papel clave el candidato de Giorgia Meloni. Raffaele Fitto opta a otra vicepresidencia, pero tiene enfrente el rechazo de los Socialdemócratas. Así las cosas, los populares han apadrinado al político ultra asumiéndolo como uno de los suyos y coligando todo el proceso. El del nuevo colegio de comisarios es ya un intercambio de cromos. Con la confianza entre las principales fuerzas del Hemiciclo crecientemente mermadas, se ha decidido pasar revista a las seis vicepresidentas a la vez y no de forma individual para evitar traiciones de última hora.
Fango en la plaza bruselense
Diferente legislatura, pero misma tendencia: las más de tres horas de interrogatorio han estado marcadas por un fuerte componente nacional abanderado por la oposición. El PP ha cargado con dureza interpelando a Ribera incluso por el exministro Ábalos. Tal y como estaba previsto, ha sacado el dedo apuntador contra la vicepresidenta por la gestión de la DANA. Dolors Montserrat, líder del PP en la Eurocámara, la ha acusado de "esconderse para salvar su sillón europeo". "Este examen es totalmente innecesario, hace 15 días se enfrentó al examen de su vida, como ministra de Clima ha suspendido", ha espetado la catalana. El PP y Vox piden ya que la vicepresidenta no solo comparezca en el Congreso de los Diputados —como hará la próxima semana— sino ante los jueces por la DANA. "La historia y quizás también los jueces la juzgarán por su inacción y su incompetencia", ha aireado Montserrat. "Debería sentarse en el banquillo y no en la Comisión", ha espetado el eurodiputado de Vox Jorge Buxadé.
Por su parte, Ribera, que ha comenzado su intervención mostrando "el apoyo y la solidaridad" a los afectados por la DANA, ha respondido que el Gobierno regional es el encargado de enviar el aviso y ha subrayado que las alertas correspondientes al Gobierno central sí fueron enviadas a tiempo, como demuestra la limitación de la actividad en instituciones como la Universidad de València.
Pero consciente de los intentos para distraer y embarrar el debate, la española se ha centrado en articular un discurso en clave europea, comprometiéndose a mantener su neutralidad en los casos de competencia que afecten a España, a cooperar con todos los comisarios y a no dar pasos atrás en la lucha contra el cambio climático. "Mi gran preocupación es que la sociedad no sepa valorar la amenaza del cambio climático (...) La aparición de estos fenómenos va a ser recurrente e intensa reforzar preparación y alertas para que la gente pueda estar preparada", ha apuntado haciendo una llamada a invertir "para ser más resiliente, reforzar sistemas de alerta y prevención". "Hay que hacer más y mejor", ha agregado advirtiendo que las alertas salvan vidas.
Con la audiencia enfangada por el barro nacional, Ribera ha desgranado una larga lista en torno a cuáles serán sus prioridades si, finalmente, se hace con el puesto: una transición equitativa, justa y limpia; una competitividad sostenible; la independencia de los combustibles fósiles; relanzar el tejido industrial comunitario; simplificar las reglas fiscales; completar el Mercado único o crear nuevos empleos verdes.
Si da el salto a Europa o no se conocerá en los próximos días. El PPE, Socialdemócratas y Liberales alcanzaron antes del examen un pacto de no agresión por el que acordaron discernir sobre todos los vicepresidentes a una, en pack. El PP de Alberto Núñez Feijóo se ha atribuido esto como un triunfo personal, aunque su intención inicial era intentar tumbar a Ribera en esta primera fase. España enturbia así su imagen internacional y se arriesga a dejar escapar uno de los puestos más poderosos que ha logrado en la UE durante los últimos años. No obstante, sería difícil que Ribera no supere finalmente la prueba. A Von der Leyen, del PPE, le interesa que su segundo mandato arranque lo antes posible para dotar a la UE con una apariencia de control y certidumbre ante este escenario global cada vez más volátil. Es, además, poco frecuente que los eurodiputados derriben a los candidatos si no hay razones de peso detrás.
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