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La ausencia de pactos claros sume la presidencia del Parlament en la incertidumbre

PSC y Junts se disputarán el cargo, pero un gesto de buena voluntad de los socialistas hacia el tripartito de izquierdas también puede incluir a ERC en la ecuación, aunque se entrevé improbable.

Foto de archivo de una sesión plenaria en el Parlament, en Barcelona, a 5 de marzo de 2024.
Foto de archivo de una sesión plenaria en el Parlament, en Barcelona, a 5 de marzo de 2024. Kike Rincón / Europa Press

La resaca postelectoral ha centrado mucho el foco en las maniobras de los partidos para acceder a la presidencia de la Generalitat. Con un Salvador Illa que es el candidato con más opciones a ser investido, y un Carles Puigdemont que no renuncia a intentarlo aunque sea prácticamente imposible.

Mucho antes de que podamos saber si habrá investidura o vamos a una repetición electoral en Catalunya, los partidos deberán afrontar una primera gran disputa política como es la constitución del Parlament. Y por tanto, la elección del presidente o presidenta del Parlament y de la Mesa que regula la Cámara.

De momento, la maquinaria de los partidos no ha puesto en marcha sus estrategias al respecto, pero no tardaran en ponerse manos a la obra. La ausencia de pactos postelectorales definidos sume también la elección de este cargo en la incerteza.

El PSC y Junts admiten a Público que están dispuestos a pugnar por la presidencia de la Cámara catalana, que supone ostentar la segunda autoridad de Catalunya, después del president de la Generalitat. Pero ninguno de los dos tiene garantizados suficientes apoyos para superar al otro e incluso no es descartable que una carambola pudiera dar la presidencia a un candidato o candidata de Esquerra Republicana, aunque es poco probable.

El 10 de junio, fecha límite

El Parlament de la XV legislatura deberá estar constituido antes del 10 de junio como fecha límite, incluida. La legislación indica que será dentro de los 20 días hábiles posteriores a la fecha de las elecciones de este domingo 12 de mayo. Corresponde al president de la Generalitat en funciones, en este caso el republicano Pere Aragonès, convocar la sesión constitutiva de la legislatura.

El día que se constituya el nuevo Parlament, después del trámite en que los electos toman posesión del acta de diputado o diputada, se elegirá al presidente o presidenta de la Cámara catalana, que en estos momentos ostenta Anna Erra, de Junts, que substituyó a la presidenta de su partido, Laura Borràs, después de ser destituida e inhabilitada en una sentencia por irregularidades en un anterior cargo en la Institució de les Lletres Catalanes.

En la misma sesión constitutiva se elegirán al resto de miembros de la Mesa, órgano rector de la Cámara, de siete miembros. En esta legislatura, la Mesa ha tenido dos miembros de Junts, dos de ERC, los mismos que el PSC y un último para la CUP. Es decir, con mayoría independentista, aunque no siempre se ha votado conjuntamente. Uno de ellos, el diputado de ERC, Ruben Wagensberg, no ha ejercido el cargo los últimos meses, después de refugiarse en Suiza por su imputación por terrorismo en el caso de Tsunami Democràtic.

Sistema de elección antibloqueo

La constitución del Parlament es imperativa, o sea que no se puede aplazar como la investidura por falta de acuerdos políticos, y por ello dispone de un sistema de elección diferente al de la presidencia de la Generalitat que evita el bloqueo.

El sistema de elección es diferente y se hace en dos vueltas, pudiéndose presentar en la primera todos los candidatos de los grupos con representación en el Parlament que quieran. En caso de que ninguno obtenga la mayoría absoluta se procederá a una segunda votación con la concurrencia de los dos candidatos más votados de la primera ronda. Gana quién saque más votos de los dos finalistas, y en caso de empate se repetirá la votación hasta el desempate final.

La constitución del Parlament y la elección de su presidencia suele forjar pactos que ya se enlazan con la investidura para la presidencia de la Generalitat. Quiere decir que si estuviéramos en el caso de un acuerdo o preacuerdo previo, por ejemplo, para formar un Govern tripartito de izquierdas, el PSC y los Comuns avalarían una presidencia del Parlament de ERC en contrapartida a la investidura como president de la Generalitat de Salvador Illa.

