Este artículo se publicó hace 3 años.
La aprobación de la ley LGTBI causa el mayor desgarro interno en el PSOE de la legislatura
Sánchez ningunea el malestar interno y dice que se mantiene el equilibrio con las leyes de género. El PSOE presentó el domingo sus políticas de Igualdad de cara al 40º Congreso Federal sin mencionar la ley y sin la participación de Calvo en el acto, secre
Madrid-Actualizado a
De todas las diferencias que ha habido en el Gobierno sobre distintas leyes a lo largo de la legislatura, ninguna ha causado más desgarro interno en el PSOE que la que inicialmente fue denominada ‘ley trans’, y cuyo contenido esencial se aprobará este martes en el Consejo de Ministros dentro de la ley LGTBI.
La mejor prueba de ello es que en las jornadas del PSOE del pasado domingo para presentar las políticas de Igualdad que se impulsarán en el próximo 40º Congreso Federal, ni una sola persona de las ocho que intervinieron en el acto se atrevió a mencionar que dicha ley se iba a aprobar en el Gobierno sólo 48 horas después, cuando ya era conocido. Y otro dato significativo: no participó en el acto la secretaria de Igualdad del PSOE, que no es otra que la vicepresidenta primera del Gobierno y anterior titular de la cartera de Igualdad, Carmen Calvo.
Las mujeres feministas del PSOE, en su inmensa mayoría, están más que indignadas con el texto que este martes aprobará el Consejo de Ministros ,y no sólo por considerarlo una legislación que vulnera derechos de las mujeres, sino por entender que haber dejado el Ministerio de Igualdad en manos de Unidas Podemos ha sido un error que algunas dirigentes califican de "histórico".
Sánchez, que no se cansa de reivindicar las políticas de Igualdad y el feminismo de su partido, ninguneó el conflicto interno que hay en el PSOE con esta ley, llegando a decir en una entrevista en la Cadena Ser que dicho texto mantiene "el equilibrio con las leyes de Igualdad", lo que no comparten ni las dirigentes más cercanas que tiene en el poder Ejecutivo y Legislativo.
Muchos interpretan en este sentido que el hecho de que esta ley llegue este martes tal y como llega al Consejo de Ministros no deja de ser un fracaso de la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, que desde el primer minuto se opuso a la propuesta de la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Igualdad, sin triunfalismo pero con satisfacción
Calvo dio a entender que la ley propuesta no iba a salir adelante y que estaba dispuesta a echar todo un pulso al Ministerio de Igualdad. Criticó que el sexo se elija sin más que la voluntad, pidió que los "nuevos derechos" no supongan una merma a los derechos existentes (en clara referencia a los derechos de las mujeres) y pidió seguridad jurídica. Incluso, se dijo que se puso al frente de coordinar dicha ley al afectar a varios ministerios, lo que estuvo haciendo hasta la última fase, según fuentes consultadas.
Sin embargo, la ley que aprobará el Consejo de Ministros lleva el espíritu de la propuesta por el Ministerio de Igualdad, con algunas correcciones que en modo alguno contentan a las mujeres del PSOE, y que solo van más en la línea de garantizar una seguridad jurídica y que no la tumbe el Tribunal Constitucional, lo que algunas fuentes socialistas dan por por seguro.
Si Carmen Calvo echó el resto para tratar de que la denominada 'ley trans' no fuera en contra de los postulados defendidos por algunos colectivos feministas del PSOE, la actual ministra de Igualdad no se ha quedado atrás a la hora de defender el reconocimiento de la autodeterminación de género y, aunque en el ministerio evitan dar una imagen de triunfalismo sobre el socio de Gobierno, la satisfacción con el contenido de la nueva norma no se ha ocultado.
Irene Montero calificó este lunes la ley LGTBI de "histórica" y la comparó a la ley del matrimonio igualitario, una de las normas más trascendentales en materia de igualdad en la historia de España. El mensaje de la ministra respecto a la polémica con algunos colectivos feministas es claro: la ley trans (contenida dentro de la ley LGTBI) es una norma feminista "empujada por las feministas que saben que, o llegamos todas, o no llega ninguna".
Desde el principio, el principal escollo entre el PSOE y Unidas Podemos ha sido el reconocimiento de la autodeterminación de género y los límites de su aplicación. En este sentido, desde Igualdad siempre han recordado que su propuesta bebía en su totalidad de la ponencia de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados en 2019, que apoyaron todos los grupos parlamentarios (incluido el socialista), y que recogía este reconocimiento.
Aunque no ha habido una confrontación directa entre Calvo y Montero (al menos en público), las tensiones han ido creciendo desde que Igualdad remitiera su norma a los órganos del Ejecutivo (el equipo de Montero lleva trabajando desde agosto de 2020 en esta ley), y Unidas Podemos ha criticado a la vicepresidenta primera por "bloquear" el texto y "retrasar" su aprobación (el último plazo comprometido por Igualdad fue que la ley llegara al Consejo de Ministros antes del Día del Orgullo LGTBI).
Sin embargo, tras la revisión del texto por parte del Ministerio de Justicia, se impuso la despatologización de las personas trans y la denominada autodeterminación de género. En abril, eso sí, Igualdad aceptó la exigencia de Calvo de refundir la ley trans dentro de la ley LGTBI (el compromiso inicial de Montero era el de aprobar dos legislaciones distintas).
"Mañana por fin y después de no pocas dificultades, llevamos al Consejo esta ley que no es mérito del Ministerio. No son caprichos, no son deseos, son derechos", apuntilló este lunes Montero durante un acto con motivo de la celebración del Orgullo.
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