Entrevista a Xavier Godàs, candidato a liderar ERC"El modelo de Bildu es una línea a seguir para las izquierdas soberanistas catalanas"
Barcelona--Actualizado a
Entrevistamos a Xavier Godàs, candidato a presidente de Esquerra Republicana de Catalunya por Nova Esquerra Nacional, una de las principales candidaturas en la votación interna del partido del próximo día 30 de noviembre, que supondrá la primera fase del proceso congresual de los republicanos.
Xavier Godàs Pérez (Vilassar de Dalt, 1969) es un sociólogo afable y reflexivo. Pese a ser un cierto desconocido hasta ahora para la mayoría de la población catalana, e incluso para una parte significativa de la militancia de Esquerra Republicana, ha decidido lanzarse a la piscina y liderar una de las principales candidaturas para dirigir ERC. Nova Esquerra Nacional se presenta como una candidatura coral, en la que Godàs ocupa la posición más visible optando a la presidencia del partido. Y Alba Camps le acompaña como aspirante a secretaria general, junto a pesos pesados del partido como Teresa Jordà y Raquel Sans, entre otros. Nova Esquerra Nacional aspira a hacerse con la dirección del partido el próximo 30 de noviembre, en la primera fase del congreso de ERC, pero tendrá delante nada menos que al expresidente del partido, Oriol Junqueras, entre otros candidatos.
Godàs proviene políticamente del municipalismo y fue alcalde de Vilassar de Dalt durante dos mandatos. También ocupó el cargo de director general de Acció Cívica en el Departament de Drets Socials durante el Govern de Pere Aragonès. En esta entrevista, Godàs explica las principales características y propuestas de Nova Esquerra Nacional, dibuja la ERC que quiere para el futuro si es elegido y no esquiva temas delicados como la relación con Junts, la investidura de Salvador Illa y el acuerdo con el PSC, o la polémica de los carteles del Alzheimer.
¿Qué representa Nova Esquerra Nacional como candidatura para liderar ERC?
Creo que Nova Esquerra Nacional representa la trayectoria de Esquerra Republicana, que evidentemente tiene oscilaciones, pero que parte de la base de articular el ámbito de progreso y nacional en Catalunya. Por tanto, lo que denominamos Esquerra Nacional, que es una denominación que, además, toma vuelo a partir de la etapa de Carod- Rovira y Puigcercós, se vincula a los orígenes del partido. ERC tiene sentido en la medida en que organiza, capitanea y desarrolla el ámbito de la izquierda soberanista e independentista de este país. Y al mismo tiempo, Nova Esquerra Nacional plantea una capacidad de concentrar esfuerzos en el partido.
¿Qué significa concentrar esfuerzos?
Significa que una de las propuestas de Nova Esquerra Nacional es que la dirección del partido, y especialmente la presidencia, se centren única y exclusivamente en el partido. De modo que el partido se fortalezca desde el punto de vista del capital humano, pero también y sobre todo desde el punto de vista de la capacidad de posicionamiento político, de estrategia política, de doctrina política, de modo que el partido pueda marcar la línea a seguir donde se tengan responsabilidades institucionales de una forma mucho más nítida de lo que ha sido hasta ahora.
¿Qué le impulsó a presentarse con la candidatura de Nova Esquerra Nacional?
Creo sinceramente que el momento es complicado, muy complicado. Y que el espacio de la izquierda nacional soberanista es un espacio muy potente que debemos poder rehacer para volver a liderar el movimiento de liberación nacional. Una izquierda que debe afrontar el clima de derecha reaccionaria en Occidente, y también en Catalunya. Por tanto, mi objetivo, en este sentido, es hacer de Esquerra Republicana de Catalunya el partido de referencia de la izquierda nacional, porque es importante en términos de país, y también en términos más generales.
Llevan más de 100 encuentros con la militancia y quieren hacer otros 500 antes del 30 de noviembre. ¿Cómo han encontrado a la militancia en un momento de tanta tensión interna en el partido?
Quizás tengo la ventaja de que la militancia me conoce poco y, por tanto, la relación es más directa, más sincera, menos mediatizada. Por tanto, yo me he encontrado una militancia preocupada por preservar la unidad del partido, que es lo primero que nosotros debemos asegurar. Lo debería hacer todo el mundo, pero nosotros podemos asegurarlo porque yo no tengo ningún historial de agravios, ni de prebendas, ni de premios, ni de castigos. Por lo tanto, miro a todo el mundo desde la pulcritud del inicio, y por talante no suelo tener problemas con nadie. Y el tiempo con la militancia lo dedicamos a hablar de política, porque también les preocupa el proyecto de futuro.
