Este artículo se publicó hace 3 años.
Un motor feminista para el conjunto del Govern
La nueva conselleria d'Igualtat i Feminismes tiene en la transversalidad del conjunto del Ejecutivo su principal reto. Feministas de diferentes ámbitos celebran el nombramiento de la consejera Tània Verge, pero insisten en que el departamento tiene que contar un presupuesto que permita ejecutar políticas públicas concretas.
Paula Ericsson
Barcelona-
Una de las novedades de la formación del Govern de Pere Aragonès es la creación de la conselleria d'Igualtat i Feminismes, que liderará la catedrática de Ciencia Política Tània Verge. Reclamada desde hace años por el activismo, esta conselleria se enfrenta al reto de conseguir que la transversalidad de los feminismos afecte a todas las áreas del Govern y que respete las sensibilidades del movimiento. Así lo dijo Verge durante el discurso de intercambio de carteras: "La conselleria d'Igualtat i Feminismes no viene a construir la tercera planta. Viene a rediseñar el edificio a partir de una nueva arquitectura que transforme tanto el edificio como el barrio entero, porque solo así la perspectiva de género se convertirá en un principio rector de toda acción pública".
Desde un primer momento, varias activistas y profesionales feministas han valorado positivamente su nombramiento. "Verge viene del movimiento feminista y es una persona con una mirada mucho más integral", opina Sara Cuentas Ramírez, periodista investigadora social y feminista decolonial. Por su parte, la psicóloga especializada en violencias machistas Alba Alfageme i Casanova considera que "es una persona muy capaz, con mucha experiencia en el movimiento feminista" y que podrá incorporar la perspectiva de género en diferentes ámbitos para poder "feminizar la política" de forma transversal.
"Tendría que llegar un día que todo estuviera tan feminizado que no se necesite esta conselleria, pero ahora mismo es una necesidad", añade. La abogada penalista Carla Vall i Duran, quien también celebra el nombramiento de Verge, subraya que "siempre hará falta esta conselleria". "Veo bastante difícil que deje de existir", reconoce.
Una perspectiva feminista transversal
"Se tiene que vivir desde la igualdad y que el feminismo blanco hegemónico no pase por encima de los otros"
"Haremos de las políticas de igualdad y de los feminismos un eje vertebrador y transversal de toda la acción del Govern de la Generalitat", finalizaba Verge en su discurso. Este es uno de los propósitos de la conselleria: que la acción feminista llegue a todos los departamentos, pero que también contemple las plurales sensibilidades de los feminismos. Esto también lo destaca Montse Cervera, activista feminista de Ca la Dona desde hace 40 años. "El colectivo LGTB, las mujeres migradas, las violencias, el aborto, el trabajo, el racismo... Todos estos son temas centrales y esperamos que se puedan destinar recursos de prevención para abordarlos", explica. Quien también remarca la necesidad de respetar la pluralidad de visiones es la presidenta de Voces Gitanas y vecina del barrio de la Mina, Paqui Perona. "Se tiene que vivir desde la igualdad y que el feminismo blanco hegemónico no pase por encima de los otros", remarca.
Aunque Perona apuesta por la transversalidad, señala que el poder se ha creado de forma "piramidal y estructural", y considera que solo las mujeres con ciertos privilegios pueden entrar a los espacios de poder. "No tenemos un techo de cristal, sino de cemento. Las gitanas que están en las élites son las que dicen qué es el feminismo gitano, y no tiene que ser así", refuerza. Ahora bien, Verge también dejó claro en su discurso que la acción de gobierno tendría en cuenta -o como mínimo lo intentaría- todas las desigualdades: "Con machismo no hay libertad personal ni colectiva, ni con LGTBfobia, ni con racismo, xenofobia o antigitanismo, tampoco con capacitismo".
