Este artículo se publicó hace 9 años.
Mohamed VI, de Aznar: "Este tío es un arrogante impresentable"
Jorge Dezcallar revela en un libro que Aznar no invitó a los servicios secretos al gabinete de crisis del 11-M. El Gobierno le intentó engañar y le ocultó información para manipular al CNI en una estrategia electoralista. Esa misma noche quiso dimitir en una tensa conversación con el aún presidente del Ejecutivo
-Actualizado a
MADRID.- Jorge Dezcallar (Palma de Mallorca, 1945) se ha decidido a hablar. El jefe de los espías de España cuando ocurrieron los atentados del 11 de marzo de 2004 revela detalles sorprendentes de aquellos trágicos días. Por ejemplo, que José María Aznar no invitó al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) al Gabinete de crisis de La Moncloa. O que el Gobierno ocultó información al servicio secreto y hasta trató de utilizar a Dezcallar en la jornada de reflexión del 13 de marzo para que apuntara públicamente a la autoría de ETA, ocultando que ya se habían realizado detenciones y que terroristas islamistas estaban detrás de las masacres. Presentó su dimisión tras la desclasificación parcial de notas del CNI, destinada a culpar al servicio secreto de los errores del Ejecutivo. Amargamente, reconoce que al final todos le dejaron caer porque lo querían de su lado para que apoyara sus tesis partidistas.
El Gobierno "marginó e intentó manipular" al CNI en los atentados del 11-M
Dezcallar asumió el reto de ser el primer civil en dirigir el Centro Nacional de Inteligencia, cuando sus dos predecesores habían sido procesados. Quiso virar el trabajo de los espías hacia un servicio de Estado. Pero le cayó encima el 11-M. Diplomático de carrera, discreto y simpático, ya jubilado, cuenta cómo el CNI tuvo que analizar a partir de imágenes de televisión la famosa furgoneta Kangoo que apareció con una cinta del Corán y con detonadores. O cómo Federico Trillo, entonces ministro de Defensa, le presionó para enterrar a los siete agentes del CNI asesinados en Afganistán sin terminar de identificar sus cuerpos: quería un funeral rápido, como con el accidente del Yak-42. "Trillo insistía en que eran órdenes de Aznar, pero yo me planté".
El guardián de los secretos de la santabárbara del Estado entre los años 2001 y 2004 publica su biografía
Usted ha estado callado once años, a pesar de que pasará a la historia como el responsable de los servicios secretos que no vio venir los atentados del 11-M. En su libro dice que esperaban algo, pero no en España ¿Cómo es posible que no se adoptaran medidas, como hicieron otros países?
No lo vimos venir, como los norteamericanos no vinieron venir el 11-S, ni los británicos el 7 de julio del mismo año con los atentados en el metro. Hay cosas que se evitan y que no trascienden, y cosas que no se evitan. Y, desgraciadamente, esto no logramos evitarlo.
Es cierto que nuestros sensores estuvieron muy activos unos meses antes, pero luego se quedaron tranquilos. Lo que yo recibía -y cito a un investigador noruego que habla de la red de Abu Nidal-, era que hablaban de un atentado contra nuestras tropas. Y allí se tomaron todas las medidas del mundo, se protegieron muchas embajadas... Pero, sinceramente, no lo esperábamos en España.
¿Qué ocurrió para que el Gobierno no hiciera caso a las notas previas de advertencia del CNI que usted publica?
Son varias notas desclasificadas por el Gobierno de las que puedo hablar. Ya en una conferencia en septiembre de 2002 hablo de ello. Y se filtró a la prensa una reunión de servicios de información de la OTAN, que tuvo lugar en Madrid, donde yo comentaba que un atentado podría suceder... El propio Osama Bin Laden nos dijo que los españoles y los ingleses nos íbamos a enterar. Y también los turcos.
Llegó un momento en que la amenaza era obvia contra nuestros intereses, aunque el atentado se empieza a preparar mucho antes de la entrada de España en Iraq, y se empieza a preparar mucho antes de que se hubiera convocadas elecciones en España. Lo que ocurre es, una vez que eso está en marcha, Al Qaeda se suma y adapta el proyecto.
