Tras escoger a los consellers de la Generalitat y celebrar la primera reunión del Consejo Ejecutivo, que sirvió para fijar las infraestructuras y la movilidad (Rodalies) y los servicios públicos (ley de barrios) como algunas de las prioridades de su actuación, las próximas semanas, Salvador Illa deberá completar la estructura de su Govern.

Sumando secretarios generales, directores generales, secretarios sectoriales, directores de empresas y agencias públicas o personal eventual, como los jefes de gabinete o de comunicación, el sottogoverno está integrado por medio millar de cargos. Pero su configuración no será inmediata, porque el próximo Consejo Ejecutivo se ha convocado para el día 27 y buena parte de los nombramientos los tiene que aprobar el Govern.

Hasta ahora, apenas se han confirmado media docena, que tienen en común una profunda experiencia política y, excepto un caso, son dirigentes del PSC. Ahora bien, es muy probable que una parte de los altos cargos del Govern de Pere Aragonès continúen con Illa. De esta manera, sería más fácil la continuidad de algunas de las políticas del Ejecutivo republicano −uno de los puntos del acuerdo de investidura− y, a la vez, evitaría desmantelar la estructura socialista en determinadas instituciones.

Hay que recordar que la formación ostenta ahora mismo un poder casi inédito en Catalunya, puesto que a la Generalitat se suman buena parte de los principales ayuntamientos −empezando por el de Barcelona−, la Diputación de Barcelona −y la presencia en los gobiernos de Tarragona y Lleida−, la AMB y la participación en el Gobierno español. Y, pese a la engrasada maquinaria de cargos socialistas −el partido tiene unos 15.000 militantes, más que ningún otro en Catalunya−, la presencia de independientes se entrevé significativa.

Precisamente, son algunos de los independientes nombrados por Aragonès los que podrían continuar. Según informa Nació Digital, ERC habría dado la consigna a sus militantes de no aceptar ninguna propuesta del nuevo Govern, pero esto no afecta a los independientes, como son los consellers Francesc Xavier Vila (Política Lingüística) y Sònia Hernández (Cultura), puesto que ambos eran altos cargos del Departament de Cultura durante el pasado mandato. Un tercer caso es el de Pere Macias, que martes fue confirmado como comisionado para el traspaso de Rodalies.

Nombrado para el cargo por el Govern de Aragonès en noviembre del año pasado, tiene una anchísima trayectoria política y ha trabajado para administraciones convergentes, de los comuns, socialistas y republicanos, antes de volver a hacerlo bajo las órdenes del PSC. Proveniente de la antigua Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), fue alcalde de Olot (Girona) entre 1984 y 1996, años en los que también ejerció de presidente de la Diputación de Girona (1994-1996). Después, dio el salto a la política nacional, como diputado en el Parlament (1996-2006) y conseller del Govern (de Medio Ambiente, 1996-1997; y de Política Territorial y Obras Públicas, 1997-2001), para pasar posteriormente al ámbito estatal, como senador primero y diputado en el Congreso después (2008-2016).

Ya sin ser cargo electo, en 2016, fue el sorprendente fichaje de Ada Colau para ejercer de director técnico del proyecto que unía los dos tranvías de la ciudad, donde estuvo hasta 2018, cuando se incorporó al Gobierno español. Primero lo hizo como coordinador de las actuaciones que Renfe y Adif tenían que hacer para mejorar Rodalies y, posteriormente, como coordinador del Plan de Rodalies (2020-2023). Justamente, su experiencia en infraestructuras y, en concreto, en este servicio ferroviario explica porque lo fichó Aragonés, y ahora Illa ha decidido la continuidad en el Govern.

Veteranos del partido

Precisamente la amplia trayectoria política y un profundo conocimiento institucional son características compartidas por el resto de altos cargos ya confirmado del ejecutivo de Salvador Illa. Que, estos sí, son todos pesos pesados del PSC. Se trata de Eduard Rivas, Jordi Terrades, Pol Gibert, Raúl Moreno y Carles Martí.