Para Cuentas, la conselleria tiene que adoptar los valores del feminismo descolonial, el cual pone énfasis en poner la vida al centro y construir una economía que respete el medio ambiente y los derechos humanos. "Tenemos que impulsar una economía por la vida", defensa, a pesar de que reconoce la dificultad de este reto teniendo en cuenta el contexto social marcado por el capitalismo y por un poder político históricamente dominado por dinámicas machistas. Lo mismo opina Alfageme, quien ve imprescindible que el nuevo ejecutivo apueste por el trabajo cooperativo, se plantee qué universidad pública quiere tener, entienda que la seguridad va mucho más allá de los cuerpos policiales, y tenga en cuenta los problemas de salud de las mujeres que han sido históricamente invisibilizados.
Vall señala que desde la conselleria no habría que quitar competencias a otros departamentos, sino empoderarlos en la lucha feminista y que los integren
Como políticas concretas, Vall señala que desde la conselleria no habría que quitar competencias a otros departamentos, sino empoderarlos en la lucha feminista y que los integren. Se podría empezar por hacer formaciones a jueces y policías en perspectiva de género, así como incidiendo en otras áreas que tengan que ver en las violencias machistas, entre ellas la recuperación de las víctimas y el asesoramiento de los profesionales. "Tenemos las competencias para intervenir, para hacer asesoramiento, atención y formación en violencias machistas en el Col·legi d'Advocacia de Catalunya, y se tendría que hacer extensivo a otros profesionales", apunta la abogada.
¿Cuál será el presupuesto?
La relevancia institucional del departamento es una victoria, pero que podría quedarse en simbólica si no se da el presupuesto adecuado para hacer políticas públicas concretas. "No sabemos con qué presupuesto contará la conselleria, pero no tiene que ser una cuestión de buenas intenciones. Se tienen que dedicar recursos para hacer efectivas las políticas de igualdad", apunta Vall. En este sentido, Cuentas espera que haya transparencia respecto al presupuesto que se destine, para así también ver como se están impulsando los proyectos de esta área. "El Institut Català de les Dones (ICD) ha tenido siempre esta limitación porque dependía de Presidència, y no tenía un presupuesto concreto ni una concreción de políticas", lamenta. Otra de las carencias del ICD es que no tenía personal que hiciera seguimiento de la transversalidad de la perspectiva de género a otras conselleries. Para Cervera, el presupuesto tiene que quedar en pie de igualdad al resto de departamentos, y asevera que hay que tener feministas en todos los ámbitos para asegurar que se implementan las políticas públicas.
A pesar de que todavía se tiene que presentar la estrategia y el plan de Govern, para Alfageme una opción seria que Igualtat i Feminismes tuviera puntos focales a otros departamentos porque "no se tenga la sensación que todo viene desde fuera". "La conselleria te da la fuerza, porque seguro que hay personas dentro de las conselleries que se han sentido muy solas intentando aportar una visión feminista", asegura. En este sentido, Vall recuerda como se han gestionado los episodios machistas a escala política -que entre otras también han afectado las fuerzas de la mayoría del Govern, ERC, Junts per Catalunya y la CUP-, en los cuales los partidos han optado por el silencio, el encubrimiento o la mala comunicación en el ámbito mediático, hecho que ha levantado duras críticas. "Se tienen que eliminar estas dinámicas. Tiene que haber una coherencia entre las políticas públicas y las respuestas dentro de las instituciones", remarca.
Ante todos estos retos a los cuales se tendrá que afrontar Verge y su equipo, Cervera es moderadamente optimista y considera que tenerla de consejera asegurará tener una presión institucional en el Govern en el supuesto de que ciertos departamentos o partidos muestren reticencias a adoptar políticas de igualdad. Ahora bien, recuerda que los movimientos sociales continuarán al pie de calle para reivindicar los derechos que hace años que reclaman.
Una consellera de solvencia contrastada
Tània Verge será la nueva consellera del departament de Igualtat i Feminismes a propuesta de ERC. Tiene una larga trayectoria en el movimiento feminista, tanto desde el activismo como desde la academia. Es catedrática de Ciencias Políticas y Sociales de la Universitat Pompeu Fabra, donde ha dirigido la Unidad de Igualdad entre 2014 i 2021 i coordinado el Mínor en Estudios de Género. Fue una de las integrantes de la sindicatura electoral del 1-O, y como tal fue juzgada y absuelta del delito de desobediencia.
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