Este artículo se publicó hace 2 años.
De la guerra en el PP a la renovación en el PSOE: los dos principales partidos se rearman para encarar el ciclo electoral
El relevo en el PP llegó hasta la cúspide con la salida de Pablo Casado y la coronación de Alberto Núñez Feijóo. El PSOE aceleró sus cambios internos previstos ante la marcha de Adriana Lastra, sobre la que planeaba la sombra del cese.
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
El primer tramo del curso político ha traído consigo cambios de especial relevancia en las cúpulas de los dos principales partidos, PSOE y PP. En este último caso, el relevo llegó hasta la cúspide de la pirámide con la salida de Pablo Casado y la coronación de Alberto Núñez Feijóo al frente de los conservadores.
En ambos partidos, además, la remodelación ha salpicado a sus grupos parlamentarios en el Congreso. De fondo, un horizonte electoral que comenzará con las municipales y autonómicas de mayo para acabar con las generales, previstas para finales de 2023.
Antes del parón estival, el panorama demoscópico arrojaba un escenario dulce para los de Feijóo. El líder del PP consolidó su liderazgo político al superar por primera vez desde 2019 a Pedro Sánchez con una estimación de voto del 30%, aunque seguiría necesitando a la extrema derecha para alcanzar la Moncloa.
Nuevo liderazgo en el PP
A mediados de febrero, estalló la guerra total en el PP, una pugna entre Génova y la presidenta de la Comunidad de Madrid que se llevaba barruntando varios meses. Solo los comicios de Castilla y León dieron una tregua al conflicto entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso que se saldó con la defenestración del partido de quien estaba llamado a llevar al PP a la Moncloa.
Antes de ese extremo se ratificara en el congreso extraordinario del PP celebrado a primeros de abril, Casado se vio obligado a claudicar delante de los suyos por las presiones de dirigentes y barones del PP, y el goteo de abandonos, como las dimisiones del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, al frente de la portavocía nacional del PP, y la de Teodoro García Egea como secretario general de la formación.
Tras ser proclamado jefe del partido en Sevilla, el expresidente de la Xunta repartió el poder entre Galicia y Andalucía al nombrar a su número dos, Miguel Tellado, como vicesecretario de Organización territorial, y al exconsejero de Hacienda andaluz, Juan Bravo, como responsable económico de la formación. Cuca Gamarra, portavoz en el Congreso de la mano de Casado, pasó a convertirse también en la secretaria general, aunque ya ejerció como coordinadora general del partido durante los 30 días de transición interna.
En vistas a calmar las aguas con la Puerta del Sol, más allá de soslayar el germen de la guerra a cara descubierta —la comisión de 234.103,52 euros recibida por el hermano de Ayuso, Tomás Díaz Ayuso, por el contrato de 1,5 millones de euros adjudicado a Priviet Sprotive SL, empresa de un amigo de la familia—, Feijóo tuvo varios guiños hacia la presidenta madrileña.
En primer lugar, el presidente del PP colocó a Pedro Rollán (senador de Madrid) como vicesecretario de Coordinación autonómica y local. Asimismo, y más importante, se comprometió a convocar el congreso regional del partido en Madrid, el origen de la disputa personal entre Casado y Ayuso. Y la promesa no tardó en llegar: Génova puso fecha al cónclave a la mayor celeridad, que se celebró a finales de mayo y acabó con la entronización de Ayuso al frente de la presidencia del PP de Madrid.
En esta nueva etapa, Feijóo sigue contando con Cuca Gamarra, Javier Maroto y Dolors Montserrat como portavoces parlamentarios de Congreso, Senado y Parlamento Europeo, respectivamente. Si bien introdujo cambios en los segundos niveles, como la elección de nuevos secretarios generales del grupo popular tanto en la Cámara Baja como el la Cámara Alta, con Carlos Rojas y Amelia Salanueva, o la reciente reestructuración en la Diputación Permanente, con la sustitución de Teodoro García Egea, Ana Beltrán o Antonio González Terol (antiguos miembros de la cúpula de Casado).
Adelanto en la renovación del PSOE
En el PSOE también hubo una serie de cambios que sumieron al partido en el desconcierto durante varios días en julio, justo cuando el Gobierno gozaba de una suerte de luna de miel tras la celebración del debate del estado de la nación. La renovación en la formación liderada por Pedro Sánchez era cuestión de tiempo después de los resultados obtenidos en los comicios andaluces celebrados en junio, los peores de su historia en una comunidad que gobernó durante casi 40 años.
No obstante, la salida de Adriana Lastra de Ferraz, sobre la que planeaba la sombra del cese, precipitó la renovación en la cúpula del partido y, por ende, en el grupo parlamentario en el Congreso. Asimismo, la dimisión de la exvicesecretaria general, que alegó motivos personales y de salud en cualquier caso, supuso el relevo definitivo en el núcleo más próximo a Sánchez desde que este ganara las primarias hace poca más de cinco años.
Pese a la convocatoria precipitada del Comité Federal, los principales rostros encargados de relanzar al PSOE de cara al ciclo electoral de 2023 fueron dados a conocer ante de dicha cita: la ministra de Educación, Pilar Alegría, pasó a ser la portavoz del partido en sustitución de Felipe Sicilia; la titular de Hacienda, María Jesús Montero, lo hizo como vicesecretaria general; y Patxi López, como portavoz en el Congreso en lugar de Héctor Gómez.
El cónclave socialista celebrado el pasado 23 de julio sirvió para ratificar estos cambios y lanzar un mensaje optimista para el futuro. "Vamos a por todas" fue el mensaje más repetido por Pedro Sánchez para pasar página a través de un discurso netamente político conectado con las próximas citas electorales.
Por otro lado, Ferraz avaló la creación de un comité de dirección al margen de la cúpula del partido, con una alta participación de los miembros del Gobierno al estar formado por Sánchez, su jefe de gabinete, Óscar López, Montero, Alegría y otros ministros (Isabel Rodríguez, Félix Bolaños y Miquel Iceta), además de Patxi López, el secretario de organización, Santos Cerdán, y la portavoz del grupo socialista en el Senado, Eva Granados.
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