barcelona
Oriol Junqueras i Vies (San Andreu de Palomar, Barcelona, 1969) es seguramente uno de los dirigentes políticos de Catalunya más destacados de los últimos tiempos. Este historiador combinó primero su faceta como profesor universitario y divulgador científico en varios medios de comunicación con programas de televisión, radio o artículos de prensa. Y dio el salto a la política de la mano de ERC, aunque primero como independiente. Ha sido desde alcalde de su municipio, Sant Vicenç dels Horts –en el área metropolitana de Barcelona-, eurodiputado, pasando por diputado en el Parlament, jefe de la oposición, hasta llegar a vicepresident y conseller de Economía del Govern de la Generalitat, durante la presidencia de Carles Puigdemont. Govern en el que fue uno de los principales impulsores del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017, hecho por el que fue encarcelado durante casi cuatro años, hasta que fue indultado parcialmente, pero permanece inhabilitado hasta el 2031 a la espera de la aplicación de la amnistía.
Junqueras revisa en esta entrevista aspectos como la represión, pero también justifica por qué quiere recuperar la presidencia de Esquerra. Una presidencia que ocupó entre el 1 de octubre de 2011 y el 10 de junio de 2024. Haciendo tándem con Marta Rovira como secretaria general. Junqueras heredó una ERC deshecha, y con sólo 10 diputados, después de la etapa de Josep-Lluís Carod-Rovira y Joan Puigcercós, logró remontar hasta obtener los mejores resultados de la historia moderna del partido. Pero en junio dimitió de la presidencia de los republicanos en medio de fuertes tensiones internas en la Ejecutiva, que le han provocado la ruptura con Rovira. Ahora, ha rehecho a su equipo con una candidatura renovada, con la que quiere reconstruir "una Esquerra ganadora".
Se presenta a la presidencia de Esquerra Republicana con la candidatura Militància Decidim. ¿Por qué ha decidido optar a volver a presidir el partido?
Yo quiero aportar lo mejor que tengo, y una de las cosas que puedo aportar es justamente la capacidad de generar discurso, de hablar con sectores muy variados de nuestra sociedad. Creo que si este trabajo lo hacemos entre muchos, todavía lo haremos mejor. A la hora de hablar con el mundo del trabajo asalariado y sindical, con el del trabajo autónomo, de los trabajadores públicos o del mundo de la empresa, o de la universidad y la investigación, hemos demostrado la capacidad que tenemos. Y creo que es imprescindible para lograr los grandes retos que tiene planteados el país.
¿Por qué dejó entonces la presidencia de ERC en junio?
Porque era la única forma que teníamos de poner en marcha un proceso congresual. La dimisión del presidente del partido obliga a la celebración de un congreso, y nosotros estábamos y estamos seguros de que lo mejor que le puede suceder a esta organización es que su futuro lo decida el conjunto de su militancia. Y esto pasa por un congreso.
¿Esto le ha permitido dirigirse a la militancia de forma diferente?
Me parece que está bien dirigirse a la militancia desde la condición de militante y, por tanto, de igual a igual, a pie de calle, como uno más. Esto siempre es positivo.
¿Y cómo se ha encontrado a la militancia durante los meses que lleva pisando territorio por toda Catalunya?
Sí, llevamos muchos meses visitando una comarca todos los días. Creo que en Esquerra tenemos una militancia que es madura, y que está preocupada, como la inmensa mayoría de nuestra sociedad, respecto al presente y al futuro. Pero también está cargada de esperanzas, de ilusiones, de voluntad de salir adelante, de capacidad de trabajo, que la ha demostrado en muchas ocasiones.
Su candidatura ha congregado a un buen número de voluntarios. ¿Cuál es su papel?