"El 11-M se empieza a preparar mucho antes de la entrada de España en Iraq y de que se convocaran las elecciones generales"
Usted revela que no fue consultado por el Gobierno de José María Aznar tras el 11-M. Que nadie del CNI fue invitado a participar en el Gabinete de Crisis de La Moncloa...
Sí, eso es un dato objetivo...
... E, incluso, que se les apartó "de malos modos" cuando intentaban investigar el explosivo utilizado en los atentados ¿Acaso el CNI no era fiable?
Le ocultaron las primeras detenciones del 11-M, que apuntaban a la vía islámica. Y pretendieron que dijera que el CNI investigaba a ETA
Yo considero que el CNI es muy fiable y que yo soy particularmente fiable. Lo que piensen los demás, no lo sé. Lo que yo sé es un dato objetivo. Uno, que yo y el Centro mismo fuimos apartados de la investigación, que monopolizó la Policía con gran éxito, por cierto, porque en 48 horas había encontrado a parte de los responsables del atentado. Y también se que a mí en un momento determinado se me pretendió utilizar al servicio de estrategias interesadas queriendo que saliera a decir en público o defendiera una línea que ya sabían en ese momento que no era la adecuada porque habían detenido ya a gente y a mí no me lo habían dicho. Y eso a mí me parece triste, lo primero, y grave lo segundo.
[El día 13 de marzo de 2004 a Dezcallar se le ocultan las detenciones de dos indios, tres árabes y dos españoles, mientras recibe presiones del Gobierno para que el CNI declare que la pista de la autoría de ETA seguía abierta]
Ahí es cuando se plantea dimitir. Habla de una "tensa y desagradable" conversación telefónica con Aznar tras la desclasificación parcial de documentos del CNI por parte del Gobierno.
Yo me lo planteo y tengo una conversación dura aquella noche con Aznar, además estaban mis colaboradores delante. Quise tenerlos en las dos ocasiones que tuve conversaciones difíciles. Pero, claro, eran las elecciones al día siguiente.
¿Y él qué le argumentaba?
A mí no me argumentó nada. Yo le expresé mi disgusto y él me dijo 'NOgogoggoogogo'... no me contestó nada de particular. Dijo que al día siguiente había elecciones, que estaba muy ocupado que era un momento muy importante en la historia de España y yo pensé que, efectivamente, tenía razón, que había terroristas sueltos y que en vez de estar peleándonos por quién hace esto lo que había que hacer era encontrar a aquella gente cuanto antes.
¿Quién toma la decisión de marginar al CNI?
"A mi me marginan y no me convocan a ninguna reunión entre el 11 y el 16 de marzo. Parece raro, ¿verdad?"
No lo sé. Yo solo sé que a mi no me convocan. Nunca me lo ha explicado nadie, nunca he tenido ocasión de preguntárselo a nadie. Y, en este momento, no me importa. El hecho es que el Gobierno toma esa decisión ¿Quién es el Gobierno? No lo sé. A mi me marginan y no me convocan a ninguna reunión entre el 11 y el 16 de marzo. Parece raro, ¿verdad? Tiene que ser porque no les interesaba lo que yo les decía, porque pensaban que no tenía ningún valor, porque no les gustaba... Pero todo eso son imaginaciones mías. A lo mejor es que, simplemente, se olvidaron de mi.
Se despidió de José María Aznar por carta y no recibió respuesta.
"Bono quería hacer con el CNI exactamente lo contrario de lo que yo había luchado en esos años, que era despolitizarlo y convertirlo en un servicio de Estado"
Sí, porque no pude hacerlo en persona. Ne hubiera gustado hacerlo en persona. Pero no pude.
Usted cuenta en su libro que se da cuenta que no va a continuar al frente del CNI porque el estilo que quiere José Bono, el nuevo ministro de Defensa, es totalmente contrario a su línea
Sí, absolutamente. Bono quería hacer con el CNI exactamente lo contrario de lo que yo había luchado por hacer en esos años, que era despolitizarlo y convertirlo en un servicio de Estado.
Yo creo que a su frente hay una persona que me merece respeto, el general [Félix] San Roldán y yo no creo que el Centro esté siendo manipulado en este momento. No lo creo, sinceramente.
