El bloqueo de la Mesa del Congreso a la enmienda que impulsó el PSOE para anular el veto irrevocable del Senado al techo de gasto no tiene por qué impedir la aprobación de los nuevos Presupuestos de 2019. Podemos está abierto a aprobar las futuras cuentas generales, aunque sea con la senda de déficit del Partido Popular. Eso sí, para ello el PSOE tendría que aceptar una mayor recaudación a través de políticas fiscales para llevar a cabo las inversiones sociales que han puesto sobre la mesa.

A pesar de dejar abierta esta opción, durante la rueda de prensa en la que han presentado el documento Presupuestos con la gente de dentro, Pablo Iglesias ha asegurado que "ni el Gobierno ni la mayoría parlamentaria puede permitir un bloqueo institucional ni que esa dinámica continúe". Desde el partido insisten en que seguirán trabajando para aprobar la nueva senda de déficit, sentenciando que "la mayoría parlamentaria no va a consentir la utilización de técnicas ilegítimas". De hecho, el partido morado sigue estudiando si llevar esta decisión al Tribunal Constitucional.  También, queda por ver que la modificación de la norma de Estabillidad Presupuestaria pueda salir adelante a través de la Proposición de Ley que ya está en trámite en el Congreso.

Aún así, conscientes de las dificultades han decidido avanzar para conseguir salvar unos Presupuestos que marquen una agenda social. Fuentes de Podemos aseguran que si la diferencia entre las dos sendas de déficit puede salvarse con una mayor recaudación fiscal, podrá cerrarse el acuerdo en torno a los Presupuestos. "Si el Gobierno es capaz de acomodar las medidas sociales, habrá posibilidades de que podamos votar a favor. Si por su rechazo a aumentar el techo de gasto o los ingresos, no llega a cumplir con la mayoría sociales, no votaremos a favor", explican desde el partido morado.

La diferencia entre las sendas de déficit del actual Gobierno y de la pasada de Mariano Rajoy conlleva cinco décimas menos de gasto que la negociada por el PSOE con Bruselas. Sin embargo, 4.800 millones se distribuirían entre la Seguridad Social y las comunidades autónomas, mientras que sólo 1.200 millones irían destinados a la inversión pública. Por ello, desde el partido morado expresan que es factible recaudar esta diferencia con las políticas fiscales. 

De hecho, ya Pablo Echenique manifestó esta mañana que lo que han bloqueado PP y Ciudadanos es "la posibilidad de que la administración disponga de unos 6.000 millones de euros más los presupuestos de 2019 para mejorar el estado del bienestar. Básicamente es una infamia contra la gente trabajadora. Dado el reparto del déficit que propone el Gobierno, el recorte que quieren perpetrar PP y Ciudadanos afecta sobre todo a las comunidades autónomas y a las pensiones. Su efecto en los presupuestos generales del Estado es negativo pero más acotado", ha explicado el secretario de organización de Podemos. 

Los representantes de Unidos Podemos también han presentado este lunes el nuevo documento que servirá de base para las negociaciones con el Gobierno: 'Presupuestos con la gente dentro. Democracia es estado social'. Con estas nuevas exigencias, el partido morado busca dar el último empujón al Ejecutivo para conseguir el acuerdo global por el que el grupo confederal apoye las futuras cuentas generales. Pablo Iglesias, el secretario general de Podemos, ha defendido la importancia de esto para la legislatura: "El espíritu de la moción de censura se tiene que convertir en hechos. Y en política, los hechos se definen por los Presupuestos Generales del Estado. El documento que presentamos al Gobierno es para llegar a un acuerdo que haga que ese espíritu de la moción de censura se traduzca en hecho".

Entre las medidas fiscales que podrían salvar el acuerdo para los Presupuestos, desde el grupo confederal proponen el impuesto a la banca al que no han renunciado a pesar de las reticencias del Gobierno, al impuesto de transacciones financieras que afecte también a los derivados, modificar el impuesto de sociedades para eliminar los privilegios de las grandes corporaciones y bajar los impuestos a las pymes, eliminar la injustificada exención del IBI de la cual goza la Iglesia, bajar ajando el IVA a productos de primera necesidad, aumentar los tipos del IRPF para rentas superiores a 120.000 euros al año, la lucha contra el fraude fiscal y establecer una tasa a las grandes empresas digitales y un impuesto extraordinario a las grandes fortunas.