¿Por qué la militancia debería confiar en un candidato sin un gran historial para hacer posible la unidad y el proyecto de futuro de ERC, en un momento tan complicado?
Yo no tengo trayectoria orgánica en el partido, pero he gestionado asuntos públicos, he sido alcalde, he sido activista, he estado a un lado y otro de la actividad política y ha ido bien.
Ustedes han hecho bandera de candidatura renovadora, pero tienen a la cabeza a dirigentes de dilatada trayectoria como Teresa Jordà. ¿No es una contradicción?
Yo creo que todas las candidaturas tienen el mismo componente que la nuestra. Son candidaturas que tienen el capital de la experiencia y que tienen gente nueva. Nosotros tenemos más de la mitad de gente que no tiene trayectoria orgánica en el partido y que en este sentido aportan su experiencia personal a partir de haber generado una cierta actividad en otros ámbitos. Pero es gente nueva, innovadora, e implica una mirada distinta. Y tenemos gente con una experiencia dilatada en el partido. Nosotros no venimos a romper nada, no venimos a echar a nadie, ni venimos a descalificar el trabajo realizado. Venimos a mejorarlo mucho, a abrir una nueva etapa, a evolucionar el partido. No para empequeñecerlo, al contrario, para hacerlo mayor en el espacio que le corresponde, no en el espacio que lo ha hecho pequeño.
¿Qué significa el espacio que ha hecho pequeño a ERC?
El espacio que ha hecho pequeño a ERC es el no espacio, el no lugar que dicen los antropólogos. Ni izquierda ni derecha, algo del PSC, otras veces un poco de Junts, mirando de reojo a los demás, sin definición programática. Todo esto es lo que ha ido lastrando a ERC. Nosotros venimos a hacer exactamente lo contrario, pero con la idea de evolucionar el partido en una nueva etapa, con gente que puede aportar mucho.
¿Se siente 'rovirista'?
No, no, yo soy socialista e independentista.
¿Pero qué representa Marta Rovira para usted?
Marta Rovira representa a la persona que conduce el partido hasta el final. Que con Oriol Junqueras marca una etapa de crecimiento de Esquerra Republicana de Catalunya, que sitúa al partido en niveles de influencia, de capacidad de presencia, de responsabilidad de Gobierno, etcétera, muy muy importantes. Los mayores niveles después de la República. Pero hay una diferencia fundamental entre Marta Rovira y el expresidente -por voluntad propia- Oriol Junqueras. Y es que Rovira, en momentos de alta complejidad y gran complicación política, se queda hasta el final para conducir la nave hasta el congreso, y decide -y éste es un criterio político y personal a la vez- no continuar al frente del partido y ceder el paso. Y esto me merece el máximo respeto.
¿Y cómo lleva lo de enfrentarse a Oriol Junqueras, especialmente en un marco de tensión entre candidaturas como el que hemos vivido en los últimos meses?
Yo es que no he tenido tensión entre candidaturas, sinceramente. Yo no quiero tener tensión con Oriol Junqueras. Es una pérdida de tiempo. Yo lo llevo bien, lo llevo fantásticamente bien. Me parece que no es ninguna tragedia que haya distintas candidaturas. A mí, la campaña, más allá de larga y de trabajo intenso, sobre todo me está dando la posibilidad de poder hablar con mucha militancia, que me parece interesantísimo. Y la voluntad es hablar de proyecto político.
Algunos dirigentes de Esquerra, por ejemplo, la última ha sido Ester Capella, les reprochan que hayan intentado forzar que Junqueras no se presentara. ¿Qué piensa?
Esto no es que sea falso, es mentira. A mí me sorprende muchísimo que gente que, por otra parte, había sido crítica con el presidente Junqueras, ahora de repente encuentre fatal criticar a Oriol Junqueras. Aquí no estamos para criticar a Oriol Junqueras, ni para criticar a Ester Capella, ni a quien sea que haya llegado a un compromiso con Oriol Junqueras porque de esta manera le irá mejor a partir del 1 de diciembre. Nosotros no regalamos cargos, no estamos planteando que la gente se nos sume por prebendas.
¿Y cuál debería ser para usted el papel de Oriol Junqueras?