Sí, desde junio hay más de 400 personas que trabajan en seis grupos de trabajo diferentes para repensar el partido y el país. Y del trabajo que han realizado ha salido un programa para este congreso, pero que estamos convencidos de que no sólo es válido hasta el 30 de noviembre, sino que sobre todo es válido a partir del 1 de diciembre. Hay mucha gente implicada, aportando su conocimiento, capacidad de trabajo y su ilusión. Y evidentemente, todo esto es voluntario.
¿ERC ha perdido la confianza de algunos sectores sociales tradicionalmente republicanos?
Parece evidente que existen segmentos de la sociedad que en algunos momentos han puesto en nosotros más confianza que la que nos han dado últimamente. Por ejemplo, en el mundo de la docencia, de la salud pública, del campesinado, de los autónomos o de los trabajadores de la industria. Y nuestro reto, justamente, es volver a conectar con todos estos sectores, y con todas estas personas. Porque nuestra obligación es ser lo más útiles posibles, pero también porque necesitamos construir grandes mayorías para afrontar los grandes retos que tenemos planteados como sociedad y como país. Para lograr la independencia, para hacer una República, para hacer una economía moderna y más justa, para garantizar a todo el mundo condiciones de vida dignas, por ello hay que construir grandes mayorías. Porque nosotros no tenemos otras herramientas, ni otros recursos, sólo la participación democrática de la gente cuando vota o ejerciendo otros derechos como el de reunión, manifestación, etc.
¿Otros partidos tienen herramientas diferentes a la participación democrática?
Es evidente que hay espacios políticos que tienen otros recursos. Que tienen grandes medios de comunicación o mucho poder económico, por poner un ejemplo. Nosotros no, nosotros sólo tenemos la voluntad de las personas, y por tanto debemos interpelarlas constantemente. Estamos seguros de que podemos hacerlo, porque lo hemos hecho en muchas ocasiones, y de que esto nos debe permitir grandes éxitos, no como partido, sino como país.
¿Por qué ERC ha perdido esa confianza justamente cuando tenía todo el Govern y alcaldías importantes?
Por muchas cosas. Primero porque la mayoría de los gobiernos de los países occidentales son poco premiados por su gestión, y de hecho hay pocos que repitan logros electorales. Entre otras cosas, porque a menudo los gobiernos no tienen todas las herramientas necesarias para resolver algunos de los problemas planteados por la sociedad.
¿Y si esto es así, como se afrontan esos problemas desde el Govern si no disponen de las herramientas necesarias?
Nosotros estamos convencidos de que para afrontar estos retos es necesario construir grandes pactos de país que vayan mucho más allá de un partido político o de todos ellos. O incluso de las instituciones. Y que hay que sumar a los partidos, y a las instituciones, a los agentes económicos y sociales, hay que implicar al mundo de la cultura, el de la universidad, el de la investigación, el mundo de las entidades de cultura popular, el del deporte, etc.
¿Qué grandes pactos de país cree necesario para Catalunya?
Este país necesita muchas cosas, pero una de ellas, por ejemplo, es un pacto de rentas. Y un pacto de rentas no puede realizarse sin los sindicatos, sin las empresas, sin los autónomos. Nosotros creemos que podemos ayudar a que haya estos grandes pactos de país.
Su relación con Marta Rovira se ha deteriorado considerablemente en los últimos meses. ¿Por qué?
Yo intento tener una buena relación con todo el mundo, y creo que en la mayoría de casos lo consigo. Y si alguien cree que no es suficientemente buena, sólo me lo tiene que decir y yo estaré encantado de hablar con ella. Con Marta Rovira en especial porque, además, le tengo mucha consideración, mucho respeto y mucho cariño, ya que hemos hecho muchas cosas importantes juntos.
Marta Rovira y buena parte de la Ejecutiva actual de ERC le han pedido que no se presente. ¿Se ha sentido presionado?