Otra pregunta que queda en el aire, después de once años, es si pudo influir esa falta de sintonía de la que usted habla entre Aznar y Mohamed VI
Yo creo que los marroquíes estaban un poco acostumbrados al estilo de Felipe González, que tiene mucha cintura y regatea muy bien; les decía un poco lo que querían oír aunque luego hiciera lo que creía que debiera hacer.
Aznar es un político que tiene una rara virtud: lo que dice hace y tiene poca cintura. Y las reuniones que tuvo con los marroquíes no fueron fáciles. Así como colaboramos mucho en materia antiterrorista, tenemos desacuerdos sobre temas importantes en Ceuta y Melilla, Sáhara, delimitación de aguas... Tenemos mil problemas que, afortunadamente, están encapsulados en este momento y hay una voluntad por parte de ambos países para que no interfieran en la relación bilateral pero que están ahí y en cualquier momento pueden resucitar.
Mohamed Benaissa, entonces ministro de Exteriores, me lo cuenta: el rey salió de aquella entrevista molesto y dijo: "Este tío es un arrogante impresentable". Es lo que dijo Mohamed VI a mi amigo Benaissa, que me lo contó años más tarde.
No hubo sintonía por culpa de los dos, no hubo empatía personal. Pero yo en la defensa de los intereses nacionales no pondría en duda el patriotismo ni la eficacia de Aznar.
Se ha pensado que quizá los servicios secretos marroquíes o alguien pudo saber algo de los preparativos del 11-M...
No. Absolutamente nada. Marruecos lo conozco bien. Tengo buena relación con sus servicios secretos. Hablábamos por teléfono cada dos por tres. Teníamos una colaboración muy buena. Nunca nos hubieran hecho esto los marroquíes. Nunca nos lo hubieran hecho, nunca, nunca, nunca. De eso estoy absolutamente convencido.
¿Intervino algún otro servicio secreto o funcionario, que hubiera tenido cierto conocimiento previo de lo que se gestaba? Ya se que usted dice en el libro que nunca creyó en las teorías conspiranoicas de los ayatolás del Apocalipsis
Si algún servicio de inteligencia de otro país hubiera tenido conocimiento de esto y no nos lo hubiera dicho, hubiera sido para tirarlos a todos por la Roca Tarpeya. No. Ninguno. Y si alguno tuvo conocimiento, a mi no me lo dijo. Ni antes ni después. Y no lo creo.
En los atentados del 11 de septiembre quedaron muchos rastros, en el espacio cibernético, en las transferencias de dinero... Los terroristas aprenden, no repiten. Y en el nuestro hemos buscado con gente que tiene muchos medios: no hemos encontrado absolutamente nada, ningún rastro...
¿Y no le parece extraño que unos delincuentes comunes no dejaran siquiera un mínimo rastro. Habla en su libro de cuatro perfiles de autores en el 11-M...
No que nosotros detectáramos. Nosotros detectamos el extraño comportamiento de Allekema Lamari [el jefe de la célula terrorista] unos días antes, tampoco mucho tiempo antes. Desaparece de la circulación, nuestros informadores no le encuentran, empieza a mandar dinero a gente que está en la cárcel. Un tipo que no tenía dinero si manda dinero, es porque no lo va a necesitar. Y eso nos alerta.
Pero nosotros, por mucha gente que tengamos infiltrada, la comunidad aquí es muy grande. Y esta gente tampoco se distinguía por ser radicales en las mezquitas; de hecho, no iban a mezquitas y se citaban en peluquerías. Si lo controlas todo acabas con 'Gran Hermano', acabas en un Estado dictatorial y tenemos que asumir que vivir en libertad tiene ciertos riesgos.
"Si lo controlas todo acabas como Gran Hermano, acabas en un Estado dictatorial y tenemos que asumir que
vivir en libertad
tiene ciertos riesgos"
Si coges a un tío con cuatro explosivos, otro que alquila un piso con nombre fingido, coges a uno que ha robado una tarjeta de crédito … Ninguno va a la cárcel, a menos que tengas la visión de conjunto. Y esa visión de conjunto la aporta la colaboración entre los servicios de inteligencia europeos. Y esa colaboración empezó, de verdad, después del 11-S. No nos dio tiempo.