Para nosotros Oriol Junqueras es una figura muy importante. Pero consideramos que la nueva etapa debe implicar que Oriol Junqueras se reubique en el partido. No significa, ni mucho menos, apartarlo. Y evidentemente, si quiere ser candidato a president de la Generalitat, se podrá presentar a unas primarias fantásticamente bien, porque yo, si soy presidente del partido, no me voy a presentar.
¿Usted votaría en unas primarias a Oriol Junqueras?
Todos los militantes se pueden presentar a las primarias. Oriol Junqueras debería explicarme, como el resto de militantes, qué proyecto tiene para el país.
¿Por qué hacen ese planteamiento de separar la presidencia del partido y la candidatura a la presidencia de la Generalitat?
Porque nos parece que, para que ERC sea fuerte que es el objetivo que tenemos, no puede fundamentarse en un partido de burócratas, sino en un partido de militantes. Debe ser un partido que elabore estrategia política, posicionamiento y doctrina políticos. Por decirlo de una manera gráfica, nosotros creemos que el modelo vasco, del PNV o EH Bildu, de relación entre partido y Gobierno es el que presidirá a partir del 1 de diciembre la evolución de ERC. Nosotros queremos un partido fuerte, no un partido supeditado a un Govern, no un partido que tenga que callar ante los dilemas, retos, o contradicciones, de un Govern.
Ustedes tienen el apoyo de destacadas figuras históricas de ERC como Puigcercós, Huguet o Benach, entre otras. ¿Hay una reconciliación del sector Puigcercós y del de Carod?
Sí, sí. La verdad es que hace gracia que alguien haya podido descalificar esto. Que históricos del partido apoyen una candidatura en términos de futuro, que históricos del partido que estuvieron enfrentados tengan la capacidad de apostar por un camino de forma conjunta, a mí me parece un gran hito. Un gran capital que nosotros estamos muy agradecidos de poder recibir, además, como referentes políticos del partido. Marta Cid, Marina Llansana, Joan Puigcercós, Josep Lluís Carod-Rovira -aunque ahora no sea militante del partido- Josep Huguet, etc., a mí me parece que son gente que marca mucho la línea que no deberíamos haber abandonado nunca, que es la propia de la Esquerra Nacional. A partir de aquí, el partido se fue haciendo grande. Y se resolvió una crisis muy importante, la de 2008, con la generosidad de favorecer un relevo con Oriol Junqueras y Marta Rovira. Fueron capaces de construir un relevo sin desangrar el partido, o sea, sin romper el partido. nosotros. Claro que es un capital que estamos orgullosos de tenerlo, a mí lo que me preocuparía es no tenerlo.
Antes me decía que es socialista, ¿qué quiere decir hoy ser socialista?
Yo creo que el socialismo, como tal, es una trayectoria de emancipación que es necesario actualizar y que hay que reflexionar mucho más sobre su capacidad de generar política en caso de que se gobierne. Para garantizar que todo el mundo sale adelante y accede a la prosperidad colectiva. Y a mí me parece que ha sido una lástima que el campo socialista no se haya repensado aún lo suficiente, que haya sido siempre reactivo a todo el proceso de liberalización. Yo soy socialista en este sentido y, evidentemente, lo soy de una manera plural y desde siempre. En esto no cambiaré.
¿Y cuál es la posición ideológica de Nova Esquerra?
Nova Esquerra Nacional se sitúa a la izquierda. En el sentido más genérico del término, pero siempre dentro de la izquierda.
Otras candidaturas también se consideran de izquierdas...
Sí, pero nosotros queremos que el campo de juego esté a la izquierda. Nosotros queremos reimpulsar la izquierda. Queremos llegar a articular relaciones sistemáticas con otra gente fuera de ERC que es de izquierdas, soberanista, independentista. Nosotros queremos fortalecer este espacio para realizar una contribución en términos políticos y de Govern a este país, y en términos de movimiento de liberación nacional. Éste es nuestro espacio. No es un espacio transversal el nuestro. No es un espacio de ahora unos y después otros. No queremos agradar a todo el mundo. No somos de izquierdas y derechas a la vez. No queremos a todo el mundo aquí dentro.
¿Es esto una crítica implícita a la idea del 'catch all party' que atribuyen a otras candidaturas?
Esquerra Republicana de Catalunya no puede ser catch all party.
¿Por qué?