Me parece muy bien que todo el mundo centre los debates donde quiera centrarlos. Nosotros queremos hacerlo en los retos que tenemos planteados como país. La vivienda, el alquiler, el transporte público, la educación y la salud. La sociedad espera de nosotros, sobre todo, que les hablemos de este tipo de cuestiones. El nuestro es un país en el que, por primera vez en la historia, los alquileres son más caros que las hipotecas, en muchos casos cuestan el doble para pagar el mismo piso. Pero las hipotecas tienen una barrera de entrada de un 20%, y mucha gente no dispone de ese dinero, y deben seguir pagando un alquiler muy caro que hace imposible ahorrar para poder tener el dinero que permita acceder a una hipoteca. El alquiler se ha convertido en un mecanismo que cronifica la pobreza de muchas familias de este país.
En su programa plantean reconstruir puentes con las fuerzas soberanistas. ¿Cómo piensan hacerlo?
Yo creo que debemos reconstruir puentes con casi todo el mundo para ir bien. Con todos los demócratas y con todos aquellos que defienden la consecución de la independencia de Catalunya a través del ejercicio democrático del derecho a voto y del ejercicio de todos los demás derechos democráticos necesarios en la lucha por hacer respetar el derecho a voto, como el de manifestación o de reunión. Ahora, también me parece que lo más importante es rehacer los puentes con las mayorías sociales de nuestro país.
¿Qué mayorías sociales?
Pues con el 70% de votantes del Partido Socialista que dice estar de acuerdo en que el futuro de Catalunya debe decidirse votando en algún tipo de referéndum. O con esa gente que vota otras opciones independentistas y que se sitúan en el ámbito de una izquierda moderna, ambiciosa, inclusiva, como nosotros queremos que sea Esquerra Republicana. Si nosotros rehacemos estos puentes es evidente que habrá grandes mayorías en este país, y nosotros querríamos, dentro de estas mayorías, ser tan grandes como sea posible. Por tanto, sí, nosotros queremos rehacer puentes con otros espacios políticos, pero sobre todo queremos rehacer puentes con nuestra sociedad.
¿Esquerra debería ser el eje vertebrador de la izquierda soberanista que va de los comuns a la CUP?
Si Esquerra Republicana quiere ser el eje vertebrador de algo, lo primero que tendrá que hacer es tener una actitud modesta y ambiciosa a la vez, respetuosa y con convencimiento simultáneamente. No creo que nosotros tengamos que reivindicarnos como una pieza más importante que cualquier otra. Pero sí que debemos intentar ser tan capaces de interpelar a la sociedad como sea posible, para ser tan grandes y merecer tanta confianza como sea posible. Si en esto logramos grandes éxitos, seguro que podremos aportar mucho al conjunto de los espacios progresista, soberanista, al conjunto del independentismo y del republicanismo de nuestro país.
¿Cuál es el camino que debe seguir el independentismo después de los hechos del 2017? Ustedes hablan de que el referéndum debe ser inevitable. ¿Qué significa esto?
Hacer el referéndum inevitable significa conseguir que una mayoría de nuestra sociedad considere que el referéndum de autodeterminación es imprescindible, que es la mejor herramienta para defender el conjunto de sus derechos. Y son muchos los derechos que están amenazados.
¿Por ejemplo?
Mire, el Govern de ERC ha puesto más recursos que nunca en el ámbito de la educación o en el de la salud. Esto debemos explicarlo y nos sentimos orgullosos. Sin embargo, a pesar de hacer este esfuerzo, estos recursos en muchos casos siguen siendo insuficientes. Una razón es que la población de Catalunya ha aumentado mucho, pero la otra es que el Estado español nos sigue gravando con un déficit fiscal insoportable que pone en cuestión los derechos de la gente. Si los recursos que genera este país se quedaran en Catalunya, podríamos ayudar mucho más a todos los sectores sociales que lo necesitan.
¿Esto no se solucionará con el sistema de financiación singular que ha pactado ERC?
