La presidenta del Congreso, Francina Armengol, se reunirá con el rey Felipe VI el propio viernes por la tarde si la agenda del jefe del Estado lo permite. Tal y como ha podido saber Público, la intención de Armengol es visitar la Zarzuela para comunicar al monarca el resultado de la segunda votación de investidura de Alberto Núñez Feijóo el propio viernes una vez haya concluido la sesión.

El Reglamento del Congreso de los Diputados no establece un límite temporal para que la presidenta de la Cámara comunique al rey una investidura fallida. Sin embargo, fuentes muy cercanas a Armengol confirman a este medio su intención. El Reglamento sí concreta que la máxima autoridad de la Cámara, "una vez otorgada la confianza al candidato", deberá comunicárselo al rey. Y que si la investidura es fallida, "se tramitarán sucesivas propuestas por el mismo procedimiento". Por eso, existe la costumbre de que la presidencia del Congreso transmita al rey, también, el fracaso de una investidura.

El ejemplo más cercano de una investidura fallida fue la de Pedro Sánchez en julio de 2019, cuando la entonces presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no comunicó al resultado a Felipe VI hasta el día después de la última jornada de la sesión de investidura. La segunda votación se llevó a cabo un jueves y la comunicación al rey, un viernes.

Pero Armengol pretende dejar el asunto cerrado esta misma semana. Dar carpetazo a la aventura de Feijóo el viernes —una vez se haya ratificado que no cuenta con los apoyos— y que el rey pueda iniciar, si lo considera, una ronda de contactos ya el mismo lunes. También podría hacerlo el fin de semana, aunque en el Congreso no prevén que vaya a ser así y apuestan más a principios de semana.

En principio, el jefe del Estado llevará a cabo una ronda de consultas idéntica a la que tuvo lugar antes de que propusiera a Feijóo en agosto, pero las mismas fuentes señalan la posibilidad —nada más que eso, una posibilidad— de que el rey pueda preguntar a la secretaría general del Congreso si los partidos que integran la Cámara son los mismos que la última vez —una formalidad— y evitar una nueva ronda de consultas proponiendo directamente a otro candidato.

Pros y contras de las fechas para el PSOE

¿Cuándo será el debate de investidura de Sánchez? Esa es la cuestión. O, al menos, lo será una vez concluya la aventura de Alberto Núñez Feijóo. Existen, básicamente, dos opciones. Dos itinerarios. Uno, que el debate sea pronto para, así, no extender dos meses (el plazo máximo) las discusiones con Junts per Catalunya y Esquerra Republicana sobre la amnistía. El problema de ese camino es que cualquier partido de los que estén dentro del acuerdo podría verse legitimado a tumbar la investidura, consciente de que puede haber tiempo para convocar otra y, así, exprimir más la negociación. Sacar más beneficios.

La otra opción es la contraria. Asumir una negociación larga por la amnistía —y no solo por ella—, pero obligar a todos los partidos a mantener su compromiso, sin jugadas de última hora, oprimidos por el marco temporal. Todo es una cuestión de calendario.

Hueco en la agenda

La agenda del jefe del Estado es pública y, a priori, no consta ningún acto ni viaje oficial el viernes, por lo que no debería de haber problema para que Felipe VI pudiera recibir a Armengol el propio viernes.

Aunque no es oficial, ya es oficioso que será Pedro Sánchez el candidato que proponga. Nadie más reúne los apoyos y, además, es el candidato con la segunda lista más votada, después de Feijóo.