PP, Ciudadanos y Vox están de acuerdo en que podrían estar de acuerdo. Al menos, programáticamente hablando. Los tres partidos han formado una alianza un tanto compleja de cara a la galería pero que, sobre el papel, no lo es tanto. La investidura del candidato del PP, Fernando López Miras, para presidir la Comunidad de Murcia dejó entrever los puntos en común de las tres derechas y el gran escollo —para los de Albert Rivera— para pactar abiertamente: el qué dirán.

Juan José Liarte, líder de Vox en Murcia, aseguró durante la celebración del segundo pleno de investidura que su negativa a ratificar al candidato 'popular' no fue el grupo de Ciudadanos en la región —a quienes elogió en la tribuna—, sino "el eje París-Madrid", en referencia a las advertencias del Elíseo al presidente de Ciudadanos a los pactos con la ultraderecha, y criticó duramente a la dirección del partido:"Cs ha demostrado esta mañana es estar muy por encima de la dirección del partido a nivel nacional". Liarte llegó a reconocer que había "una coincidencia del 95%" de sus puntos en el programa de 'populares' y 'naranjas'.

Una posición compartida por Miguel Garaulet, diputado nacional y coordinador del comité negociador de Ciudadanos en Murcia, que en declaraciones ante los medios lamentó la negativa de Vox a su acuerdo con el PP y aseguró que este ya incluía "amplísimos puntos de su programa que están dentro": "Incluye el 85% de sus peticiones, no entendemos su posición en contra", alegó el de Cs.

Por su parte, López Miras insistió en el compromiso entre PP y Vox era "perfectamente compatible" con el acuerdo de gobernabilidad alcanzado previamente por el PP y Ciudadanos. El viernes, el presidente del PP, Pablo Casado, aseguró que el documento firmado por PP y Cs —tanto en Madrid como en Murcia—  coincide con lo que Vox llevaba en su programa y, por lo tanto, cree que éstos "se sienten reflejados en esa líneas de actuación de gobierno".

Es más, tras la reunión de cinco horas que mantuvieron las tres formaciones en Murcia, de la que Vox se levantó de la silla a pesar del "alto grado de coincidencia" de las 72 medidas de gobierno consensuadas por PP y Cs y de las 24 de un primer documento que pretendían firmar PP y Vox, se constató que la discrepancia no era política sino mediática. El principal negociador de Vox, Luís Gestoso abandonó la reunión a mediodía tras las declaraciones en Madrid del secretario general de Cs, José Manuel Villegas, que aseguró que en dicho encuentro "no se estaba negociando nada".

Por la tarde, PP y Vox firmaron un documento de 10 puntos que se añadía al pacto previo. Fuentes de Cs confirman a este periódico que la formación de Rivera dio su visto bueno. "El documento incluía peticiones compatibles al nuestro con el PP, hubo un acuerdo verbal por nuestra parte y creímos que Vox se iba a abstener". Sin embargo, la formación de ultraderecha votó en contra, lo que molestó de manera visible a los 'populares'.

"Hemos estado continuamente con la dirección nacional de Vox toda la tarde, y, por tanto, nos ha sorprendido mucho que lo que ha planteado no haya sido refrendado por los diputados regionales", dijo Teodoro García Egea, el número dos del PP tras la investidura fallida. "Vox ha terminado siendo la ultraderechita cobarde" que "ha permitido dibujar una sonrisa" en el PSOE y Podemos. "¿Para esto quería venir Vox al Parlamento regional?", se preguntaba retóricamente el conservador.

Coincidencias del programa de Vox y el acuerdo PP-Cs

En su programa, Vox recoge "reducir radicalmente los cargos públicos, los puestos de libre designación y aumentar la transparencia”, lo que la formación denomina como “chiringuitos”, expresión utilizada también por ‘populares’ y ‘naranjas’, que recogen en su pacto común "llevar a cabo una auditoría integral del gasto público para aumentar la eficiencia y reducir posibles gastos superfluos o innecesarios". La formación de extrema derecha incluye también la "supresión de entes públicos tales como Agencias, Observatorios e Institutos autonómicos superfluos y de aquellos organismos redundantes que dupliquen los del Estado".

Respecto a la educación, los de Abascal piden "implantar el sistema de cheque escolar, el PIN Parental y la Autorización Expresa con objeto que los padres tengan libertad para elegir la educación de sus hijos y se precise su consentimiento expreso para cualquier actividad con contenidos de valores éticos, sociales y cívicos", PP y Ciudadanos, por su parte, han acordado garantizar "el derecho de las familias a elegir la educación que quieren para sus hijos".

En materia económica el acuerdo de gobierno promete bajar los impuestos "a las familias y empresas de nuestra comunidad" y bajar "el impuesto sobre actos Jurídicos Documentados y Transmisiones Patrimoniales". Además, aseguran que "no se reimplantará el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones". Vox coincide: apuesta por "reducir la carga fiscal, suprimir el Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones y Plusvalías municipales" y una rebaja "de al menos un 5%" en el tramo autonómico del IRPF para toda la ciudadanía.

En el ámbito de la cultura, la ultraderecha apuesta por "una ley autonómica de mecenazgo", la protección de la caza y la pesca e impulsar "una Ley Autonómica de protección de la tauromaquia", mientras que 'populares' y 'naranjas' prometen garantizar "una adecuada recuperación, restauración, protección, conservación y puesta en valor de todo nuestro patrimonio histórico y cultural".

Además, las tres formaciones se han fijado como objetivo "combatir la despoblación" y "poner en marcha un programa de medidas para combatir
la despoblación, especialmente intensa en las zonas rurales".

Las principales diferencias: igualdad y LGBTI

El acuerdo de gobierno apuesta por defender "los derechos de las personas LGTBI" y luchar "por la igualdad de trato y contra la discriminación por razón de orientación sexual, identidad y/o expresión de género, como así establece la legislación vigente", mientras que la ultraderecha recoge derogar la "ley de Derechos LGTBI" y "suprimir las subvenciones a asociaciones claramente
ideologizadas" dentro de lo se encontrarían las "feministas radicales, LGTBI".

Además, los de Abascal también quieren derogar las leyes contra la violencia de género. A su juicio, "deben ser sustituidas por leyes de Violencia Doméstica que no discriminen al varón y atienda por igual a todas las formas de violencia intrafamiliar", también quieren acabar con los "protocolos Trans", mientras que PP y Cs se compromenten a erradicar "la lacra social de la violencia machista" en la Comunidad Autónoma.

Dentro de ese bloque, la extrema derecha también quiere derogar la Ley de Memoria Histórica porque, según defienden, "esta ley impone, de forma totalitaria, una 'versión oficial' muy sesgada de la historia en el periodo 1931-75, interfiriendo en la libertad de pensamiento, de expresión, de investigación y de cátedra". Ni PP ni Cs recogen esos puntos en su acuerdo, aunque los de Casado se han mostrado de acuerdo en derogarla para sustituirla por una Ley de Concordia, mientras que Ciudadanos ha evitado posicionarse claramente sobre esta cuestión.