Nosotros no podemos nutrirnos sólo de cuadros de la UGT, de gente que proviene del PSC y de todo lo que se ha intentado hacer. Que es muy legítimo, pero es una diferencia importante que tenemos. Se dice que ERC es un partido que debe abrazarlo todo. Pues no, no lo abrazamos todo. Abracemos una parte, que debe ser contrahegemónica, y a partir de ahí creceremos.
¿ERC debería ser el eje central aglutinador de la izquierda soberanista que va de los comuns hasta la CUP?
La misión de Esquerra Republicana de Catalunya es capitanear este espacio porque es el partido más grande. Pero primero debe estar en este espacio.
¿Las jornadas del pasado fin de semana en Girona impulsadas por la plataforma Soberanies son un primer paso?
Participamos y la relación es magnífica. Todo el mundo ve que no podemos hacer como si nada habiendo perdido 20 diputados, de 50 que éramos, en el conjunto de la izquierda nacional. No es sólo que el movimiento independentista haya retrocedido, es que, en el marco del movimiento independentista democrático, que es como lo queremos, la izquierda nacional ha retrocedido. Pero estoy convencido de que tenemos el espacio político para volver a crecer.
¿Y cómo lo piensan hacer?
Esquerra Republicana debe ponerse las pilas y liderar este espacio, pero debe ser creíble desde la perspectiva independentista y de izquierdas para el conjunto de la izquierda nacional. Y debemos llegar a una relación fructífera con los comuns, especialmente con el sector más soberanista, y con la CUP. No sólo de planteamientos, conferencias y debates. Debemos ser capaces de remar juntos.
En su programa lleva la idea de impulsar una Conferencia Nacional de las izquierdas soberanistas en otoño del 2025. ¿Con qué objetivo?
Elaboraremos una ponencia política al respecto y trabajaremos antes de llegar a la conferencia con estas otras organizaciones políticas. Pero también queremos observar al conjunto del país y ver qué entidades, qué candidaturas independientes de carácter municipalista existen. Qué personas de referencia en el ámbito intelectual o profesional, existen en el campo de la izquierda nacional. Qué componentes de la sociedad civil pueden abrir una conferencia de izquierdas independentistas o soberanistas. Debe ser una conferencia que marque una hoja de ruta, no puede ser una conferencia para encontrarnos y después hacer una comida. Y esta hoja de ruta, nosotros creemos que tiene una pista de aterrizaje inicial que vale la pena tener en cuenta, que son las municipales de 2027. Aunque considerando la diversidad de situaciones que hay en el mundo municipal, donde no es lo mismo Girona que Manresa, para entendernos.
¿Y la estación final sería una propuesta de coalición como podría ser la de EH Bildu en Euskadi?
A mí me parece que la experiencia de Bildu es emblemática. El contexto catalán es distinto. Y hay que tener presente que, en el caso de Bildu, Sortu realiza un gran acto de generosidad. Pero si la pregunta es si es un modelo que nos interesa y que marca una línea a seguir, la respuesta es que sí lo es.
¿ERC ha sido poco reconocible en los últimos años desde el punto de vista independentista y de izquierdas?
Para ser justos, Esquerra Republicana ha tenido que lidiar con tantas cosas a la vez que esto también explica el hecho de que se haya desdibujado después del colapso del 2017.
¿Hay un colapso en el 2017?
No lo digo yo, lo dicen Marta Rovira y Oriol Junqueras en su libro Tornarem a vèncer. A partir del 3 de octubre no hay nada. Nada pensado, nada atado, nada. Y de ahí llora la criatura. Pero lo que sí hay es una represión a gran escala que quizás no se había previsto que sería de esa intensidad. ERC afronta la lucha antirrepresiva hasta llegar a la ley de amnistía. Hay un conjunto de decisiones que priorizan la lucha antirrepresiva. Por otra parte, Esquerra Republicana asume la responsabilidad de un cambio de orientación estratégica en 2018. Y, finalmente, Esquerra Republicana abre la vía de la negociación con el Estado y, al mismo tiempo, gobierna en condiciones de altísima precariedad. Es difícil, si no tienes un partido fuerte, que todo a su vez no genere una presión que explica por qué ha habido incertidumbre y en ocasiones indefinición, etc. Me siento heredero también de esta etapa, pero esto debe acabar, no puede continuar así, y ERC debe volver a ser el ERC. Un partido fuerte y lo más hegemónico posible en el ámbito de la izquierda nacional.