Nosotros empezamos a pensar, después del 11-S, que un atentado en España o en Europa podía ocurrir. Empezamos a girar al CNI: de tener la obsesión y el objetivo único en ETA a otro objetivo. Pero eso no se hace de la noche a la mañana. Primero, no puedes dejar a unos porque seguían matando; y, segundo, porque cambiar un centro tienes que buscar especialistas, que sepan de lo que va el islamismo, el yihadismo, que sepan lo que es la diferencia entre un wahabita y un ismaelita. Y que entienda farsi, pastún y que hable como los tayikos… Oiga, ¿dónde encuentro todo esto de la noche a la mañana?
Hace falta tiempo. Y ese giro que yo estaba dando es el que no pude completar, porque me cayó encima el 11 de marzo. Pero nosotros estábamos en ello, lo que pasa es que no es fácil, al igual que los demás servicios europeos.
Solo de valientes es arriesgarse…
Cuando me llamo Aznar y me ofreció esto, mi mujer me decía: ¿cómo te puede apetecer una cosa así? Tus dos predecesores han salido procesados, ¿cómo te puedes meter en este mundo? Yo lo encontré un reto, una oportunidad que se me daba de civilizar, de democratizar, un servicio que tenía la fama que tenía y que cuando lo dejé ya era otra cosa.
¿Cómo describe la actuación de Aznar en aquellos días, con esa desclasificación parcial de algunas notas del CNI?
"La actuación de Aznar fue lamentable con la desclasificación selectiva de algunas notas del CNI. Y no tengo reparos en decirlo"
A mí eso me pareció lamentable. Y no tengo reparos en decirlo. Primero, porque no me parece justo que se haga una descalificación selectiva de algunas notas y no de otras. Y, en segundo lugar, porque aquello nos dejaba a los pies de los caballos: parecía que teníamos la culpa de todo y que éramos los malos de la película, cuando no era verdad.
Es decir, aquí sale diciendo que es ETA todo el mundo antes que nosotros. Yo salgo a las 15:51 horas, en punto. Y ya ha salido el lehendakari a las 9 y pico; Aznar a las 11, llamando a los directores de periódicos a las 13; Ana Palacio a las 12:30; [Ángel] Acebes a las 12… Oiga, no me eche a mi la culpa. Y, luego, porque eso impide mi trabajo. Si me descalifican notas, ponen en riesgo quiénes son mis informadores. Y puedes poner en peligro la vida de gente O¿qué servicio va a tener confianza en mí si lo que cuentan va a aparecer en los periódicos? Se te cierran todas las puertas de un día para otro.
El cabreo entre mi gente, no te puedes imaginar lo que era. Yo le dije al presidente: yo no sigo aquí en estas condiciones, yo no puedo seguir. Me dijo, bastantes problemas tengo: los terroristas están en la calle, hay que darle prioridad... Y yo tampoco quería que nadie pensara que me bajaba de un barco que se había hundido, que hacía agua por todos los lados o que intentaba hacer méritos... No es lo mío eso; nunca lo he hecho.
¿Fue Aznar un traidor, en ese sentido?
No. Dios me libre de decir una cosa así del presidente del Gobierno. No. Yo digo que no se portó bien conmigo. ¿Por qué? No lo se. Porque no le gustaba lo que yo le decía, porque no se fiaba de mi... No lo sé.
Esos "algunos" de los que usted habla que rodeaban a Aznar, que le reafirmaban en sus ideas y lo aislaban, ¿qué papel jugaron en un momento tan grave?
Él se rodeaba de incondicionales que son los que le decían "Si, bwana" a todo lo que él decía. Esos le condujeron a un progresivo aislamiento que condujo a que se equivocara y no tomara las decisiones que estoy seguro que si él mira para atrás, él también debe pensar que debería de haber tomado. Es lo que yo pienso, porque Aznar es una persona inteligente y estoy seguro que se da cuenta.
¿Hablaba usted con Alfredo Pérez Rubalcaba y otros líderes de la oposición?
