La 'paradoja Montero' en Andalucía: del pacto fiscal con Ciudadanos a la subida de impuestos a los ricos
Las izquierdas esperan más de la vicepresidenta, recuerdan su pasado en la Junta y desean que desembarque con la idea de aplicar políticas progresistas.
Sevilla--Actualizado a
Para que el PSOE recupere el Gobierno de Andalucía, además de un desplome, que hoy no se avista, del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla —y de la ultraderecha—, va a necesitar el apoyo de las izquierdas andaluzas. Así, al menos, lo analizan en el partido.
María Jesús Montero, a la espera de que se resuelva la incógnita de los avales de Luis Ángel Hierro, es la gran favorita para la secretaría general, es reconocida en el PSOE de Andalucía por todas las corrientes como su principal activo ahora mismo y supone una apuesta al todo o nada frente a Moreno Bonilla para las próximas autonómicas. Sin embargo, a su izquierda se tiene una visión diferente, crítica con su legado. Le reconocen capacidad de trabajo y disposición al diálogo, pero esperan más de ella que de los expresidentes socialistas.
"Con todo el respeto que nos merece María Jesús Montero, no creemos que haya una renovación. No puede ser una renovación colocar al frente del PSOE a la consejera de Hacienda de Susana Díaz. Es una persona que ha estado en los Gobiernos de la Junta de Andalucía 16 años de los 37 que ha gobernado el PSOE. Cuando Montero entró en el Gobierno, yo estaba estudiando tercero de ESO y no tengo precisamente 20 años. Renovación no es", afirma a Público José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía.
Montero, desde luego, tiene una mochila, que se trabajó en sus años en la Junta, y que ella ha asumido estos días al completo, frente a las críticas. Gestionó entre 2004 y 2013 la sanidad pública en Andalucía como consejera —en 2002 había entrado como viceconsejera— con los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán y después, la cartera de Hacienda, con Susana Díaz, hasta que en 2018 fue reclamada por Pedro Sánchez para el Gobierno de España. Es decir, estuvo, en efecto 16 años con mando en la Junta de Andalucía.
Compartió ejecutivo con IU entre 2012 y 2015 y luego firmó tres presupuestos con Ciudadanos en la última legislatura de Susana Díaz. También cerró con el partido de Juan Marín una reforma del impuesto de sucesiones, que eliminó el tributo para todos, excepto para quienes heredaran más de un millón de euros. Para las izquierdas, esta política fiscal y los pactos con Ciudadanos fueron decisivos para que el PP pudiera acceder al Gobierno en Andalucía y, en consecuencia, aplicar más políticas liberales.
En el Gobierno de España, impuso, por el contrario, después del intento de las autonomías del PP de liquidar el impuesto del patrimonio, una tasa a las grandes fortunas, a los más ricos, que aún sigue en vigor, según fuentes de Hacienda.
Esto es lo que se podría llamar la paradoja Montero. ¿Qué Montero desembarcará en Andalucía? ¿La que pactó con Ciudadanos, con Susana Díaz? ¿La que lo hizo después con Podemos en el Gobierno de España, con Pedro Sánchez?
Raquel Martínez, secretaria general autonómica de Podemos, lo tiene claro: "Ojalá que Montero no baje a Andalucía para seguir con el legado de Susana Díaz y que baje con la idea de hacer políticas mucho más valientes y de verdad progresistas. Pero también es cierto que la historia está ahí y de dónde viene. Hasta que no veamos cómo empieza a andar, tampoco vamos a saber la línea que quiere llevar. Ojalá que no venga con ese legado, que fue al fin y al cabo el que abrió las puertas al PP con lo que están haciendo ahora, con las privatizaciones".
Adelante Andalucía sí ha reclamado, con toda contundencia, mucho más al PSOE: "Nosotros lo tenemos claro. El camino no es repetir los Gobiernos de Díaz, Griñán y Chaves, sino una alternativa de izquierdas". "Nuestro principal objetivo es echar a las políticas de derechas del gobierno de la Junta de Andalucía. Hay que presentar un proyecto radicalmente diferente del de los gobiernos del PSOE que hemos sufrido en Andalucía durante muchas décadas", afirma García.
