Este artículo se publicó hace 3 años.
La caída de los 'intocables': así fue la salida de Calvo, Ábalos y Redondo del Gobierno
Calvo supo días antes su destitución, pero no la fecha en la que la iba a anunciar el presidente. Nadie en el partido ni entiende ni se explica la salida del secretario de Organización. El jefe de Gabinete envió un correo a algunas personas en el que decí
Manuel Sánchez
Madird-
Durante los últimos 37 meses han sido las personas con más poder político en España, exceptuando al propio presidente del Gobierno. Toda decisión importante pasaba por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; por el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos; y por Iván Redondo, jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Y toda estrategia política pasaba por la coordinación de alguno de ellos. Y toda acción del Gobierno tenía que tener su visto bueno. Y toda la política de comunicación. Y todo lo que se movía...
Calvo, Ábalos y Redondo eran los poderosos, los imprescindibles, los intocables del Gobierno de Pedro Sánchez. Hasta que el sábado 9 de julio, alguien escribió desde el Palacio de La Moncloa: "Tocados".
Y nadie podía sospechar tal cataclismo en el Gobierno. Desde días antes se rumoreaba la crisis de calado que preparaba Sánchez y en las quinielas, como mucho, se apuntaba la salida de Carmen Calvo, pero sin garantías de que se concretara finalmente, sobre todo cuando la propia vicepresidenta anunciaba el jueves que el martes siguiente, día 13, presentaría en la sala de prensa del Consejo de Ministros su querida ley de memoria histórica (esto también tiene una explicación y no fue un engaño de Calvo). La salida de Redondo sólo entraba en las especulaciones más remotas y la de Ábalos, simplemente, nadie la contemplaba.
Pero ocurrió. Sánchez, en una mañana de sábado, tocó a toda la estructura de Gobierno más cercana que le había acompañado desde junio de 2018. Tomó la decisión definitiva, posiblemente, la tarde del viernes. Y, con el determinismo que caracteriza al presidente en cada decisión que adopta, no dudó en ejecutarla de forma inmediata al día siguiente, según relataron a Público muchos de los que salieron y de los que entraron en el Gobierno. Pero la historia de los tres intocables tiene sus aristas.
Calvo, fin de una etapa
Calvo sabía varios días antes que iba a ser destituida, aunque no se lo dijo ni a sus más cercanos colaboradores, y lo asumió. De hecho, el jueves, en el discurso pronunciado en los desayunos de Europa Press hizo una intervención que fue más bien un balance de su trayectoria. Pero despistó al decir que el martes día 13 presentaría en el Consejo de Ministros la ley de memoria histórica, y no lo hizo por mentir. Ella sabía que saldría del Gobierno, pero no sabía la fecha. Y todo apuntaba a que Sánchez haría la remodelación a la vuelta del viaje a Estados Unidos previsto del 21 al 24 de julio.
Calvo no pasó el sábado por La Moncloa. Es más, estaba fuera de Madrid. Pero cuando la Cadena Ser adelantó la crisis de Gobierno ya sabía cuál era su destino.
Fuentes cercanas a Calvo dicen que lo ha aceptado bien, que piensa seguir de diputada, como secretaria de Igualdad del PSOE hasta el 40º Congreso y su nombre suena hasta como futura presidenta del partido. "Se va con la satisfacción de haberlo hecho bien", dice una de sus más cercanas colaboradoras, que insiste en que no se debe a ningún enfrentamiento con el presidente del Gobierno.
"Es mentira que hubiera mala relación entre Calvo y Redondo. Simplemente, no había relación"
Dichas fuentes consideran ridículo vincular su salida a la aprobación de la denominada ley trans porque, además, la exvicepresidenta cree que ha ganado buena parte de la batalla a Irene Montero. Y más ridículo ven aún vincular su marcha con la de Iván Redondo por aquello de compensar. "También es mentira que hubiera mala relación con Iván Redondo. No había mala ni buena. Simplemente no había ninguna relación. Calvo despachaba directamente con el presidente", aclaran. Y concluyen: "Calvo se marcha de la vicepresidencia satisfecha, ella cree que con el deber cumplido. Pero esto solo es un punto y seguido".
La sorprendente salida de Ábalos
Nadie podía sospechar que José Luis Ábalos, el hombre que empujó a Sánchez a presentarse a las primarias en 2017, el secretario de Organización del PSOE y quien estaba al frente del ministerio más potente en recursos del Gobierno podría salir de La Moncloa. Y en el partido aún hay conmoción por su salida, que nadie entiende ni se explica, por lo que se barajan todo tipo de especulaciones.
Lo que ha podido saber Público es que Ábalos, como dicen e insisten desde su entorno, es quien ha decidido irse. Puede que lo hiciera porque supiera que ya estaba en las intenciones de Sánchez, pero dichas fuentes aseguran que fue él quien le dijo al presidente que no seguiría de ministro, ni tampoco como secretario de Organización del PSOE.
Como en otros casos, hay quien lo vincula a las desavenencias por la ley de vivienda con Unidas Podemos o a su supuesta implicación en el caso del rescate de Plus Ultra. No hay nada de eso. Es cierto que Ábalos estaba cansado y mantenía algunas discrepancias con Sánchez en algunas líneas de actuación del Gobierno, y personas que le conocen bien creen que esto también ha influido en su decisión. Pero, además, han pesado otras cuestiones importantes de carácter meramente personal.
En este caso todavía no se sabe si su marcha sólo será un punto y seguido o un punto y final. Ábalos mantiene silencio sobre los motivos de su abandono de la primera línea política y cuál será su futuro político. En gran parte del partido se le tiene mucho aprecio.
Los variados relatos de la marcha de Redondo
En cuanto a Iván Redondo, el spin doctor, el gurú, el estratega político, parece que no ha sido capaz de construir un relato de su salida de La Moncloa. O, tal vez, en su inmensa sabiduría ha querido intencionadamente que circulen varios relatos.
Uno que es real, como ha podido constatar Público, es que envió un correo a varias personas en el que casi venía a celebrar su marcha de La Moncloa y decía que lo llevaba pidiendo más de dos años. Lo contaba como una liberación del yugo de Pedro Sánchez.
Luego, la agencia Efe publicó que había querido ser ministro de la Presidencia, pero que el presidente optó por Félix Bolaños. En El País se contó que finalmente fue él quien rechazó ser ministro y seguir como jefe de Gabinete. Y otras fuentes apuntan que Sánchez quería prescindir de él. De hecho, aunque el presidente del Gobierno ha hablado poco de los tres cambios, a Redondo no lo ha nombrado en ninguna ocasión.
En el PSOE celebraron por todo lo alto la salida del asesor, que, en este caso, parece difícil que regrese por los ambientes socialistas ni del Gobierno ni del partido.
Lo que nadie cuestiona es que con la salida de los tres dirigentes del Gobierno habrá otra forma de hacer política desde el Ejecutivo. El tiempo dirá si para mejor… o no. Y también lo que ha quedado claro es que para Sánchez no hay nadie intocable.
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