El expresidente del Barça Sandro Rosell se niega a declarar en su juicio por fraude fiscal

El empresario Sandro Rosell, presidente del FC Barcelona entre 2010 y 2014, se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio en su contra por presuntamente defraudar a Hacienda 230.591 euros en 2012, utilizando una sociedad de la que era administrador único dedicada a la promoción inmobiliaria. 

La Fiscalía pide una condena de dos años y nueve meses de cárcel y una multa de 300.000 euros para el expresidente del Barça, que permaneció casi dos años en prisión preventiva por un delito relacionado con comisiones ilegales en la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), del que finalmente resultó absuelto. El Ministerio Fiscal además solicita que se le prohíba obtener subvenciones o ayudas públicas ni incentivos fiscales durante tres años.

Rosell ha declinado contestar este lunes, en el Juzgado Penal 3 de Barcelona, a las preguntas de las partes y ha remitido a la declaración que prestó hace cuatro años en la fase de instrucción del caso, cuando negó que tuviera voluntad de defraudar a Hacienda. 

El empresario devolvió en 2019 la cuota que había dejado de pagar y los intereses de retraso, en torno a los 57.000 euros, por lo que la Fiscalía propone la atenuante de reparación de daño.

En 2015 la Fiscalía de la Audiencia Nacional abrió una investigación relacionada con comisiones en la FIFA en 2015 y presentó querella contra Rosell en 2017. El empresario acabó en prisión provisional casi dos años. En el juicio resultó absuelto. 

Antes, en 2014, Sandro Rosell ya había dimitido de la presidencia del Barça, a raíz de la admisión en la Audiencia Nacional de una querella en su contra por el traspaso del futbolista Neymar desde el Santos brasileño al FC Barcelona, en la que se le acusó de apropiación indebida, y por lo que se le juzgará el próximo mes de noviembre. En este próximo juicio, la Fiscalía le pide cinco años de prisión.

En medio de sus asuntos judiciales, Rosell sorprendía este verano con el anuncio de una candidatura de electores, sin siglas políticas, como vehículo para una futura candidatura a la alcaldía de Barcelona, que lideraría él mismo. Aunque se da hasta las próximas navidades para decidirlo.