Rivas ha sido nombrado jefe de gabinete del presidente. De 40 años, ha sido alcalde de Esparreguera (Barcelona) desde el 2015 y se estrenó como edil cuatro años antes. A nivel político, sus primeros trabajos los hizo en el Parlamento Europeo, como asesor de los parlamentarios socialistas Raimon Obiols y Javi López. Actualmente, también presidía la Federación de Municipios de Catalunya (FMC).

Más veterano es Terrades, que tiene 67 años y es el nuevo secretario general del Departament de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, que lidera Sílvia Paneque y que será uno de los más poderosos del ejecutivo, seguramente junto a Economía y Finanzas y a Presidencia.

Terrades fue concejal durante más de tres décadas, primero en Canovelles (1983-1995) y después en Granollers (1995-2015), donde llegó a ser teniente de alcaldía, pero sobre todo es conocido por haber sido diputado en el Parlament durante ocho legislaturas y 23 años consecutivos (2001-2024). Secretario nacional del PSC de Territorio, Infraestructuras, Energía y Medio Ambiente, también ejerció de portavoz del partido en la comisión de Territorio del Parlament de la pasada legislatura, lo que explica que se le haya situado en una cartera clave del nuevo Govern.

El secretario general de Empresa y Ocupación será Pol Gibert, mientras que el de Derechos Sociales e inclusión será Raúl Moreno, los dos con una dilatada experiencia parlamentaria. Gibert, que tendrá como jefe al exconvergente Miquel Sàmper, es militante del partido desde muy joven y, de hecho, fue el primer secretario de la Joventut Socialista de Catalunya (JSC) entre 2015 y 2018. Como diputado se estrenó en 2015, también es el primer teniente de alcaldía en el Ayuntamiento de Sabadell y a nivel orgánico es el secretario de Trabajo y Transición Justa de la ejecutiva socialista.

Moreno, a su vez, será el número dos de Mónica Martínez Bravo en Derechos Sociales e Inclusión. También diputado desde 2015, como Gibert lideró las juventudes del partido, la JSC, en su caso entre 2006 y 2009, y durante más de una década (2003-2015) fue concejal y teniente de alcaldía en el ayuntamiento de su municipio, Santa Coloma de Gramenet. En la ejecutiva socialista es el secretario de Políticas Sociales. Actualmente, también ejercía de portavoz adjunto del grupo parlamentario, cargo que tendrá que dejar.

De hecho, rehacer el grupo será otra de las tareas del PSC las próximas semanas, porque a la marcha de Moreno y Gibert se pueden unir otros futuros altos cargos y quizás algunos de los consellers que, de momento, mantienen el acta en el Parlament, como Alícia Romero, Esther Niubó, Sílvia Paneque, Òscar Ordeig o Ramon Espadaler, este último del conservador partido Units per Avançar.

El último nombre que ha confirmado Salvador Illa es el de Carles Martí, que llevaba unos cuántos años apartado de la primera línea política, pero es un auténtico veterano del partido. Martí ha sido nombrado comisionado de barrios, con el encargo de impulsar la nueva ley de este ámbito que pretende reducir la exclusión urbana y mejorar las condiciones de los barrios más vulnerables. Acumula cuatro décadas de militancia en el PSC, donde se afilió a los 18 años, en 1984.

Es conocido sobre todo por su paso por el Ayuntamiento de Barcelona, donde fue concejal entre 1999 y 2010 y, entre otras responsabilidades, primer teniente de alcaldía los últimos años −con el ahora ministro Jordi Hereu de alcalde− y concejal de Ciutat Vella o Sarriá-Sant Gervasi. También dirigió la federación local de la formación.

Senador entre 2011 y 2015, los últimos años ha estado en el área de gerencia de la Universitat de Barcelona, de donde lo ha recuperado Illa. Un listado de nombres que, a buen seguro, aumentará significativamente a partir del próximo Consejo Ejecutivo, que tiene que servir para comprobar si el nuevo president mantiene la apuesta por cargos experimentados y ver qué nombres vinculados a ERC continúan.