El PP continúa con su cortejo a Puigdemont y ve más cerca que Junts derribe los Presupuestos de Sánchez
Feijóo exprime la presión de Junts al Gobierno. Ven un "teatro" la cuestión de confianza, pero creen que ha desinflado la euforia del Gobierno con las cuentas públicas.
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El Partido Popular dibujó una hoja de ruta para esta legislatura que pasa por normalizar a Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, y exhibir la mayoría parlamentaria de derechas que no fue capaz de aglutinar en su investidura fallida ni lo es ahora en una hipotética moción de censura para la que no tiene números. Ante esto, la lógica de Génova es que, si dejan al lado las ambiciones independentistas de Junts, existen coincidencias ideológicas que pueden aprovechar. Es lo que han hecho con la enmienda transaccional pactada para eliminar el impuesto a la producción eléctrica que pactaron este lunes. Un "éxito parlamentario", presumieron los populares, que el Gobierno intentará revertir. Y ellos, exprimir.
Igual que con la moción de confianza que Puigdemont ha puesto sobre la mesa para meter presión a Pedro Sánchez. En el PP dan por hecho que es "un teatro más" de Junts, dice un miembro del comité de dirección del partido. "Una puesta en escena en su pelea con ERC", apunta otro. "Esto de la moción de confianza no va a ningún lado", subraya otro. También ven a Junts "apretando" al Ejecutivo y creen que ha desinflado su euforia con los presupuestos generales del Estado.
"Daban por hechos los presupuestos, pero ahora ya no están tan seguros", dicen desde Génova. Fuentes del Gobierno aseguran que todavía no han empezado a negociar las nuevas cuentas públicas con Junts.
Los de Feijóo vieron un hueco por el que colarse en las declaraciones del presidente de Junts, que dijo que Sanchez "no es de fiar". Así, este miércoles, Alberto Núñez Feijóo se ha dirigido directamente a Miriam Nogueras, portavoz en el Congreso del partido de Puigdemont, durante su cara a cara con Sánchez en la sesión de control al Gobierno. "Claro que les ha engañado y le seguirá engañando", le dijo. Nogueras, que obvio la moción de confianza, ni pestañeó. Ese gesto de Feijóo no ha pasado inadvertido para nadie, aunque fuentes del equipo del presidente del PP le restan importancia.
"Tenemos que movernos"
"Es que ella (por Nogueras) es la que manda aquí", resume un miembro de la dirección del partido conservador que no niega el cortejo a Junts y reconoce un giro en su posición. "Es que tenemos que movernos", zanja. Una afirmación que choca con las explicaciones oficiales de Génova: "No hemos cambiado nada. Es Junts quien ha cambiado, en todo caso".
Los de Puigdemont llevan poniendo palos en la rueda al Gobierno desde el inicio de la legislatura, intentando marcar el paso a Sánchez y dejando claro que no forman parte de ningún bloque político aunque hayan investido al líder del PSOE. Con respecto al PP, Junts era y es claro: aunque su balance del pacto que alcanzaron con los socialistas no es satisfactorio, es "imposible" que vayan a formar parte de la moción de censura que el líder popular les ofrece.
Sin embargo, Génova sigue dispuesta a explorar esa vía —si en algún momento consiguieran los apoyos—interpelando a todos los socios de la coalición. Sin líneas rojas, salvo EH Bildu. Un sector del PP es muy crítico con este viraje de Feijóo. Son las mismas voces que en la ronda de contactos para su investidura fallida consiguieron que acabara reculando y renunciando a reunirse con Nogueras en el Congreso, como tenía pensado hacer. Entonces, puso como excusa que Puigdemont ya había dicho públicamente que exigiría la ley de amnistía y que no tenía nada de lo que hablar con Junts. Meses después, fuentes del PP revelaron que habían tenido la medida de gracia sobre la mesa durante 24 horas en verano.
La relación con los postconvergentes es espinosa para los populares. Y les divide. Si bien una parte del partido cree que Feijóo "está haciendo lo que hay que hacer" para que puedan salir del aislamiento parlamentario que les aleja de La Moncloa, otras voces creen que es una "pirueta" y que el electorado penaliza los "bandazos". Aunque reniegan de los de Puigdemont como "aliados parlamentarios", en Génova están decididos a ahondar en las debilidades del Ejecutivo y asumen las contradicciones.
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