madrid
Pues no, NO hay "muchos electores de partidos de izquierda que votaron a Vox en Andalucía", como van aireando numerosos tertulianos conservadores, con la clara intención de justificar las alianzas de PP y Ciudadanos con la formación ultra de Santiago Abascal. En realidad, siete de cada diez votantes andaluces de Vox el pasado 2-D procedían de esos dos partidos o ya votaron al propio Vox en 2016, según los resultados de la encuesta postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Más aún, si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de los que procedían de la abstención llegaron allí también desde el PP –y no votaron en las anteriores autonómicas andaluzas por decepción con la corrupción del Partido Popular o en desacuerdo con su gestión–, se concluye que más del 80% de los que depositaron la papeleta de Vox en la urna ya eran seguidores de formaciones de derechas.
Sólo un 5,8% de los que apoyaron al partido ultra en Andalucía manifestaron a los encuestadores del CIS que habían votado socialista anteriormente. Y el porcentaje de los que llegaron a Vox procedentes de Unidos Podemos (UP) fue todavía más exiguo: un 3,3%. Cifras tan bajas que es difícil considerarlas representativas o exactas, pero que indican que no llegan ni a uno de cada diez los electores que se pasaron a las filas de Abascal desde opciones izquierdistas.
Más el 70% de los que votaron por Vox en Andalucía dicen que lo volverán a votar en las generales del 28-A
Además, los encuestados que habían votado a Vox dejaron claro que volverían a votar en las generales a esa formación de extrema derecha por abrumadora mayoría (el 70,6%) o elegirían PP o Ciudadanos; mientras que sólo el 2,5% dijeron que escogerían PSOE o UP (Adelante Andalucía, en las últimas autonómicas). O sea, que las tres cuartas partes de los votantes de Vox son innegablemente de derechas o ultraderecha, como se pone de manifiesto en el siguiente gráfico interactivo (pasando el cursor sobre las barras aparecen los datos exactos):
Y no sólo eso, sino que los propios seguidores de Vox se posicionan en la clara derecha (7,1 punto en una escala hasta 10) y consideran a ese partido menos ultra (con 8,1 puntos) de lo que estima el total de los andaluces (9 puntos), como se puede observar en la siguiente tabla:
En cualquier caso, ellos mismos se autoposicionan tres décimas a la derecha del PP y colocan al partido por el que votaron casi un punto más a la derecha del Partido Popular. En conjunto se ubican a sí mismos 2,4 puntos más a la derecha de la media del electorado andaluz.
Asimismo, casi ocho de cada diez votantes andaluces de Vox se autodefinen ideológicamente conservadores, liberales, apolíticos o democristianos, frente a sólo uno de cada diez que dice ser progresista o socialdemócrata, y ninguno de los encuestados que apoyaron a Abascal pretende ser socialista o ecologista, como se aprecia en esta otra tabla:
Seis de cada diez votantes de Vox fueron convencidos por los mítines de la campaña electoral o decidieron el mismo día de la cita con las urnas
Aunque lo más notable es que el seguidor de Abascal no tiene ninguna duda con respecto a su adscripción ideológica, puesto que mientras el 22,9% de los andaluces no quieren o pueden autodefinirse ideológicamente, el 100% de los votantes de Vox sí lo hace. Y ello a pesar de que reconocen que fueron los más influenciables por la campaña electoral, ya que casi el 20% decidió su voto en la primera semana de mítines, el 23% lo hizo durante la segunda semana y un 15% el mismo día que depositó su voto en la urna. O sea, casi seis de cada diez fueron convencidos por las arengas de Abascal o del juez negacionista de la violencia de género, Francisco Serrano; una estadística completamente inusual.
No puede estar más claro que son derechistas decididos, así como partidarios de un autoritarismo centralista, ya que más del 40% se proclaman partidarios de un único Gobierno central sin autonomías, y casi dos de cada tres apoyan apoyan la abolición o al menos la limitación de las competencias de las comunidades autónomas. Es decir, el 64% de los votantes de VOX quieren cambiar la Constitución para desarticular el Estado de las Autonomías, frente al 46% de los del PP o al 22% del total de los electores andaluces.
En cuanto al perfil socio-económico de esos votantes andaluces de Vox, en vista de sus posiciones machistas no es de extrañar que el 60,1% de ellos sean varones –cuando más de la mitad de la población andaluza son mujeres–, pero otros datos socio-económicos son más sorprendentes. Como que casi la mitad (el 48,1%) de esos electores capaces de tragarse cifras falsas sobre el maltrato o la inmigración tengan estudios superiores o formación profesional (FP).
Igual que eso desmonta las teorías sobre los escasos conocimientos o el bajo nivel educativo de los seguidores de Abascal, también son falsos los alardes de Vox de que representa a los trabajadores mal remunerados, ya que el 57% de sus votantes en Andalucía cobran más de 1.200 euros mensuales, un nivel económico del que sólo gozan el 35,1% de todos los andaluces.
De clase media con buen sueldo y con menos de 44 años
Y a medida que se sube en la escala salarial queda más de manifiesto que los electores de Vox son bastante más adinerados que la media... e incluso que los del PP: 11,4% de ellos perciben sueldos superiores a los 3.000 euros (frente al 8% del PP y el 4,5% de la media); y los que ingresan más de 6.000 euros al mes cuadruplican el promedio andaluz y casi triplican a los seguidores del PP con esos mismos ingresos. Vaya, que por lo general son adinerados.
Por clase social, pertenecen mayoritariamente a las nuevas clases medias o son obreros cualificados (estas dos categorías suman el 55,7% del total), aunque si sumamos las clases alta, media-alta y viejas clases medias, alcanzamos el 88,7% del conjunto de los votantes de Vox. Es decir, nueve de cada diez no corresponden en absoluto al concepto de trabajadores precarios o en paro... y eso en Andalucía.
Tampoco se trata de viejos carcas franquistas, puesto que sólo el 12% están jubilados, frente al 21,2% del conjunto de la población andaluza, el 31,2% de los votantes del PP o el 35,3% de los del PSOE-A. En realidad, más de la mitad de los nuevos seguidores de Vox tienen menos de 44 años de edad, y más de las tres cuartas partes no han cumplido todavía los 55; es decir, no conocieron el franquismo ni siquiera como adolescentes.
Y quizá eso es lo más preocupante; que tras 40 años de democracia siga cuajando el autoritarismo, la xenofobia, el machismo y el racismo entre las nuevas generaciones con recursos económicos y buena formación educativa o profesional.
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