Cuando se planteó la cuestión del acuerdo de investidura me pronuncié, creo que de forma muy clara, y dije que me parecía que había muchas razones para votar que no. Que una de ellas, quizás la principal, era la poca confianza que tenemos en la voluntad de cumplimiento por parte del Partido Socialista. Y que si salía que sí, deberíamos centrar todos nuestros esfuerzos en obligarlos a cumplir. A hacer lo que tantas veces nos han demostrado que tienen pocas ganas de cumplir. Por tanto, nosotros haremos todo lo posible para que cumplan, y se lo haremos entender de todas las maneras posibles y con todas las herramientas que tengamos a nuestro alcance.
¿Pero el acuerdo lo considera bueno?
Los acuerdos son buenos en función de cómo se aplican. Ya veremos... Pero hay otras cuestiones que también debemos afrontar.
¿Cuáles?
El nuestro es un país con una economía que, como tantas otras del mundo occidental, ha sufrido un proceso de deslocalización de muchas empresas y de mucha producción agraria también. Los puestos de trabajo que se han perdido han sido sustituidos en algunos casos en el ámbito de los servicios, a menudo poco cualificados. Y esto ha hecho disminuir nuestro producto interior bruto y, por tanto, la renta per cápita. Las familias de este país tienen una renta disponible inferior a la que tenían hace 20 años. Las familias tienen la percepción cierta de que sufren un proceso de empobrecimiento. No sólo las que tienen rentas más bajas, sino también las de rentas medias, tienen dificultades para llegar a fin de mes, porque la vivienda devora su capacidad adquisitiva. Esto es terrible y son retos que es necesario afrontar.
Para afrontar estos retos también es imprescindible gobernar. ¿Debe entonces ser una prioridad para ERC?
Esquerra Republicana debe hacer todo lo posible para estar en la calle, en las instituciones y para gobernar, siempre que gobernar signifique hacerlo bien. Es decir, que gobernar signifique afrontar estos grandes retos de la vivienda, del transporte, del trabajo digno, de unos salarios que permitan a la gente vivir en condiciones y no tener cada vez más personas que a pesar de trabajar no se salen de pobres.
¿Y con qué socios ERC puede afrontar estos retos en el Govern?
Es evidente que existen formaciones políticas con las que es muy difícil afrontar estos retos, sencillamente porque no quieren hacerlo. Porque no quieren afrontar cuestiones tan evidentes como ese déficit fiscal que es injusto, que es insoportable, que es insostenible y que es una vergüenza para los derechos sociales de Catalunya. Y si están dispuestos a afrontarlo, que lo demuestren y que cumplan los pactos a los que han llegado. Pero nosotros no estaremos en el Govern sólo por el hecho de estar en él. Nosotros sólo estaremos en Governs que sirvan para ayudar a la gente. Una cosa es estar en los gobiernos y otra es gobernar para afrontar los grandes retos que el país tiene planteados. Nosotros queremos formar parte de Governs que tengan la legítima y necesaria ambición de resolver los grandes problemas del país. Y si no, haremos oposición, y la haremos muy bien.
El debate sobre la ampliación del aeropuerto está sobre la mesa. ¿Qué opina?
El Partido Socialista plantea la ampliación del aeropuerto e invertir una cantidad ingente de recursos para conseguir que algunos aviones puedan volar hasta la costa oeste de Estados Unidos. Pero esta misma cantidad de dinero podría invertirse en la reforma integral del servicio de Rodalies y de los trenes de media distancia, lo que mejoraría la vida de cientos de miles de personas del área metropolitana y de todo el país. Gente que queda cada día atrapada en unas autopistas colapsadas porque el sistema de transporte público no funciona. Hay que fijar prioridades, y la nuestra es esos cientos de miles de personas que tienen unos trenes que no funcionan. Entre otras cosas, porque hace 45 años que Renfe no construye ni un kilómetro nuevo de vía, ni pone un solo tren más, cuando la población ha aumentado cerca de un 40%. La prioridad de nuestro país debe ser el transporte público de calidad, la conexión del área metropolitana con la ciudad de Barcelona y del resto del país con la capital. Pero también un transporte de calidad dentro de los propios ámbitos territoriales de las comarcas del Camp de Tarragona, de Girona, Lleida, Terres de l'Ebre, Catalunya Central, el Penedès o los Pirineus.