"A Aznar no le gustaba que le dijera que no había armas de destrucción masiva en Iraq"
Yo hablaba con todo el mundo, porque una cosa que nunca hizo el presidente del Gobierno es decirme lo que tenía que hacer o lo que no podía hacer. Eso debo decirlo en su honor. Podía gustarle lo que yo decía o podía no gustarle. De hecho, yo se que no le gustaba que yo dijera que no había armas de destrucción masiva en Iraq, porque no las veía. O que no había relación entre Al Qaeda y Sadam Hussein. O que el terrorismo no se justifica pero se puede explicar y hay que intentar entenderlo... Todas esas cosas no le gustaba a Aznar, porque no era su estilo. Pero nunca me dijo, y debo decirlo en su honor, que dijera esto o lo otro.
En el momento del 11-M a usted no le llaman. Nadie del CNI entra en el gabinete de crisis. En realidad, usted dice que se organiza un gabinete de partido y no de crisis. Y también hay otras personas que le llamaban por teléfono...
Hay una cosa que quiero que quede claro. Yo he sido leal al Gobierno de turno, he trabajo con Felipe González, con Aznar, con [José Luis Rodríguez] Zapatero. He sido leal siempre al Gobierno de turno, como diplomático y también como lo otro. Ellos son los que dirigen la política y nosotros la ejecutamos.
Yo le dije a Aznar desde el primer momento es que, desde mi independencia, yo concebía el servicio de inteligencia como un servicio de Estado. Con lealtad al Gobierno, pero no para utilización instrumental por los partidos políticos. Y él me dijo: 'no te preocupes, te lo respetaré como es natural' Y lo cumplió. Y cuando a mí algún ministro -y no fue una vez, ni dos ni tres-, me llamó para pedirme que hiciera algo que me parecía que era meterme en el charco de la política, yo me negaba. Y lo entendían y nunca tuve presiones. Y cuando alguno robaba y yo decía 'este señor no puede seguir robando de esta forma tan desaforaba', lo separaban. Gustaría o no gustaría, pero lo quitaban.
"Si alguien piensa que dije a Rubalcaba algo diferente que lo que dije a Aznar, no sólo miente sino que es
un bellaco y un canalla"
Siempre fui leal al Gobierno. Si alguien piensa que yo dije a Rubalcaba algo diferente de lo que le dije a Aznar, no sólo miente sino que es un bellaco y un canalla. No es verdad. Yo hablé aquella mañana con Rubalcaba, como hablé con Javier Solana, como hablé con Narcís Serra, [Miguel Ángel] Moratinos, me llamó Zapatero, Ana Palacio... Yo les decía: en este momento lo que yo tengo, con la información que tengo... Había hablado aquella mañana con una docena de servicios de inteligencia. El lehendakari decía lo mismo, los etarras -que yo los oía- decían lo mismo: 'dios la que hemos montado'...
Asombra leer en su libro que el CNI analiza la famosa furgoneta Renault Kangoo usada por los terroristas del 11-M con ayuda de la tele
"A nosotros nos dejan fuera de juego. El CNI analizó la matrícula de la furgoneta usada el
11-M con las imágenes que difundía la televisión, por increíble que parezca"
Es verdad, analizamos la matrícula porque la hemos visto en televisión. Porque nadie me dice que se ha descubierto la furgoneta. A nosotros nos marginan. A nosotros nos dejan fuera de juego. A mi gente les llega que parece que hay un vehículo... pero no saben lo que hay dentro, no saben nada. Nadie les dice nada. Y aparece en televisión. Entonces sacan una foto. Parece mentira, pero es así. Y me vienen y me dicen que esa furgoneta no es de ETA, porque ETA siempre dobla las placas. Y estas placas son las de verdad. Además, los de ETA ponen una bomba cuando abres el vehículo... Yo también pensaba, en un primer momento: unos tíos que no se han suicidado -a pesar de lo que decían otros, nosotros sabíamos que no se habían suicidado-, dejan unas huellas tan evidentes y con una cinta del Corán. Parece que me están tomando el pelo, para que me distraiga y se vuelvan a Donosti... Pues no.
"Desgraciadamente no vimos venir el 11-M. Y bien que lo siento, bien que lo siento. Toda mi vida lo lamentaré"
Eligen el momento, eligen el lugar, eligen la forma, eligen todo. Y tú lo que tienes que hacer es anticiparte, y cuando te anticipas no sale en los periódicos. O cuando ellos fallan. Y cuando no, es cuando te pillan. Y desgraciadamente no lo vimos. Y bien que lo siento, bien que lo siento. Toda mi vida lo lamentaré.
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