"Una de las mayores vergüenzas de este país", así ha calificado Pablo Iglesias la polémica que se ha desatado a raíz de la investigación judicial que apunta a que existió un espionaje al líder de Podemos que incluyó el robo del teléfono móvil de una persona de su entorno político. En una entrevista en la Cadena Ser, Iglesias ha hablado sobre esta operación (que le llevó a declarar esta semana como testigo a la Audiencia Nacional) y sobre otras cuestiones, como las elecciones o el presente de la formación que dirige.

El líder de Podemos ha apuntado directamente a que el objetivo de esta presunta trama era el de impedir un gobierno de Podemos con el PSOE y ha criticado duramente que se pudieran haber utilizado fondos públicos para pagar el espionaje: "Mientras en este país hay policías que no pueden llevar un chaleco antibalas, se han gastado dinero para que una formación política no pueda gobernar este país. Es una de las mayores vergüenzas", ha dicho.

Aunque no ha podido revelar información concreta, ya que el caso está bajo secreto de sumario, Iglesias ha destacado que la operación tenía tres partes: una primera "pata policial, que no es que la Policía investigara nada, es que había policías corruptos que fabricaban pruebas falsas para evitar que pudiéramos entrar en el Gobierno, policías que viven en una situación de privilegio que contrasta con la del resto de policías. Una segunda "pata política, que apunta al Ministerio del Interior del Gobierno del PP". Y una tercera "pata mediática, con OKdiario recibiendo financiación pública y trabajando con los criminales de las cloacas".

El secretario general de Podemos ha apuntado a tres informaciones de este diario sobre el denominado informe PISA y sobre una supuesta cuenta de Iglesias en un paraíso fiscal, en varios momentos en los que estaba cerca un acuerdo de gobierno con el PSOE. "Las tres las publica OKdiario; ¿quién protege a Eduardo Inda, quién le da la ventana?", se ha preguntado Iglesias.

Sobre la reacción del resto de partidos, el líder de Podemos ha asegurado no haber recibido mensajes de ninguno de los dirigentes del resto de partidos, tampoco del PSOE ni del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Ayer escuché a Marlaska preocupado porque el PSOE unió dos veces sus votos al PP para impedir una comparecencia de Villarejo en el Congreso de los Diputados", ha afirmado. Para Iglesias, las vinculaciones del Gobierno del PP con el caso "parecen bastante evidentes, pero que la gente saque sus propias conclusiones".

También ha hablado el dirigente político sobre las próximas elecciones generales, las expectativas de su partido y el escenario político actual. "Estas elecciones no van tanto de vencer como de convencer. Ya vimos, por ejemplo, lo que les pasó a Susana Díaz en Andalucía o a Inés Arrimadas en Catalunya, que ganaron las elecciones".  Iglesias ha reconocido de nuevo que en el partido han cometido muchos errores y se han peleado "por cargos y sillas". "Esa dinámica ha sido una realidad. Forma parte de la adolescencia de una formación que nació hace cinco años. Hemos madurado a golpes, con mucho dolor", ha explicado.

Preguntado sobre la imposibilidad de reeditar las confluencias de 2016 en algunos territorios, Iglesias ha reconocido que "sumar menos efectivos es una mala noticia" y se ha definido como "un defensor de los procesos de confluencia. Decían que sumar restaba, que el acuerdo con Izquierda Unida era un error, y yo siempre he defendido que crecer desde la pluralidad y la diversidad es bueno".

La "purga" a Sánchez Mato en Madrid

Sobre la no reedición del movimiento que llevó en 2015 a Manuela Carmena al Ayuntamiento de Madrid, el líder de Podemos ha asegurado haber sufrido daño por ello. "Lo de Madrid ha sido terrible para nosotros. Hace cuatro años nosotros propusimos a Manuela Carmena y no entendemos que ella haya decidido construir un nuevo partido que excluye a Podemos, IU y a otros partidos. A veces se olvida que el artífice de esa gestión fue Sánchez Mato, que luego fue purgado".

Iglesias ha avanzado que en el programa electoral volverán a recoger la propuesta de llevar a cabo un referéndum en Catalunya pero que no apunte a la independencia, sino "donde todas las opciones sean posibles". "Defenderemos que Catalunya siga en España con un encaje constitucional diferente. Cuando se pone la palabra independencia junto al referéndum, ya se está condicionando la decisión".