Esquerra ha hecho tres veces presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. ¿Qué balance hace?
Seguro que Esquerra Republicana debe hacer un balance positivo en determinados aspectos, por ejemplo, en la mejora de las pensiones, o en la del salario mínimo y la repercusión en positivo que esto tiene sobre el resto de salarios. Entre otras cosas, porque ha sido justamente Esquerra quien más ha trabajado y presionado para conseguirlo. Y al mismo tiempo, también es evidente que en otros aspectos estamos lejos de lo que nuestro país necesita. Por ejemplo, Esquerra ha llegado a un acuerdo para el traspaso de Rodalies, y ese acuerdo ahora quien debe implementarlo es el Partido Socialista porque resulta que gobierna la Generalitat y el Gobierno español. Y por tanto, no tiene ninguna excusa para cumplir. Y si no lo cumple, nuestro trabajo será contarlo, exigirlo y denunciarlo cada día.
Parece que existe una reticencia del presidente del Gobierno español a reunirse con usted aunque ERC es decisiva en Madrid. ¿Cuál es su relación con Pedro Sánchez?
Supongo que la reticencia debe ser mutua. Porque él debe pensar que cualquier contacto con nosotros le estropea su imagen. Y nosotros tenemos poco interés en reunirnos con quienes no cumplen sus compromisos. Por tanto, primero que cumplan, que esto es lo más relevante. No si hay una reunión o no la hay... No nos interesa ninguna reunión, lo que nos interesa es que los trenes de este país funcionen, lo mismo que la financiación y muchas otras cosas que se derivan de ella como las escuelas o los hospitales.
Muchos de estos temas pasan por los presupuestos. ¿ERC aprobará los presupuestos de la Generalitat y los generales del Estado?
El Partido Socialista tiene mucho trabajo por hacer y muchos acuerdos por cumplir. Estoy seguro de que el Partido Socialista es perfectamente consciente de que no hace falta hablar de muchas cosas si no cumple todas las que ya han sido pactadas previamente.
Usted pasó cuatro años en prisión por organizar el referéndum del 1 de octubre. ¿Qué representa para usted el 1-O a día de hoy?
El 1-O es la mayor victoria en términos democráticos que Catalunya ha logrado respecto al Estado español en muchas décadas.
¿Se puede considerar una victoria si no pudo implementarse el resultado?
En términos democráticos es evidente que ganamos. Y al mismo tiempo, seguramente, nos faltó un 3 de octubre lo suficientemente largo como para defender ese resultado. El 1 de octubre demuestra que ejerciendo el derecho a voto podemos ganar. Pero el 3 de octubre demostró que si no defendemos el resultado a través del ejercicio de otros derechos democráticos, es posible que la represión nos acabe venciendo. Por tanto, necesitamos hacer un referéndum inevitable e irreversible. Pero también hay que plantear cómo podemos hacer otro 3 de octubre que sea lo suficientemente largo como para que el resultado sea respetado por todos. Por eso necesitaremos la implicación de mucha gente y no sólo de los partidos políticos. Del mundo del trabajo y sindical, de entidades, de la cultura, del deporte, etc. No sobra nadie. Éste es el reto que tenemos. Porque nos enfrentamos a un Estado que ha demostrado que no tiene escrúpulos a la hora de vulnerar la democracia.
Usted pudo salir de prisión, con los demás dirigentes independentistas, por el indulto. Pero sigue inhabilitado pese a la aprobación de la ley de amnistía. ¿Confía en ella?