Pero ERC ya ha anunciado que pasará a la oposición, y no ha cerrado ningún escenario pero descarta participar de un Govern tripartito. Con lo que la cosa se complica. Podría darse el caso que el PSC pudiera votar una candidatura de ERC a la presidencia del Parlament como gesto de buena voluntad para abrir paso a las negociaciones de una investidura de Salvador Illa. Pero sin un compromiso explícito de los republicanos se entrevé difícil.

Los números de PSC y Junts en la disputa por el cargo

Por lo tanto, la opción más factible es que el PSC presente su candidatura que tendría de salida los 42 votos de los diputados socialistas y los seis de los Comuns, 48 en total. Mientras que la candidatura de Junts, por su parte, tendría 35 votos propios.

Pero una entente independentista para este cargo podría situar la candidata de Junts en 59 votos, sumando los 20 de ERC y los 4 de la CUP, o 55 si la CUP se abstiene. Siempre por encima de los 48 de la candidatura socialista, que necesitaría o que ERC no participe en la bloque independentista y se abstenga o sumar también los 15 votos del PP que situarían la suma con PSC y Comuns en 63.

Esta coincidencia de votos puede parecer poco probable, pero el PP ya votó a favor de la socialista Assumpta Escarp en el inicio de la actual legislatura, con la argumentación de no dejar que los independentistas controlen la Cámara. En aquel caso fue insuficiente frente a la mayoría independentista, pero esta vez podría funcionar.

Así pues, la caída electoral del independentismo abre la puerta a una presidencia del Parlament socialista, aunque con muchas incertidumbres hasta el 10 de junio. Tampoco de momento hay nombres sobre la mesa, aunque en el PSC suenan algunos como la diputada Alícia Romero o el diputado Ferran Pedret. Y por parte de Junts, la actual presidenta Anna Erra, tendría todos los números de ser la candidata.

Fuentes del PSC y de Junts han confirmado que están dispuestos a presentar candidaturas. Desde el PSC se argumenta que "somos la principal fuerza del Parlament y sería lo lógico". Por su parte, desde la dirección de Junts afirman que "las fuerzas independentistas superan en el Parlament a la suma del PSC y los Comuns, debemos intentar que una institución tan importante como el Parlament no quede en manos de un partido de obediencia española".

En cuanto a la Mesa, dependerá también de los equilibrios y pactos que se puedan anticipar, pero la aritmética resultante situaría el reparto en tres diputados socialistas, dos de Junts, uno de ERC y uno del PP si se siguen las proporcionalidades. Ello provocaría la pérdida de la mayoría al independentismo y permitiría una mayoría del PSC tanto con ERC como con Junts o el PP, en función de las temáticas a tratar.

Cambio de cromos con el Govern, salvo una excepción

En toda la historia del Parlament actual, desde la restauración después de la dictadura, la presidencia del Parlament siempre ha estado ligada a contrapartidas de pactos de gobernabilidad con una sola excepción. La del socialista Joan Raventós.

En el caso de los tripartitos presididos por los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, entre el 2003 y el 2010 tuvieron al republicano Ernest Benach como presidente del Parlament.

En el caso de los gobiernos independentistas entre 2015 y 2021, las presidencias de Junts de Carles Puigdemont y Quim Torra tuvieron también a dirigentes de Esquerra al frente del Parlament, Carme Forcadell –encarcelada por la sentencia del procés– y Roger Torrent respectivamente. En 2021, cuando la presidencia pasó a manos de ERC con Pere Aragonès, el pacto entre independentistas situó a las dirigentes de Junts, Laura Borràs primero y Anna Erra después, como presidentas del Parlament.

En la etapa de las mayorías absolutas de CiU, la presidencia del Parlament la ostentaba habitualmente el socio minoritario de UDC. Solo una vez no se dio este paradigma cuando, en 1995, Jordi Pujol perdió la mayoría absoluta y todos los partidos de la oposición, desde el PP a ERC, pasando por el PSC, entre otros, se pusieron de acuerdo para hacer presidente del Parlament al histórico dirigente socialista Joan Raventós, durante la legislatura que duró hasta 1999.

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