Usted dijo, en la presentación de la candidatura, que ERC debe pactar con Junts en lo nacional y con el PSC en lo social. ¿Es ésta la disyuntiva?
No. Nosotros debemos ser fuertes y, por tanto, competitivos como Esquerra Republicana de Catalunya. En este momento, nuestro trabajo es doble. Volver a ser un referente del campo independentista. Y en el campo de la izquierda, reforzar, reimpulsar y ampliar la izquierda nacional. Y después, a partir de aquí, nosotros nos relacionaremos con unos y otros, PSC y Junts, tantas veces como sea posible, pero siempre con nuestras condiciones, tanto para unos como para otros. Lo que no queremos es ser a veces el PSC en el área metropolitana y otras ser Junts en el interior del país. No, queremos ser Esquerra Republicana de Catalunya.
Pero bien tendrán que fijar una política de alianzas ¿no?
Para la política de alianzas de Esquerra Republicana de Catalunya, lo mínimo es que los partidos con los que nos relacionamos tengan una trayectoria democrática y consideren que Catalunya es una nación.
Pero ERC, en el 2021, eligió gobernar la Generalitat con Junts y no con el PSC. ¿Cuál será la prioridad si usted es presidente?
Esto dependerá del contexto en sí, pero no queremos elegir a priori. ¿Qué somos más del PSC o más de Junts? Éste es el problema y debemos evitarlo. Con el PSC podemos estar de acuerdo, y por qué le presionemos, en desplegar determinadas políticas de vivienda. Y con Junts no. Pero en el ámbito de la agenda nacional, con Junts habrá que recuperar el objetivo de poder ir a la una en lo que respecta al ejercicio de la autodeterminación. A mí, lo que me preocupa no es el Govern de la autonomía, sino que en la agenda nacional no vayamos mucho más a la una por batallitas estériles que no han conducido a una unidad de acción básica.
¿Cuál es el futuro del independentismo después de ese colapso de 2017 que usted señalaba?
El independentismo debe ser valiente. Debemos poder pensar cómo se concreta la independencia en el siglo XXI en el contexto geopolítico donde estamos, que es la Unión Europea, y en el marco de dos estados muy potentes, el español y el francés. A mí me parece que la estrategia independentista no debe poner plazos y debe tener el apoyo siempre de más del 50% del censo. Y debemos ser hegemónicos, en lo posible, a nivel territorial. Y eso significa dominar el máximo ámbito municipal. La hegemonía municipalista es clave para generar cambios. En 1931 ya fue así para hacer posible la República y la Generalitat. Las elecciones municipales y la gestión en los ayuntamientos serán prioritarios para Nova Esquerra Nacional.
¿Y para hacer frente al Estado hace falta alianzas fuera de Catalunya?
La estrategia soberanista pasa por ser el máximo de fuertes posibles en Catalunya y los Països Catalans. Pero también debemos coordinar mucho más la actividad con las fuerzas soberanistas de naciones sin estado potentes como Escocia en el marco europeo y Euskal Herria y Galicia en el marco del Estado, con estrategias comunes. Y estas estrategias comunes en el ámbito del Estado creo que deben tener un objetivo, que es destronar a la monarquía.
¿Por qué?
Porque destronando a la monarquía se abre una ventana de oportunidad para la soberanía. Y, por qué desde el punto de vista del progreso, cuestionar hasta el punto de hacer insostenible a la monarquía es un claro objetivo político. En este aspecto debemos ir a la una.
¿Y a nivel europeo?
En el marco europeo, las naciones oprimidas del Estado español, con escoceses, irlandeses, corsos y otros, debemos tener una estrategia común que pasa por garantizar una doble mirada progresista. Apostando por el federalismo europeo y por la emancipación de cada una de las naciones sin estado de Europa.
¿Cómo valora estos meses de Govern del PSC después de que ERC invistiera a Salvador Illa president de la Generalitat? ¿Aprobará los presupuestos si es presidente de ERC?
Nosotros lo que respetaremos es que los acuerdos que se han firmado en el marco de la investidura deben ejecutarse, pero vigilaremos que se cumplan. La consellera de Economía [Alícia Romero] dice que ya tiene previsto un calendario para la nueva financiación, y por tanto que el despliegue de la Agència Tributària de Catalunya es una cuestión prioritaria, tal y como el acuerdo plantea. Toda una estructura de Estado, ¡qué cosas!, que nos permita desplegar lo que es una necesidad para el país. Por tanto, si esto se hace, y se hace en tiempo y forma, se podrán aprobar los presupuestos, sino se hace no.