Confiamos muy poco, por no decir nada, en los jueces del Tribunal Supremo. Porque han demostrado muchas veces que no tienen vocación de justicia. Y al mismo tiempo, sabemos que la única garantía para que haya justicia de verdad es que el nuestro sea un país independiente. Y por tanto, nuestro trabajo es hacer todo lo posible para ganar. Yo estoy inhabilitado, ciertamente, y no me puedo presentar a ninguna elección al menos hasta el 2031. Por tanto, aquellos que no quieren que me presente pueden estar tranquilos, porque de momento va para largo. Y aquellos que piensen que quizás estaría bien que me pueda presentar, tendrán que aprender a tener paciencia.
Y mientras tanto, si es presidente del partido, ¿quién será el candidato o candidata de ERC a la presidencia de la Generalitat?
Deberemos presentar a quien sea mejor siempre, tanto si hay inhabilitaciones como si no. Y, afortunadamente, creo que tenemos a personas muy preparadas que pueden ganarse la confianza de amplias mayorías de nuestro país.
Militància Decidim ha puesto mucho el acento en el cariz municipalista de la candidatura. ¿Por qué?
Nosotros somos una candidatura municipalista porque nos sale de forma natural. La gente que nos unimos en Militància Decidim para sacar adelante el partido y el país venimos de este mundo, de la experiencia del municipalismo. De hecho, de 30 personas, hay 27 que hemos sido concejales y concejalas y de estos, siete hemos sido alcaldes, y algunos lo son en este momento. Nos sentimos muy orgullosos porque nos parece que la gente que ha pasado por el mundo municipal es gente que ha tenido que ganarse la confianza de sus vecinos y vecinas a pie de calle. Y que es una buena escuela para aprender cuestiones de gestión, por supuesto, pero para aprender también cuestiones de relación con la sociedad, de construcción de proyectos que sean inclusivos, que tengan voluntad de ser mayoritarios y útiles.
¿Respecto a la presencia municipal, es especialmente importante que ERC la conserve en el área metropolitana?
En todas partes. La presencia en el mundo rural es muy importante y por eso hemos planteado la creación de una vicesecretaría general del mundo rural, que es la primera vez que se plantea. Pero también es muy importante el mundo metropolitano.
Vale, pero ERC ha hecho una apuesta clara por ensanchar la presencia en el área metropolitana de Barcelona...
Estamos convencidos de que son muy importantes las alcaldías y concejalías metropolitanas. Somos el gran rival del Partido Socialista en el ámbito metropolitano. Somos el único partido que es capaz de ganar alcaldías al PSC en el ámbito metropolitano. Lo hemos hecho en Sant Vicent dels Horts, en Sant Andreu de la Barca y en otros. Y haremos todo lo posible por ir mucho más allá.
El escándalo de los carteles del alzhéimer y la estructura B ha impactado en este proceso congresual y ha dañado la imagen de ERC. Usted ha sido muy duro y proponen una comisión de la verdad. ¿Qué significa esto?
Creo que es una percepción generalizada, ampliamente mayoritaria, que estas cuestiones nos han hecho pasar una vergüenza que no merecíamos pasar. Estamos seguros de que existe un amplísimo consenso para que se encuentre toda la verdad y sea puesta al alcance del conocimiento de la militancia de nuestro partido. Es un asunto que, sin duda, nos avergüenza porque es innecesario, inútil e inmoral. No creo que nadie pueda sentirse orgulloso.
¿Por qué cree que se creó la estructura B en el partido?
Al margen de lo que crea yo, lo que es evidente es que se hizo. Porque ellos mismos lo han contado. Y esto no debería haberse hecho y no puede volver a ocurrir. Por tanto, deberemos establecer las garantías necesarias para que no vuelva a pasar.
¿Qué garantías?
La mejor de las garantías es una militancia empoderada, a través de todos los órganos del partido. Una militancia activa y presente todos los días. Y esto debe protegernos contra cualquier tentación parecida a la que algunos han sucumbido.
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