Opinión
Junts, ese partido de bien
Directora corporativa y de Relaciones institucionales.
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Fue el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, quien en mayo de 2022 le dijo en el Congreso al líder del PP que, si por Alberto Núñez Feijóo fuera, habría pactado con Junts. Es más, advirtió, “usted pactará con Junts”. Estos días, al calor de la propuesta de Carles Puigdemont para que el presidente del Gobierno se someta a una cuestión de confianza -algo que solo puede proponer el mismo Pedro Sánchez-, Rufián se ha recordado a sí mismo y ha insistido en la alianza que viene, según él, entre el PP y Junts: “Esto pasará”.
La semana ha empezado, pues, con este vaivén parlamentario: Junts quiere presentar una propuesta no de ley (PNL) en la Cámara Baja para que Sánchez se someta a esa cuestión de confianza cuya potestad solo tiene el presidente del Gobierno; o sea, que la petición de Junts, anunciada por Puigdemont desde Bruselas como balance del pacto que su formación mantiene con el PSOE desde hace un año, sirve para poco más que para dejar constancia de las diferencias entre el Gobierno y el socio de investidura del que se sitúa a más distancia por cuestiones ideológicas. Y no solo.
Que las relaciones entre el Gobierno de coalición y Junts son difíciles se sabía incluso antes de que llegaran a un acuerdo para investir a Sánchez tras las elecciones de julio de 2023. Ese acuerdo de investidura, de hecho, no significaba nada más -ni nada menos- que la alternativa entre las derechas no era factible por encontrarse Vox en la ecuación junto a PP, PNV y Junts. El tiempo pasa, sin embargo, y las palabras de Rufián van cogiendo forma: ni siquiera el acuerdo para la reforma fiscal alcanzado el mes pasado ha espantado la sombra del desacuerdo entre los socios de investidura.
Este martes, PP y Junts pactaron una enmienda para, a partir de 2025, volver a suspender el impuesto del 7% sobre el valor de la producción eléctrica. La enmienda contó con el apoyo de Vox, ERC y PNV y la oposición de PSOE y Sumar, la coalición de Gobierno, por lo que éstos decidieron suspender la comisión del jueves que aprobaría este acuerdo PP-Junts (entre 1.100 y 1.500 millones menos para las arcas públicas).
Más allá de saber en qué quedará este asunto finalmente, las señales de los independentistas catalanes y PP parecen claras, aunque huelan a suicidio político para ambos… o no. Lo que sí nos va cuadrando es que, si como dicen los clásicos, a la derecha le unen los intereses, sobre todo, los económicos, las palabras del martes del portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, cobran todo el sentido: “Sánchez no es de fiar, por supuesto que no. Si Junts se ha dado cuenta ahora, bienvenido a este lado del muro”.
Junts ya es “Junts” para el PP; ya no es ese partido de delincuentes liderado por un fugado que quiere romper España con la ayuda de Satanás Sánchez, sino un partido que ha sido estafado por el presidente del Gobierno, como el PP y como el resto del mundo, que está a ese “lado del muro” al que se refiere Tellado: el de la gente de bien, supongo; el de “los españoles de bien” que, según Vox, deberían poder tener armas, por ejemplo.
Que, como dice Rufián, PP y Junts acabarían pactando contra el Gobierno, lo sabíamos todos; que el deshielo se produjera a esta velocidad después de lo que el PP le hizo al independentismo durante el procés -llevar a la cárcel a cuantos/as soberanistas pudo, básicamente-, debe de ser consecuencia de la emergencia climática; del frío que hace en Bruselas sin que el Supremo se dé por aludido y permita a Puigdemont regresar amnistiado. Al fin y al cabo, si el Alto Tribunal también está en ese “lado del muro” de Tellado, quizás con el PP la vuelta sea más fácil.
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