¿Y temas como el Hard Rock o la ampliación del aeropuerto serán decisivos?
Hard Rock no, no! Para nosotros es un no categórico al Hard Rock. No habrá dudas de sí de una u otra forma. Hard Rock, no. ¿Ampliación del aeropuerto? Nuestra prioridad es Rodalies.
¿Cambiará la estrategia de ERC en Madrid? ¿Se ha dado demasiado por descontados los votos de ERC con el PSOE?
Pues ya no podrán darse por descontados.
¿Se fía de Pedro Sánchez?
Vamos a ver, Pedro Sánchez, como el PSOE, al final acaba virando en la medida en que no tiene otra alternativa que hacerlo. El PSOE debe elegir, o hacer, por último, un viaje hacia el cambio, o quedarse como está.
¿Qué significa un viaje hacia el cambio?
Viaje hacia el cambio es abrazar, realmente, una perspectiva de progreso y plurinacional del Estado que permita avanzar en esta línea y también realizar un cambio de régimen. ¿El PSOE es republicano o no? Entonces, en la medida en que sigan esta línea podrá haber más confianza, y podrá haber más alianzas. Y si no la siguen, también cobraremos las facturas.
¿Aprobarán los presupuestos generales?
Vamos a seguir la misma lógica que con los de la Generalitat. ERC hemos empatizado mucho con el PSOE para que la derecha y la reacción no gobiernen el Estado. Porque priorizamos la lucha antirrepresiva. Sacar a los presos a la calle no ha sido fácil y convenía un Gobierno español con el que esto fuera posible. Todo esto Esquerra Republicana ya lo ha hecho y ya hemos pagado todas las facturas. Y esto también ha reportado un coste electoral evidente a ERC, por haber asumido esa responsabilidad. Ahora toca que los demás asuman también su parte y ERC cobre sus facturas.
¿Pero cree que el PSOE va a cumplir?
El futuro del PSOE, como el de la izquierda estatal en general, creo que pasa por poner en su agenda, de una vez por todas, no tener una relación táctica con nosotros, ni con otras organizaciones de la izquierda soberanista, sino plantear un horizonte distinto para el conjunto del Estado. ¿Es la izquierda española capaz de superar el régimen del 78, sí o no? Y para ello no es necesario hacer la revolución socialista, no lo estamos planteando.
¿Y qué plantean que hagan el PSOE y otras izquierdas españolas?
Estamos planteando la democratización del Estado, que es una oportunidad también para que nuestras demandas de soberanía, autodeterminación e independencia sean más posibles. Y que por lo menos podamos hablar de una manera mucho más franca. Y el elemento clave que puede hacer llegar el cambio al conjunto del Estado, con lo que podríamos llamar una segunda Transición, o un proceso de reforma más integral, es abordar la cuestión de la monarquía.
Esta campaña para el congreso de ERC ha estado marcada por la polémica de los carteles del Alzheimer. ¿Cree que este asunto debería haberse aclarado a fondo antes de la votación del 30 de noviembre?
Hay una comisión de garantías que debe hacer el trabajo y yo confío en ella. Y sí, por supuesto, debería haberse terminado antes del día 30. Nosotros lo hemos reclamado. Pero también hay quien necesita sacar este tema insistentemente en campaña para ver si así la gente se desmoviliza y no vota tanto como debería votar. Porque a más participación, más posibilidades tenemos nosotros. Pero lo que es seguro es que, si nosotros ganamos el día 30, y por tanto yo soy presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, no volverán a haber carteles. Y si es necesario establecer otras medidas para dar más celeridad al proceso de clarificación de lo ocurrido, pues lo haremos.
¿Cómo garantiza que no volverá a ocurrir?
Porque yo lideraré el partido con el conjunto del equipo. Y, por tanto, no pasará. Yo lo que no voy a hacer en ningún momento, si soy el presidente del partido, es decir que era presidente pero no tenía ni idea de nada. Si lideras el partido, conoces el partido y, por tanto, sabes todo lo que pasa en él. Y no hay excusa posible al respecto, ¡y ya está! Yo no estaba. Yo sí que no estaba. Pero hay mucha gente que estaba allí y debe poder asumir su responsabilidad. Y quien debe asumir la responsabilidad en primera persona es quien lidera. Creo que esto lo entiende todo el mundo.
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