La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha reconocido la relación comercial entre la empresa Priviet Sportive SL., a la que su Gobierno adjudicó un contrato de 1,5 millones de euros para la compra de mascarillas, y su hermano Tomás Díaz Ayuso, con una supuesta comisión de casi 300 mil euros.

El terremoto que sacude ahora el PP tiene su origen en esta relación y en este contrato, que se efectuó en el primer mes de la pandemia, cuando estaba decretado el confinamiento domiciliario y ni siquiera había mascarillas para los sanitarios.

Según avanzó El Confidencial, Ángel Carromero y otros cargos de confianza del PP creen que el hermano de Ayuso se llevó unos 280.000 mil euros en abril de 2020 en la compra de mascarillas FFP2 y FFP3 para el pabellón 10 de Ifema, donde se instaló un hospital de campaña.

Ayuso ha reconocido la relación comercial tras explotar el conflicto con la dirección de su partido. "Pregunté a mi hermano, quien me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa y que todo era completamente legal. Que todo está regulado ante Hacienda y declarado", sostuvo la presidenta este jueves.

Ayuso asegura que no se enteró en 2020 de esta operación y que fue cuando llegó a Génova para una reunión con Pablo Casado. 

"De esta operación me enteré en Génova. Ni mi Gobierno ni yo hemos intervenido para adjudicar ni ese ni ningún otro contrato a nadie de mi entorno. Mi hermano lleva trabajando como comercial en el sector sanitario 26 años, mucho antes de que yo entrara en política, pero nunca le he ayudado a conseguir absolutamente nada en su vida laboral", añadió Ayuso.

Con un importe total de 1.512.500 euros, el expediente se tramitó por la vía de emergencia y se otorgó a Priviet Sportive a pesar de que esta empresa no tenía experiencia previa en este ámbito ya que se dedica al sector textil y no al sanitario. Aunque, en esos meses, ante la falta de productos sanitarios, muchas empresas se pusieron a fabricar estos materiales.