"¿Cómo vamos a presentar un proyecto contra las privatizaciones en la sanidad con la consejera que estuvo privatizando la salud? ¿Cómo vamos a enfrentarnos a las bajadas de impuestos a los más ricos que está haciendo el PP de Moreno Bonilla con quien pactó con Ciudadanos una eliminación del impuesto de Sucesiones ? ¿Como pactar con la responsable de que Andalucía tenga la peor financiación de todo el Estado y no nos llegue el dinero?", se preguntó el portavoz de Adelante.
IU ha evitado la crítica y ha modulado. "Hay que valorar muy positivamente las políticas que están emanando del Gobierno de coalición, de los ministros y ministras del Gobierno de coalición para con Andalucía", dijo el coordinador Toni Valero.
Si sirve como guía de sus intenciones y de los afectos de Montero, esta es la última frase que pronunció este miércoles en el mitin en el que anunció que se lanzaba a competir con Moreno Bonilla, y que remite directamente al Che Guevara: "Hasta la victoria siempre". También ha defendido estos días en entrevistas y en su discurso, con la idea de despejar las críticas que ha recibido desde Andalucía a los pactos en Catalunya, más autogobierno para la comunidad, al que a su juicio renuncia Moreno Bonilla, y un espíritu federal en el PSOE.
"Hay una evolución ideológica de Montero. Es evidente que ha aplicado políticas liberales en la Junta de Andalucía. Y también que ahora, empujada al mismo tiempo por el cambio de los tiempos, está en otra onda", resume una fuente que la conoce bien políticamente.
La sanidad
En sus años como gestora de la sanidad andaluza y luego de la Hacienda de la Junta de Andalucía, tuvo que afrontar las tremendas consecuencias de la caída de Lehmann Brothers, y de las políticas de austeridad que se impusieron en la UE. En ese tiempo, se aplicaron los recortes fundamentales y más relevantes, según las mareas por la sanidad, de los que el sistema público en Andalucía aún no se ha recuperado y que causaron entonces, en los años de Susana Díaz, grandes manifestaciones. Con el PP, lejos de mejorar, el sistema ha ahondado en sus problemas.
Para Luis González, activista de CCOO y activista de la marea blanca en Sevilla, "si María Jesús Montero quiere ganar las elecciones en Andalucía no puede repetir las políticas que mantuvo en su etapa anterior en la Junta".
"Como viceconsejera y Consejera de Salud estuvo en la creación del hospital del Aljarafe, una de las mayores medidas privatizadoras de la sanidad en Andalucía, y mantuvo todos los conciertos con la empresa Pascual, principal beneficiaria de las externalizaciones en la Sanidad andaluza", agrega González.
"Ciertamente, hoy el PSOE de Andalucía participa en las movilizaciones contra el desmantelamiento de la Sanidad andaluza. Si Montero impulsa esta línea, podrá dar fuerza a una alternativa al gobierno de Moreno Bonilla", remacha.
Así la recuerda, con una mirada más benévola, otro sindicalista que la tuvo en las mesas, en arduas negociaciones: "Fue una consejera que se implicó y que lidió con situaciones muy complicadas para la sanidad. La hemos tenido siempre como muy trabajadora, con capacidad de dirigir una empresa tan grande como la sanidad y siempre dispuesta al diálogo".
"Con ella —prosigue— hemos tenido grandes diferencias. Por ejemplo, la creación de las Agencias Públicas Sanitarias Empresariales que creemos que fue un error: los profesionales eran contratados como personal laboral y no como estatutario, como era el resto y siempre fuimos muy críticos".
"Por otro lado, el hecho de instaurar esos centros sanitarios en lugares donde no existía ninguno o en sitios donde era prácticamente impensable que se instaurara uno fue una medida extraordinaria para el crecimiento y acercamiento del sistema sanitario público a esas zonas", agrega.
"También redujo el sueldo a todo el personal interino un 25% durante la crisis. Ella decía que o despedía o reducía el sueldo", añade el sindicalista.
"Fue una época donde había una política sanitaria intensa, negociada y con buena repercusión en la ciudadanía y existían gestores con los que podías estar de acuerdo o no, pero tenían claro que querían un sistema sanitario público fuerte", cierra. Uno de los legados más relevantes de Montero fue la subasta de medicamentos, que buscaba —y logró— frente a la presión de la gran industria, abaratar la millonaria factura farmacéutica. El PP de Moreno Bonilla acabó al llegar al Gobierno con esta práctica, que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) recomendaba aplicar en todo el país.
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